“Son muchos los que nos conocen y cada vez más los que deciden dar el paso y apoyarnos. Somos conscientes de las dificultades, pero contamos con una propuesta sólida”
¿Crece la fortaleza en proporción a la carga? Es muy posible. María Jamardo está ahora en una buena posición para demostrarlo.
Nombrada presidenta de SCD, Sociedad Civil y Democracia, este 9 de septiembre de 2013 en las elecciones primarias del partido celebradas con motivo de la renuncia de Mario Conde, esta valiente empresaria tiene ante sí una ardua y difícil tarea que no le amedrenta en lo más mínimo.
Y es que recoger el testigo del exbanquero -que según algunos podría entrar a formar parte de una lista a las europeas del partido que fundó y que ‘vigila’ desde la Fundación Civil – no es fácil tarea.
Esta madre de dos hijos, licenciada en Historia del Arte y empresaria de marketing (dirige la firma Moccotó), columbra desde la ciudad de Vigo donde reside un paisaje político que se ha empeñado en regenerar, dejando atrás el esbozo de unos reconocidos malos resultados que cosechó su formación en las elecciones gallegas del pasado año.
Poco importa ya si la reciente propuesta de reforma de los estatutos de SCD aceleró un proceso interno que ha derivado en una nueva visión de las cosas, y quizás un intuido cambio en la hoja de ruta, o si lo acaecido con las ya consabidas ‘espantadas’ va a quedar como un lastre o mera anécdota por culpa de cuatro ‘asustados’ ante el tema Gürtel o Madrid 2016. Quizás, por el contrario, ha ayudado todo ello a insuflar nuevos y necesarios aires. El tiempo lo dirá.
‘RB‘ ha querido conocer de primera mano cómo es este nuevo proceso, si así cabe llamarlo, o al menos saber -dentro de lo posible- cómo ve las cosas la nueva presidenta.
-¿Qué es lo que se ha hecho mal, -si es que se ha hecho algo en Baleares- para que muy pocos sepan que su partido existe a pesar de que hubo un tiempo en que la situación era propicia… ¿Por qué la desaprovecharon?
-SCD es un partido de ámbito nacional, que busca la defensa de los intereses comunes de los españoles y apuesta por superar los localismos. Baleares, Canarias, Andalucía, Galicia, Madrid, Extremadura, Asturias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, … en apenas un año estamos presentes en toda España y contamos con un equipo humano comprometido que trabaja cada día en su zona para transmitir nuestras ideas y dar cada vez más visibilidad a un proyecto global, que cuenta con todos los que quieran trabajar por cambiar las cosas, sin excepciones. Son muchos los que nos conocen y cada vez más los que deciden dar el paso y apoyarnos. Somos conscientes de las dificultades, pero contamos con una propuesta sólida que es además la que la mayoría de ciudadanos está solicitando.
-Usted se sentirá muy orgullosa de tomar el testigo a Mario Conde pero, ¿sabe que el listón está muy alto y que su carisma es muy difícil de igualar? ¿Qué tiene usted que no tenga él? ¿Ven las cosas igual o ya hay una ‘guerra interna’ en cuanto a ideas?
-Mario Conde renunció a la presidencia de SCD y actualmente es un afiliado de base. Realizó una tarea extraordinaria poniendo en marcha el partido y dándole vocación nacional. Ceder el protagonismo a la llegada de una nueva directiva, democráticamente elegida en primarias es un gesto de generosidad que predica con el ejemplo, lo que prima son las ideas, no las personas.
-Los dardos del antaño secretario general Daniel Movilla en Twitter pueden hacer pensar esto último, aunque quizás nos equivoquemos…¿Cómo lo ve?
– Es la hora de la Sociedad Civil, de superar por lo tanto los individualismos y centrarnos en lo que nos une y no en lo que nos separa. Sinceramente, creo que nos ocupan cuestiones tan importantes que no hay tiempo que perder.
-La actitud distante de su formación da una imagen que para algunos no se corresponde con sus siglas y su significado, ¿qué opina?
-Entonces es que no conocen a las personas que lo integramos ni el modo en que trabajamos a pie de calle. Les animo a que sean valientes, den el paso y asuman la responsabilidad de recuperar el protagonismo de la Sociedad Civil.
