En caso de no haber respuesta, Roma se dirigirá a cada uno de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, invitándolos a volver individualmente a la comunión con Roma
El Vaticano ha fijado por primera vez un plazo para el regreso al redil de los seguidores del cismático monseñor Marcel Lefebvre. Acaba el próximo viernes, 22 de febrero, fiesta de la cátedra de san Pedro, seis días antes de la renuncia de Benedicto XVI.
El arzobispo Gerhard L. Müller, ministro de la ortodoxia católica, lo comunicó por carta en enero al superior de la ultraconservadora comunidad lefebvriana, Bernard Fellay, según ha revelado el abad francés Claude Barthe, exlefebvriano ya reintegrado.
Los seguidores de Lefebvre, que fue excomulgado por Juan Pablo II, no se ponen de acuerdo sobre algunos de los principios cuya aceptación les exige Roma, como que el concilio Vaticano II sigue la tradición de la Iglesia, que los papas son los intérpretes auténticos de la tradición y la validez de las misas no oficiadas en latín.
La existencia de la carta fue confirmada por el abad Claude Barthe, intérprete atento de las relaciones entre Roma y el tradicionalismo, en una entrevista que apareció en «Présent» el pasado 16 de febrero: «Todos saben que la Comisión Ecclesia Dei envió una carta al obispo Fellay el 8 de enero y que se espera una respuesta de él antes del 22 de febrero, el día de la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Esde día, el 22 de febrero, podría ser la fecha de la constitución de la prelatura San Pío X. Esto representaría la veradera conclusión del Pontificado de Benedicto XVI: la rehabilitación de monseñor Lefebvre». Por lo que el desenlace de esta historia tendrá un peso incluso en el Cónclave.
Según el abad Barthe, todavía no termina la partida. Aunque parece objetivamente difícil que los lefebvrianos acepten suscribir el «preámbulo doctrinal» que les entregó la Santa Sede en junio del año pasado. Según el periódico francés «La Croix», en el caso de que no llegue una respuesta antes del 22 de febrero, Roma se reserva el derecho de dirigirse a cada uno de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, con un llamado directo, sin pasar por el superior Bernard Fellay, invitándolos a volver individualmente a la comunión con Roma. Las primeras reacciones del clero lefebvriano parecen más bien compactas y alineadas con la postura del superior, según apunta Andrea Tornielli en Vatican Insider.
(Rd/Agencias)