Nombra administradores apostólicos para las diócesis de Rancagua y Talca

El Papa acepta las renuncias de Goic y Valenzuela, otros dos obispos salpicados por los abusos de Karadima

Con las nuevas dimisiones ya son cinco los prelados chilenos retirados tras el encuentro de Roma

El Papa acepta las renuncias de Goic y Valenzuela, otros dos obispos salpicados por los abusos de Karadima
Los obispos chilenos Goic (i) y Valenzuela (d)

Valenzuela, de 64 años, fue uno de los cuatro obispos formados para el sacerdocio décadas atrás por Fernando Karadima, el abusador más conocido de Chile

El Papa Francisco aceptó el jueves la renuncia de otros dos obispos chilenos implicados en un escándalo de abusos sexuales, informó el Vaticano, con lo que asciende a cinco el número de dimisiones de religiosos de alto rango del país que el pontífice admite hasta el momento.

Los obispos Alejandro Goic Karmelic, de Rancagua, y Horacio del Carmen Valenzuela Abarca, de Talca, ambas ciudades situadas en el centro-sur chileno, serán reemplazados por comisionados, conocidos como administradores apostólicos, dijo un comunicado.

Francisco aceptó la renuncia de otros tres religiosos el 11 de junio. El mes pasado, 34 obispos chilenos ofrecieron dimitir tras asistir a una reunión de emergencia con el Papa por el encubrimiento de abusos sexuales en Chile.

Goic, de 78 años, emitió el mes pasado un comunicado en el que se disculpaba por no actuar rápidamente cuando se enteró de acusaciones de abuso sexual por parte de curas en su diócesis.

Valenzuela, de 64 años, fue uno de los cuatro obispos formados para el sacerdocio décadas atrás por Fernando Karadima, el abusador más conocido de Chile.

Karadima fue hallado culpable en una investigación del Vaticano en 2011 de abusar de niños en Santiago en las décadas de 1970 y 1980. El influyente sacerdote, que está recluido en un hogar de ancianos en Chile, siempre ha negado cualquier conducta impropia.

 

 

Francisco dijo a Reuters en una entrevista exclusiva en su residencia el 17 de junio que estaba considerando aceptar las renuncias de más obispos chilenos.

Uno de los obispos, Juan Barros, de la ciudad sureña de Osorno, se volvió el centro de la investigación y es uno de los prelado cuya renuncia el Papa ya había aceptado.

Las víctimas dicen que Barros fue testigo de abusos sexuales y los encubrió en Santiago, donde Karadima había adquirido un estatus de culto entre los católicos políticamente conservadores de un vecindario acomodado de la capital. Barros ha negado las acusaciones.

«Las familias llevaron a sus niños a Karadima porque creían que la doctrina era sólida y no sabían qué estaba sucediendo allí», dijo el Papa a Reuters.

En la entrevista, Francisco calificó a Karadima como «una persona gravemente perturbada».

El escándalo se recrudeció después de que el pontífice argentino visitó Chile en enero y luego envió a un investigador al país sudamericano, el arzobispo Charles Scicluna de Malta.

Scicluna elaboró un reporte de 2.300 páginas que acusaba a los obispos chilenos de «negligencia grave» para investigar las acusaciones de abuso de niños y dijo que la evidencia de delitos sexuales fue destruida.

(RD/Reuters)

 

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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