La actitud de Torra
Digamos que el presidente del gobierno regional catalán, como tantos otros, es un elemento grotesco y estrafalario. Presume de desafiar al Estado, pero ejerce, aunque mal, de representante suyo en Cataluña y cobra de él. A esta clase de individuos se les conoce como fantasmas, porque presumen de lo que no son, ni pueden ser. Es cierto que este asunto, por la particular y estúpida configuración política, ha llegado a ser muy peligroso para España y sigue albergando mucho peligro, pero todo esto se podría acabar pronto: bastaría con que el PSOE insinuase algo en este sentido para que el ...