"Desde hoy contamos con un angelito más en el cielo. Sabemos que es un hasta pronto", dice la APA
Este martes 11 de marzo de 2014 moría destrozada una niña de 13 años de nacionalidad colombiana en Palma de Mallorca.
Un día antes se había arrojado desde el quinto piso de su casa situada en la barriada de Son Cotoner, desesperada por el acoso escolar que según todos los datos sufría en el Colegio Madre Alberta donde cursaba sus estudios.
Así lo dejó escrito la propia Saray Mondragón en una carta dirigida a sus padres, y así se lo hizo saber de viva voz a una amiga escasas horas antes de tomar tan fatal decisión:
«No puedo aguantar más insultos».
SILENCIO SEPULCRAL
Algunos/as siguen rasgándose las vestiduras impregnadas de un ancestral olor a incienso, mientras se recogen cabizbajos al compás de los coros celestiales que emergen de las misas de rigor.
Pero aquí no pasa nada…¿dónde demonios se esconden los responsables de este crimen?
En complicidad con el ‘prudente’ silencio que es para muchos la impronta de esta tierra, miran mientras tanto de soslayo para ver si alguien les señala, porque saben que el tiempo echa tierra encima de cualquier cosa, y que es sólo cuestión de aguantar el tipo unos días hasta que pase el chaparrón…
Lo malo es que hay un cadáver bajo tierra pudriéndose, y que pertenece a una pobre criatura a la que han obligado a quitarse la vida, quizás esas mismas personas que se arrodillan ahora con cara de beatas traspuestas ante las monjas. Lo malo y deleznable es que nadie tiene la decencia de dar la cara.
UNA NOTA Y A OTRA COSA
¿Hablamos de un escenario cualquiera situado en un colegio católico y concertado? Quién sabe.
La nota de la APA es lo único que sirve de momento de ‘consuelo’, unas letras que dejan bien a las claras de qué palo van y cómo se las gastan:
«La alumna de nuestro colegio nos acaba de dejar para reunirse con nuestro Señor, ya goza del descanso y la felicidad eternas junto a la Virgen y a Madre Alberta. Desde hoy contamos con un angelito más en el cielo. Sabemos que es un hasta pronto. Seguiremos disfrutando de ella a través de la Comunión de los Santos, hasta que llegue nuestra hora y también nos toque a nosotros el premio del descanso eterno».
EXTRAÑA VISITA DEL GOVERN
El inspector de la Conselleria de Educación del Govern balear que hizo el paripé el mismo día de la tragedia acercándose al centro escolar, -flanqueado por el director del Instituto para la Convivencia y Éxito Escolar, Jaume Isern-, no ha dicho aún ni mú.
Desde Madre Alberta justifican su silencio, eso sí, en base a la «tremenda delicadeza de la situación», aunque dejan bien a las claras que «no se puede constatar» que la niña fuera víctima de acoso alguno:
«Rogamos a los padres que entiendan lo difícil de esta situación en la que se mezclan numerosos elementos emocionales».
Sea como fuere todos esperan que la Policía Nacional, que ha tomado cartas en el asunto, ponga al final las cosas en su sitio y se depuren responsabilidades.
Esto no puede seguir así.
¿Quién será la próxima víctima?