Da las gracias a Francisco por su "vigorosa y repetida" defensa del medio ambiente

Al Gore: «Me asombra la fuerza moral que encarna el Papa en la lucha contra el cambio climático»

Bergoglio "ayuda a comprender cómo todos, sin distinción, estamos afectados por esta crisis"

Al Gore: "Me asombra la fuerza moral que encarna el Papa en la lucha contra el cambio climático"
El Papa Francisco y Al Gore RD

El Papa es un modelo para los líderes de otras tradiciones religiosas: los inspira a comunicar los peligros que derivan de la crisis climática y nuestro deber de administradores de la creación para resolverla

(C. Doody/Vatican News).- Más de una década después de ganar un Oscar con su documental Una verdad incómoda, Al Gore sigue en primera línea en la lucha contra el cambio climático. En esto, el ex-vicepresidente de EEUU tiene un aliado del más alto nivel, el Papa Francisco, con el que confiesa estar «encantado de la vida» por el «liderazgo» que ejerce en la defensa del medio ambiente.

Su voz es una de las más fuertes a nivel mundial en defensa del medio ambiente. ¿Por qué la apasiona tanto la «batalla verde» por nuestro planeta?

Creo que el objetivo de nuestra vida es glorificar a Dios. Continuar acumulando desprecio y destrucción contra la creación de Dios es grotescamente incoherente con el modo en el cual deberíamos vivir nuestra vida. Además, la crisis climática es hoy el más grande desafío existencial al que la humanidad se ha enfrentado jamás. Y no sólo la humanidad está a riesgo: según biólogos de fama internacional, casi la mitad de todas las especies vivientes con las que compartimos la vida sobre esta tierra corren el peligro de extinguirse en el curso de este siglo. El Señor ordenó a Noé que juntara en su arca a dos ejemplares de cada especie para «tenerlos en vida contigo». Creo que ese pedido es válido también para nosotros.

En este momento estamos usando aquella cáscara fina que es la atmósfera que rodea nuestro planeta como un «basurero a cielo abierto», descargando cada día 110 millones de toneladas de contaminación producida por el hombre, la cual calienta la tierra. El total acumulado actualmente atrapa un exceso de energía térmica que sería equivalente a la que producirían 400.000 bombas de Hiroshima explotadas cada 24 horas.

Las consecuencias de esta extra energía térmica son evidentes: tempestades más fuertes, tormentas más violentas, inundaciones más destructivas y grandes desprendimientos de barro, sequías extremas y prolongadas, escasas cosechas, escasez de agua en muchas regiones, aumento de los incendios, difusión de enfermedades, derretimiento de glaciares e incremento del nivel del mar junto a la acidificación del Océano, y mucho más. Por lo tanto, no tenemos opción. Debemos resolver la crisis climática. Como dijo el Papa Francisco, «si destruimos la creación, la creación nos destruirá».

He sido afortunado porque he podido invertir cada gramo de energía en el esfuerzo de contribuir a la solución de esta crisis. En esto, me siento apoyado por millones de activistas y líderes de todo el mundo que están orientandos al desarrollo de la energía limpia en la «revolución de la sostenibilidad». La verdadera pasión y la energía que tengo vienen, precisamente, de estos activistas y líderes.

El ex-vicepresidente de EEUU, Al Gore

 

En una reciente entrevista, usted dijo que el cambio climático no es una cuestión política sino más bien «una cuestión moral y espiritual». ¿Qué importancia atribuye al hecho de que un líder espiritual como el Papa Francisco se empeñe tanto en la defensa del medio ambiente?

El liderazgo del Papa Francisco nos inspira a todos nosotros a nivel mundial, en particular su vigorosa y reiterada énfasis a favor de una solución a la crisis climática. Estoy agradecido y asombrado por la claridad de la fuerza moral que encarna. El Papa Francisco habla también de manera muy eficaz de los más vulnerables entre nosotros, es decir, los pobres, y ayuda a quienes lo escuchan a comprender cómo todos nosotros, sin distinción, estamos afectados por la crisis climática. En particular, su encíclica Laudato si’ ha marcado un paso crucial para la Iglesia católica en el guiar al mundo para que se empeñe y se enfrente a la crisis climática, antes del Acuerdo de París.

En estos y en muchos otros modos, el Papa ha estado en primera línea en la guía del mundo hacia una acción constructiva sobre el clima. Prácticamente, todos mis colegas y mis amigos católicos están encantados de la vida por el hecho de que esté ofreciendo este liderazgo espiritual, así como lo estoy también yo.

Más en general, pienso que la enseñanza espiritual tiene obviamente un papel crucial en las comunidades de todo el mundo. El Papa es un modelo para los líderes de otras tradiciones religiosas: los inspira a comunicar los peligros que derivan de la crisis climática y nuestro deber de administradores de la creación para resolverla.

Como sabe, en la Encíclica Laudato si’ sobre la defensa de nuestra casa común, que usted ha citado, el Papa Francisco afirma que el cambio climático y la pobreza están profundamente vinculados en muchas regiones del mundo. ¿Qué nos puede decir al respecto?

