Implentó esta "solución geográfica" porque "la gente indocumentada no denunciará"

La archidiócesis de Los Ángeles escondió durante años a decenas de curas pedófilos en parroquias de inmigrantes

"¿Cómo se puede pasar página a esto si nadie está tomando responsabilidades?", preguntan víctimas

La archidiócesis de Los Ángeles escondió durante años a decenas de curas pedófilos en parroquias de inmigrantes
Complicidad episcopal en el encubrimiento de abusos en la Iglesia

La Iglesia latina ya estaba en una encrucijada y necesitaba que la Iglesia católica tuviera la autoridad moral como para seguir luchando por nuestros derechos humanos... Al surgir este escándalo, su voz ya se ha desparecido

(Cameron Doody).- La archidiócesis de Los Ángeles en los Estados Unidos escondió durante años a decenas de curas pedófilos en parroquias de inmigrantes hispanos. En expedientes oficiales de sacerdotes abusadores de la zona «hay declaraciones descaradas como… ‘la gente indocumentada no denunciará’«, alertan abogados de las víctimas, que ahora buscan averiguar hasta dónde llegó la «solución geográfica» para pederastas que se implementó en la archidiócesis californiana.

«Esto es un patrón total», ha denunciado el defensor de las víctimas Patrick Wall a la radio pública estadounidense NPR. Y Wall sabe de lo que habla: antes de convertirse en abogado, fue un joven cura «apañador» para la Iglesia en Minnesota, quien se hizo cargo durante su carrera de seis parroquias diferentes cuyos curas fueron apartados por abusos.

«La comunidad latina nunca ha podido comprenderlo», continúa Wall. «Nunca se le informó», denuncia, de la magnitud de estas reasignaciones.

La archidiócesis de Los Ángeles afirma que puso fin a este programa de traslados de curas pederastas hace ya quince años, cuando compensó a más de 500 víctimas de toda la diócesis con 660 millones de dólares estadounidenses y empezó a implementar políticas de ‘tolerancia cero’.

Víctimas y sus letrados, no obstante, ahora buscan que la fiscalía californiana investigue los encubrimientos de la jerarquía de la archidiócesis, al estilo del gran jurado que en agosto reveló la magnitud de la negligencia de la Iglesia en Pensilvania. Una de estas víctimas es Manuel Barragan, quien fue abusado hace treinta años por un cura que tiempo después fue reasignado a un ministerio con hispanoparlantes en la Oficina de Familia y Vida de la archidiócesis.

Barragan pide «rendición de cuentas» por parte de la jerarquía, pero alerta: «¿Cómo se puede pasar página a esto si nadie está tomando responsabilidades?»

Y es que tan triste como el relato de Barragan es el hecho de que la Iglesia de Los Ángeles ha perdido mucha credibilidad por este escándalo entre los diez millones de católicos hispanos con los que cuenta, los cuales componen más de tres cuartas partes de los fieles de la archidiócesis. Es lo que denuncia la profesora de teología de la Universidad Loyola Marymount, Cecilia González-Andrieu, quien advierte de que los latinos necesitan una Iglesia creíble que defienda sus derechos en materia de sanidad, migración o bienestar social.

«La Iglesia latina ya estaba en una encrucijada y necesitaba que la Iglesia católica tuviera la autoridad moral como para seguir luchando por nuestros derechos humanos», lamenta la teóloga. «Al surgir este escándalo, su voz ya se ha desparecido».

La catedral de Los Ángeles

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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