A los problemas sociales se responde con acciones comunitarias, y se da una mayor importancia al poder local, que frente al caos mundial puede marcar la diferencia, en la medida en que los ciudadanos controlen el poder político
(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- El debate sobre problemas y desafíos presentes en la vida Amazónica y especialmente en el estado de Roraima ha reunido en este último fin de semana a 140 personas en un nuevo Seminario de la REPAM-Brasil, realizado en Boa Vista. Se han hecho presentes representantes de diferentes organizaciones, tanto de la Iglesia católica como de entidades de la sociedad civil, llegados no sólo de Brasil como también de Venezuela y la Guyana Francesa.
El punto de partida del Seminario, como en todos los realizados hasta ahora, ha sido la Encíclica Laudato Si’. En su reflexión, el misionero comboniano Dário Bóssi, ha analizado el texto del Papa Francisco, intentando ayudar a los presentes a sembrar las propuestas de la Encíclica en las luchas por un mundo mejor para todos.
Para llevar a cabo este trabajo partía de la pregunta sobre las amenazas presentes en la región, llegando a la conclusión, junto con los participantes, que éstas son el medio ambiente, la cuestión indígena y agraria, los ribereños, el mundo urbano, las migraciones y la trata de personas.
En su opinión, como nos hace ver el Papa Francisco, todo es consecuencia de un poder sin límites, del que el hombre moderno no sabe hacer un uso correcto, pues el poder está al servicio de la utilidad e interés de unos pocos y no de la libertad, amparado en una falta de ética y espiritualidad que lleva a entender el mundo como objeto de dominio y manipulación y tiene como consecuencia una grave crisis climática, fruto del enfrentamiento entre el capitalismo y el propio Planeta.
Todo esto ha llevado a la gente de esta región de la Amazonia a realizar visitas y misiones, cursos de formación, lucha por la demarcación de tierras indígenas, cooperativas que ayudan al desarrollo de la agricultura familiar, audiencias, marchas y participación en la política, pues como nos dice la Laudato Si’, todo está relacionado.
Son instrumentos de resistencia, en los que la Iglesia tiene un papel fundamental en la medida en que promueve la participación activa de los que no cuentan, proponiendo una postura crítica sobre los mitos de la modernidad, que se hacen presentes en el individualismo, el progreso ilimitado, el consumismo o el mercado sin reglas, ante lo que muestra la necesidad de asumir el principio del bien común, que debe ser traducido en solidaridad, opción por los pobres y justicia intergeneracional.
Desde aquí, Dário Bossi, amparado en la Encíclica Papal, insiste en la necesidad de recorrer algunos caminos en el campo de la política, que lleven a redefinir el progreso y repensar el modo de actuar, de la educación, que ayuden a vencer el consumismo, aceptar los límites y entrar en la cultura del bien común, y de la espiritualidad, que nos hagan tomar conciencia de nuestro origen común, de nuestra pertenencia recíproca y de un necesario futuro compartido.
Esto será posible en la medida en que se apueste por la cultura del cuidado y del poder social, pues a los problemas sociales se responde con acciones comunitarias, y se da una mayor importancia al poder local, que frente al caos mundial puede marcar la diferencia, en la medida en que los ciudadanos controlen el poder político.
En una región donde la lucha entre los pueblos indígenas y los grandes dueños de tierra ha pasado por momentos de graves enfrentamientos, el seminario ha ayudado a afirmar el necesario protagonismo indígena y el apoyo en la defensa de sus tierras, que van más allá de los límites nacionales, pues existen pueblos que viven a uno y otro lado de esas fronteras y sufren las consecuencias del abuso de quienes explotan cruelmente el medio ambiente y del descaso de los diferentes gobiernos, así como de los pueblos ribereños.
Es necesario que la Iglesia, junto con los movimientos sociales, se posicione contra el agronegocio y la deforestación, y que se introduzca el tema del cuidado de la Casa Común tanto en la liturgia como en los momentos de espiritualidad y así poder contribuir para favorecer un cambio de estilo de vida.
Al mismo tiempo, la REPAM puede ayudar a crear conciencia sobre el problema migratorio y de la trata de personas, ayudando a incluir a estas personas dentro del entramado social y favoreciendo el respeto de los derechos humanos.
Sin duda, este tipo de seminarios están favoreciendo una profunda reflexión sobre la vida y sus problemas en la región amazónica, haciendo ver la necesidad de trabajar en red si queremos conseguir que se haga realidad ese mundo mejor para todos que muchos esperamos.
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