Sigue el sainete de carácter popular en torno al escándalo que protagoniza el obispo de Mallorca, Javier Salinas, para quien el tema es algo más que un drama. (El lío de faldas del obispo de Mallorca con una casada que le puede quitar la sotana).
Este viernes 11 de diciembre de 2015, se ha reunido en Palma con carácter extraordinario el Consejo Presbiteral, el Colegio de Arciprestes y el Colegio de Consultores, para dirimir el espinoso asunto.
Al parecer, todos cierran filas en torno al denunciado, que estaba presente, y a quien como se recordará ha denunciado un despechado marido, quien afirma que su matrimonio se ha ido al traste por culpa de una «relación impropia» del mentado con su esposa, antaño secretaria del religioso.
Salinas ha afirmado que los anillos que se había intercambiado con la mujer eran, simplemente, un regalo hecho con una finalidad religiosa, después de crear ambos un grupo de oración. El lema que llevan inscritos es «caminantes»…
NO ESTÁ ENAMORADO
Sostiene además contra viento y marea que «no estoy enamorado», confiando en que el Vaticano no le dé una patada, y no precisamente hacia arriba.
Sobrelleva el escándalo con «paciencia» y con «coraje», y no le duelen prendas en admitir que la congregación de obispos del Vaticano le había impuesto la pasada semana silencio sobre el tema.
«En este momento yo soy el obispo de Mallorca y continúo siendo el obispo de Mallorca».