Desmentido tajante del purpurado: "No hay fondos girados a mi nombre"

Calumnian al cardenal Maradiaga para atacar al Papa y a sus reformas

El dinero que recibe la arquidiócesis es para seminaristas, curas y pobres

Calumnian al cardenal Maradiaga para atacar al Papa y a sus reformas
El Papa y el cardenal Maradiaga

Detrás de estas acusaciones hay "personas contrarias a la reforma de la Curia Vaticana que desean calumniarme para que deje ese servicio a la Madre Iglesia y al Santo Padre Francisco"

(José Manuel Vidal).- Con un burdo montaje han querido abofetear al Papa Francisco en la cara del cardenal Maradiaga, uno de sus amigos y colaboradores más cercanos. El cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga desmiente categóricamente las acusaciones de la revista italiana L’Espresso, a la que acusa de publicar «medias verdades, que son las peors mentiras».

Y, para que no quede lugar a dudas, el purpurado, en declaraciones a la agencia CNA, va desmintiendo una por una las mentiras del montaje escrito por el periodista Emiliano Fittipaldi, uno de los acusados en el Vatileaks II y, quizás, por eso, ‘rebotado’ contra el Vaticano.

El arzobispo de Tegucigalpa precisa que los montos evocados por el semanario italiano son girados a la arquidiócesis y no a él mismo. «Los fondos no son girados a mi nombre sino al de la Arquidiócesis».

Asimismo refuta las alegaciones de las inversiones en el extranjero que detalló L’Espresso. El dinero es utilizado para «pagar los gastos de escolaridad de los seminaristas, financiar la construcción y renovación de iglesias y proveer asistencia a los sacerdotes en las zonas rurales o a los que no tienen medios de subsistencia», explicó, agregando que el dinero también es utilizado para ayudar a los pobres.

Desmiente también el prelado que su archidiócesis haya entregado grandes sumas de dinero a instituciones financieras. «La arquidiócesis tiene un Consejo Económico y no hemos autorizado ninguna inversión, como dice el artículo difamatorio«.

Maradiaga también explica que hace más de un año tuvieron que «despedir a un administrador de la Universidad porque estaba robando. Poco tiempo después publicó un libelo anónimo con una serie de calumnias», similares a las afirmaciones de L’Espresso, por lo que presentaron «una querella judicial que no tuvo ningún efecto para aclarar la verdad».

Por eso, el purpurado se pregunta: «Si ese libelo ya circuló y fue desmentido hace un año, ¿por qué publicarlo ahora, cuando faltan solo 8 días para que yo presente mi renuncia al Santo Padre ya que cumpliré 75 años?».

Y el propio cardenal calumniado avanza una respuesta. A su juicio, detrás de estas acusaciones hay «personas contrarias a la reforma de la Curia Vaticana que desean calumniarme para que deje ese servicio a la Madre Iglesia y al Santo Padre Francisco».

Y añade: «Ya decía Voltaire: ‘calumniad, calumniad que algo queda’. Yo seguiré sirviendo hasta que el Santo Padre decida«.

Una tesis que ratifica el portavoz de la archidiócesis de Tegucigalpa, el padre Juan Ángel López: «No es un ataque necesariamente contra el cardenal sino contra el Santo Padre porque hay muchas personas, y lamentablemente incluso dentro de la iglesia, que adversan la manera de gobernar del Santo Padre».

Tan convencido está de eso que el cardenal hondureño proclama: «Continuaré al servicio (de las reformas) mientras lo desee el Santo Padre».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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