-¿Quién es María Jamardo?
-Una española de 34 años, emprendedora y profesional, que no se siente identificada con lo que está pasando en su país y que nunca antes había militado en política. Que cree firmemente que se puede cambiar lo que no funciona y que hacerlo depende sólo de nosotros mismos. Preocupada no sólo por el futuro que vamos a dejar a nuestros hijos sino también, y mucho, por los hijos que vamos a dejar a nuestro futuro.
-¿Qué ofrece su partido en este espacio tan colapsado y donde la gente está ya más que harta de tantas promesas y milongas que luego jamás se cumplen?
-SCD nació como una plataforma ciudadana que reclamaba cambios reales y profundos en el actual sistema político. La única manera de resolver la situación actual es que los ciudadanos tomen conciencia de que son ellos los únicos que pueden hacerlo y que los que han estado hasta ahora ni quieren ni saben. No creemos en parches ni medidas de escaso recorrido, el sistema político es parte del problema y un agravante por lo que proponemos su completa reforma: listas abiertas, limitación de cargos electos a un máximo de 8 años, supresión de los privilegios de la clase política, eliminación de subvenciones a partidos, patronal y sindicatos, división real de poderes, …
-¿Qué opina de los otros partidos de nuevo cuño encabezados por ciudadanos diversos?
-Cualquier iniciativa que como SCD nazca con la voluntad de trabajar por construir un modelo más democrático, libre y eficaz, merece todo mi respeto.
-¿Con quién harían alianzas llegado el caso?
-Me parece que esto no es lo que toca. Pero en líneas generales, puedo asegurarle que no con quienes no suscriban los principios de nuestra ponencia política y por supuesto nunca con ninguna formación nacionalista.
-Ustedes piden a sus afiliados entrega total pero, ¿son conscientes de que la gente no come del aire y que la mayoría no vive de rentas?
-Todos los miembros de SCD somos ciudadanos que vivimos de nuestro trabajo. Por ello no quiero pasar por alto la oportunidad de agradecer a todos nuestros afiliados y simpatizantes la importantísima labor que desarrollan, renunciando a su tiempo de ocio y sacrificando horas de sueño para defender sus convicciones. Ni vivimos ni aspiramos a hacer de la política nuestro modo de vida. No queremos políticos profesionales, sino profesionales en la política, que aporten un valor añadido, que sepan cómo hacer las cosas y que estén dispuestos a prestar un servicio a los demás.
-Con las europeas en ciernes se supone que se pondrán ahora en movimiento, como es costumbre en las formaciones políticas para no perder comba…pero ¿a qué aspiran realmente?
-Aspiramos a cambiar el orden de prioridades. La natural vocación de todo partido político es concurrir a los procesos electorales y obtener en ellos los mejores resultados. Pero esto no tiene que ser un objetivo, sino el resultado natural e inequívoco de un trabajo bien hecho, al que los ciudadanos apoyen porque en él se sienten representados de verdad. Se trata de hacer las cosas bien, no a cualquier precio. Calidad y no tanto cantidad.
-En esta nueva etapa muchos esperan que cambien algunas cosas y que se bajen un poco de su pedestal para estar realmente con la gente. Son las críticas que llegan a este digital. Dicen que de momento no lo han logrado, pese al cambio. ¿Qué pasos van a seguir en las islas y a nivel nacional para ‘acercarse’ un poco?
-Buscamos soluciones reales a problemas reales. Es nuestra hoja de ruta y en ello nos centramos. Me ilusiona comprobar que hay tanta gente interesada en reclamar más presencia de SCD y mayor visibilidad, está claro que es un problema de percepción por lo que insistiremos.
-Una cuenta de Twitter parece que no basta en vista de los resultados…
-Cualquiera que conozca un poco el tema, sabrá que las redes sociales son un canal de comunicación e interacción directa con los interlocutores que las utilizan, nada más y nada menos. Me parece esencial aproximar ideas y reflexiones a través de todas las vías posibles, con independencia de que entiendo que éstas no deben ser únicas sino complementarias.