El cardenal de Tarragona se tuvo que exiliar al no firmar la Carta Conjunta en 1937

Homenaje a Vidal i Barraquer, el arzobispo que se enfrentó a Franco

Roma lo mantuvo en su puesto hasta su muerte, acaecida en 1943

Homenaje a Vidal i Barraquer, el arzobispo que se enfrentó a Franco
Vidal i Barraquer Agencias

Su voluntad fue ser enterrado en la catedral de Tarragona, lo que no pudo hacerse realidad hasta el año 1978

El gobierno catalán conmemorará mañana el 150 aniversario del nacimiento de Francisco Vidal i Barraquer, teólogo, cardenal y arzobispo de Tarragona que se negó a firmar la carta del episcopado español de apoyo a Francisco Franco y por lo que no pudo volver a España tras la Guerra Civil.

El Palau de la Generalitat acogerá un acto de homenaje que inaugurará el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y contará con la participación de la consellera de Justicia, Ester Capella, y las intervenciones del director del Archivo Histórico Archidiocesano de Tarragona, Manuel María Fuentes, y de Camí Mendoza, la alcaldesa de Cambrils (Tarragona), la población natal del cardenal Vidal i Barraquer.

También habrá una interpretación musical a cargo de la Coral Verge del Camí de Cambrils, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de su creación.

Nacido el 3 de octubre de 1868, Francisco Vidal i Barraquer estudió Derecho en la Universidad de Barcelona antes de entrar en el seminario y ser ordenado sacerdote, y fue nombrado arzobispo de Tarragona en 1919 y cardenal en 1921.

 

 

 

 

Firme defensor de la independencia de la Iglesia, durante la dictadura de Primo de Rivera defendió la separación de la Iglesia y el Estado y mantuvo el catalán como lengua de predicación y catequesis.

Durante la Guerra Civil fue detenido y encarcelado pero pudo marchar al exilio, del que no pudo volver porque en julio de 1937 se negó a firmar la carta del episcopado español en apoyo al alzamiento, lo que lo convirtió en enemigo del régimen del general Francisco Franco.

A pesar de las presiones del régimen franquista, el Vaticano lo mantuvo como arzobispo de Tarragona y continuó ejerciendo como tal en el exilio, primero desde la cartuja de Farneta (Lucca, Italia) y, más tarde, desde Friburgo (Suiza), donde murió en 1943.

Su voluntad fue ser enterrado en la catedral de Tarragona, lo que no pudo hacerse realidad hasta el año 1978.

(RD/Agencias)

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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