Como ha subrayado el Papa Francisco, quienes viven en pobreza están afectados de manera desproporcionada por la crisis climática, que tiene un impacto dañino sobre su acceso a los recursos de primera necesidad y amenaza su salud. Por ejemplo, Puerto Rico, donde más del 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza; todavía está tratando de reponerse de las consecuencias del huracán María que destruyó la red eléctrica del país y las redes de telefonía móvil y ha inundado barrios enteros.

Además, la contaminación de monóxido de carbono (CO) junto a dióxido de carbano CO2, derivado de las emisiones de carbono en la atmósfera, está haciendo enfermar a las personas. Es sabido que consentir una mayor contaminación ambiental en nuestras ciudades y en las comunidades más pequeñas está haciendo enfermar a cada vez más personas. En base al documento «Principios de la Justicia Ambiental» (declaración aprobada en Washington en 1991), sabemos que los efectos de esta contaminación tienen mayor probabilidad de afectar a aquellas comunidades que han sido privadas del poder político y económico necesario como para defenderse. Y es aquí done se hacen sentir los primeros daños.

No son sólo los pobres los afectados de manera desproporcionada por la crisis climática. La lista incluye a los enfermos mentales, las personas con problemas de salud preexistentes, los ancianos, los recién nacidos y los niños, los sin techo y las comunidades minoritarias. En los Estados Unidos, por ejemplo, los niños afroamericanos tienen una probabilidad tres veces mayor respecto a la población en general de sufrir enfermedades vinculadas a la contaminación atmosférica. Yienen el doble de probabilidad de tener asma y diez veces más la probabilidad de morir de asma, con respecto a los niños de las comunidades mayoritarias.

La Laudato Si’ del Papa Francisco

 

Recientemente el Papa Francisco ha exhortado a los dirigentes de las compañías petrolíferas recibidas en el Vaticano, a comprometerse en producir energía limpia. ¿Qué hace falta para que este sueño se haga realidad?

Estoy muy feliz por que el Papa haya convocado a los principales dirigentes en materia de energía y de inversiones para lograr un acuerdo sobre la importancia de un impuesto sobre las emisiones de anhídrido carbónico. Para lograr este objetivo, antes que nada debe haber una válida alternativa a los combustibles y a la emisión de contaminantes en el aire. Afortunadamente, existe. La energía renovable y otras soluciones a la crisis climática son ahora económicamente competitivas con respecto a los combustibles fósiles. En consecuencia, las grandes compañías de combustibles fósiles están obligadas a reexaminar sus modelos de negocio. Espero que una vez eliminada de la ecuación la dimensión económica, la elección moral se manifieste como inevitable a muchas más personas y al final prevalezca.

Estamos al inicio de una «revolución de la sostenibilidad» global, que tiene las dimensiones y el impacto de la revolución industrial, pero con la velocidad de la revolución digital. Facilitadas también por el surgir de nuevas tecnologías y consumidores cada vez más informados, las actividades comerciales sostenibles se han difundido rápidamente en los últimos años.

A causa de la creciente presión social y política -y del creciente coste de la contaminación de anhídrido carbónico- los gobiernos de todo el mundo están aprobando legislaciones para reducir sus propias emisiones. Al final del 2017, China instituyó un «mercado del CO2», uniéndose a la Unión Europea y a otros países como Chile y Colombia, que se ha adherido a la imposición de una tasa sobre las emisiones de CO.

La conferencia convocada por el Papa Francisco en el Vaticano con los dirigentes de las compañías petrolíferas es una señal realmente alentadora que esta transición hacia un futuro sostenible pueda transformarse rápidamente en una realidad y no sea más un sueño. Pero debemos movernos todavía más rápidamente para garantizar que esta transición suceda a tiempo para prevenir los efectos más devastadores de la crisis climática.

El Climate Reality Project que usted fundó ha tenido su 38° encuentro de activistas en Berlín, desde el 26 al 28 de junio. ¿Qué espera obtener con eventos como este?

En Berlín, 700 personas procedentes de 50 países y de toda clase social se reunieron para participar en tres días de formación intensiva con científicos y comunicadores famosos, expertos de clima, para aprender cómo pueden inspirar y guiar a sus comunidades en el actuar para resolver la crisis climática. La formación ofreció una amplia gama de sesiones abiertas, todas dirigidas a identificar modos en los que sensibilizar a la opinión pública sobre la crisis climática, crear apoyo a las soluciones prácticas a nuestra disposición y ejercer presión sobre nuestros representantes para que reaccionen.

Tuvimos esta formación en Berlín en un periodo en el cual Alemania y la Unión Europea están siendo afectadas de manera grave por los efectos de la crisis climática. Sin una acción concertada de los líderes de gobierno, se prevé que tales efectos empeorarán significativamente en los próximos años. Alemania, por ejemplo, está implementando de manera eficaz una transición energética del carbón y, de tal manera, se espera que sirva de impulso para las otras naciones de la UE, para que reexaminen sus propias políticas de acción sobre el clima.

Climate Reality ha formado hasta ahora a más de 15.000 activistas que trabajan en 141 países. Nuestro anterior encuentro de formación tuvo lugar en Ciudad de México el pasado mes de marzo y el próximo agosto tendremos otro en Los Ángeles, en California.

Francisco, el Papa del medio ambiente

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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