Llevaba dos años luchando con ahínco contra el desmadre de la calle Punta Ballena, en la mallorquina localidad de Magaluf, tristemente famosa en todo el mundo y no precisamente como modelo de gestión turística. Alertaba de la posible corrupción imperante, y ahora aparece muerto en extrañas circunstancias.
Javier Pierotti denunciaba la que, a su juicio, es una más que nefasta política por parte del alcalde de Calvià al respecto, Manuel Onieva, responsable del citado municipio en la que se enmarca la zona, y abogaba por la creación en ese ayuntamiento de una ‘mesa de negociación’ para que se investigara a fondo las razones de por qué nadie hace nada en el lugar y se depuraran responsabilidades.
Ajeno al sensacionalismo, y buscando la participación ciudadana para acabar con el desastre en el lugar, donde llevaba trabajando hace casi 20 años, Javier Pierotti no parecía en modo alguno una persona al borde del suicidio.
Desde ‘Change.org’, había lanzado hace muy poco un manifiesto pidiendo ayuda, exigiendo seguridad y un turismo de calidad.
EN EL CASTILLO
Su cadáver fue encontrado este sábado 20 de septiembre de 2014 en el castillo de la localidad mallorquina de Alaró, junto a una botella de vino y, según algunas fuentes, presentaba un corte en el cuello.
Sobre este último extremo no se han manifestado todavía la Policía Judicial de la Guardia Civil que investiga el caso, aunque barajan la hipótesis del suicidio ya que, al parecer, apareció una carta de despedida en su domicilio de Algaida.
Sea como fuere, estos extremos se están todavía investigando.
El joven empresario había grabado en 2013 el vídeo ‘Magaluf caos 2013‘, donde denunciaba la caótica situacion de la ‘milla maldita’, con un éxito de visitas y un fracaso a la hora de que nadie tomara cartas en el asunto.
ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS HARTO PREOCUPANTES
Su muerte viene sumarse a los ultimos y preocupantes sucesos registrados: detención de cuatro policías locales por presuntas prácticas corruptas, auge de los vídeos de tinte sexual que ponen aún mas en un brete a los empresarios del lugar, y declaraciones de políticos, -con el escenario del Parlament de fondo-, donde se pone de manifiesto que, en realidad, todos prefieren mirar para otro lado por razones un tanto sospechosas.