La violencia de las fuerzas del Gobierno ha comenzado a rondar a los miembros locales de la Iglesia católica. Tienen como objetivo a sacerdotes y seminaristas, a quienes detienen en la calle con falsos pretextos de efectuar controles
Han pasado más de 40 horas desde la irrupción de las fuerzas pro gubernamentales en Estelí, para asediar la iglesia del municipio La Trinidad, a pesar de las denuncias de sacerdotes y obispos.
«Condeno el ataque en Estelí a periodistas del canal de televisión Merced de la diócesis de Matagalpa. Extiendo mi solidaridad a Mons. Álvarez y a los periodistas. Es intolerable atentar contra la libertad de prensa», escribió Mons. Silvio Báez, auxiliar de Managua, en Twitter para informar qué estaba sucediendo.
El cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, condenó las agresiones contra los periodistas y denunció el asedio de la iglesia: «Desde Estelí me dicen que la iglesia parroquial La Candelaria, en el municipio La Trinidad, Estelí, está rodeada por policías nacionales y por grupos paramilitares, causando terror en los sacerdotes y los fieles que están adentro. Hago un llamado a la dirección de la Policía Nacional para suspender esta acción de disturbio y de violencia, y dejar que los fieles puedan regresar a sus hogares», escribió en un comunicado enviado a Fides
El martes, 3 de julio cerca de 40 camiones con material antidisturbios y hombres armados y encapuchados llegaron a La Trinidad, departamento de Estelí, a 124 km al norte de Managua, para desmantelar un bloqueo organizado por manifestantes en la carretera internacional y detuvieron a varios jóvenes, llevándolos lejos de sus casas. Según la prensa local, un miembro de las fuerzas del gobierno fue asesinado, pero el Gobierno sólo ha informado de la reapertura de la vía. Según organizaciones de derechos humanos, varios manifestantes fueron gravemente heridos.
Asedio de fuerzas gubernamentales a Estelí
La violencia de las fuerzas del Gobierno ha comenzado a rondar a los miembros locales de la Iglesia católica. Tienen como objetivo a sacerdotes y seminaristas, a quienes detienen en la calle con falsos pretextos de efectuar controles. Asimismo, el asedio de la iglesia de La Trinidad fue realizado con mucha violencia y con la intención de evitar la comunicación con los fieles que estaban allí; en su mayoría jóvenes, que se refugiaban en la iglesia para huir de la detención. El obispo de la diócesis de Matagalpa, Mons. Rolando José Álvarez Lagos, señala que las autoridades acusan a esas personas como si «fuesen una sociedad terrorista». Todo esto sin contar que han empezado a llevar a los jóvenes a cárceles y cuarteles sin razón.
Ayer en Managua, cientos de nicaragüenses formaron una cadena humana para pedir la dimisión del Presidente Daniel Ortega y obtener justicia para las más de 300 personas asesinadas en las protestas. El diálogo nacional se ha reanudado, pero todavía se espera una respuesta del gobierno sobre temas fundamentales: detener la violencia y convocar elecciones anticipadas.
Nicaragua está atravesando su mayor crisis sociopolítica desde los años 80, que hasta ahora ha causado más de 300 muertos y más de 2.500 heridos, según la Asociación Nicaragüense Por los Derechos Humanos (ANPDH). Las protestas contra el gobierno iniciaron el 18 de abril después del anuncio de las reformas de la seguridad social, y más tarde se convirtieron en una petición de renuncia del Presidente, con once años en el poder, y acusado de abuso y corrupción.
(RD/Fides)
Mi solidaridad fraterna y mis oraciones por mi hermano, Mons. Juan Abelardo Mata, Obispo de Estelí, con la población de La Trinidad, sacerdotes y fieles de su diócesis, ante violenta represión sufrida hoy. ¡No más violencia contra civiles!
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 4 de julio de 2018