En el fondo, lo que nos está planteando es: ‘No te conformes con tu cuadradito existencial'", enfatizó el antropólogo
(Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro).- El antropólogo Luis Liberman, director general de la Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro -espacio académico y plural de Argentina inspirado por el papa Francisco-, mantuvo una audiencia privada en el Vaticano con el Sumo Pontífice, tras la cual le quedó la impresión de que el Santo Padre «ve un mundo cada vez más complejo», pero destacó que el obispo de Roma «mantiene encendida la luz de la esperanza».
El profesional, amigo del Papa, detalló que el Sumo Pontífice «observa intereses que impiden discernir un futuro», como los que sostienen al «capitalismo financiero internacional y deshumanizante», pero resaltó que el Santo Padre considera que se «los puede cambiar, al repensar la centralidad de lo humano junto a la existencia del planeta».
«Él (por el Papa) ve un mundo cada vez más complejo, porque cuesta mucho construir consensos; la ve difícil», dijo Liberman tras el encuentro con el Sumo Pontífice en el Palacio Apostólico, donde el obispo de Roma le brindó un trato «cálido y afable».
El director general de la Cátedra aclaró que el Santo Padre «dijo complejo, no complicado».
«Porque lo complejo tiene que ver con lo sustantivo y lo complicado con lo adjetivo. Y él (por el Papa) diría: ‘Hay que habitar la complejidad, comprenderla, no puede ser una caja cerrada’. En el fondo, lo que nos está planteando es: ‘No te conformes con tu cuadradito existencial'», enfatizó el antropólogo.
Liberman advirtió que el Santo Padre no cree que se vaya a «una debacle», sino que «hay tendencias con las cuales hay que trabajar».
«Cuando Francisco discute el capitalismo financiero internacional y deshumanizante no está hablando de una corriente de pensamiento, sino de una tendencia deshumanizante, pero mantiene encendida la luz de la esperanza. Dice: ‘Yo tengo la esperanza de que podemos cambiar'», expresó.
En el encuentro, concretado el 19 de octubre último, el Papa recibió de parte de su amigo la Declaración de Bogotá 2017, documento elaborado al final de un seminario internacional denominado «Del derecho al agua al derecho a la paz», realizado el 7 y 8 de septiembre pasado en la Pontificia Universidad Javeriana para acompañar la visita pastoral del Santo Padre a Colombia.
El seminario contó con la organización de la Cátedra, la Fundación Gaia Amazonas, la Pontificia Academia de Ciencias y la Red Eclesial PanAmazónica (REPAM), que preside cardenal brasileño Claudio Hummes
«Francisco recibió la declaración con beneplácito y destacó que está en línea con su convocatoria a la Asamblea Especial del Sínodo de Obispos para la región Panamazónica, a realizarse en Roma en 2019», resaltó Liberman y rememoró que el Santo Padre «celebró los corredores ecológicos promovidos por la Fundación Gaia Amazonas para proteger la Amazonía».
El antropólogo dijo además que el Papa elogió la realización del seminario de Bogotá, que tuvo 150 participantes -entre altas autoridades de la Iglesia Católica, académicos, campesinos, ex guerrilleros y víctimas-, porque permite que «persistan en el tiempo los conceptos centrales» del Sumo Pontífice, a través de «los actores locales y con el trabajo científico efectuado».
«Cuando Francisco va a un país, da una caricia pero se va. Es responsabilidad de quienes reivindican ese pensamiento extender esa caricia para convertirla en abrazo, en diálogo, en encuentro en torno al mensaje de un líder mundial que está planteando cuáles son los tres o cuatro problemas centrales que atraviesa la humanidad: la deforestación, el trabajo esclavo, la paz, el medio ambiente…», sostuvo Liberman.
El antropólogo dijo que el Sumo Pontífice, durante la reunión, «recordó con elogios» la Declaración de Roma 2017, surgida de un seminario con temática similar al de Bogotá concretado el 23 y 24 de febrero último en el Vaticano, con 95 personalidades de los cinco continentes, también con organización de la Cátedra y la Pontificia Academia de Ciencias.
El obispo de Roma, al cerrar ese seminario, advirtió sobre el peligro de que en un futuro se produzca una «gran guerra mundial por el agua» y alertó que resulta «fundamental, urgente e imprescindible la acción de cada Estado como garante» de su acceso universal, seguro y de calidad.
«El hilo conductor que nos lleva de Roma a Bogotá es el reconocimiento del derecho humano al agua y sus implicaciones en el actual proceso de paz de Colombia, y en la reconciliación de la sociedad con el medio ambiente», destacó Liberman.
Y finalizó: «Francisco, en la encíclica ‘Laudato Si’, nos invita a pensar en una ecología integral entendida como la interrelación de los seres humanos y todas las manifestaciones de la naturaleza, enfatizando que todo está conectado para llegar a un desarrollo sostenible. De esta manera, la ecología integral que incorpora la dimensión ambiental, económica, social y cultural constituye un camino para reconstruir la paz».
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