La ética no puede quedar reducida a un mero catálogo de normas y principios de comportamiento. Ha de incorporar la sensibilidad, porque las personas necesitamos argumentar, pero también sentir, ser amadas y compadecer
(Jesús Bastante).- ¿Cuál es el presente y el futuro de la teología en este mundo, marcado por la falta de identidad, los nacionalismos y la llamada a la universalidad? A estas y otras preguntas tratan de responder las XV Jornadas de Teología de Comillas, que esta tarde fueron inauguradas en Madrid con un vibrante discurso de su rector, Julio L. Martínez, sj., quien reivindicó la importancia de que teólogos y teólogas «se hagan testigos del sufrimiento».
En su discurso inaugural, el teólogo jesuita volvió a defender al Papa Francisco ante los ataques que está recibiendo en las últimas semanas, subrayando cómo la teología «debe acompañar los procesos sociales y culturales, y de modo particular las circunstancias difíciles», pues esta ciencia ha de «hacerse cargo de los conflictos, los que ocurren dentro de la Iglesia y los que afectan a todo el mundo».
Así, Julio L. Martínez, sj., invitó a «buscar como teólogos y teólogas las formas de ayudar a las personas en las encrucijadas que nos toca vivir». Ojo: «No del mundo como nos gustaría que fuese, sino del mundo que es». En este sentido, el rector de Comillas llamó a «hacer el esfuerzo de abrir la mente y el corazón a la realidad, y no refugiarse en las curvas que nos aíslan de ella. Eso es lo que el Papa Francisco llama ideología, y entre ellas, la que está causando que algunos reaccionen: la del clericalismo».
Y es que, «en los temas cruciales», añadió, «los teólogos han de actuar como testigos del sufrimiento, porque lo radicalmente importante no es lo que investigamos, escribimos, enseñamos o aprendemos, sino la salud de las almas. Lo central es el anuncio del Jesucristo y el Reino de Dios».
Inauguración de las Jornadas de Teología de Comillas
Citando la Lumen Gentium y la Gaudiu et Spes, el rector de Comillas recalcó cómo el Papa Francisco «está recuperando para todo el pueblo de Dios, pero principalmente a pastores, teólogos y teólogas», la misión de «auscultar, discernir e interpretar las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarla» para «superar el divorcio entre teología y pastoral, entre fe y vida».
En definitiva: buscar «la universalidad concreta», que no es otra cosa que reconocer que «el mensaje evangélico tiene fuerza para todos, no excluye a nadie, no se deja absorber por ninguna cultura particular; no sustrae las cosas de sus contextos, ni cae en la palabrería desconectada de la vida y sus circunstancias».
«No se contenten con una teología de escritorio» clamó Martínez, quien instó, de nuevo con el Papa, a una Iglesia «que no sea aduana, caracterizada por juicios implacables», sino «hospital de campaña, donde se atienda a los necesitados». Pues la Iglesia tiene «misión de salvación y curación del mundo, una salida valiente para buscar a las personas allí donde estén, y una autoexigencia de crítica enorme, para no dejar que dentro se generen prácticas que acaban yendo contra la dignidad de las personas».
El decano de Teología, Enriquez Sanz, sj. y el rector, Julio L. Martínez, sj.
«El Papa está empeñado con la conversión de las estructuras eclesiásticas. Ahí estamos nosotros, teólogos y teólogas de Comillas», clamó el rector, quien recordó que «la ética no puede quedar reducida a un mero catálogo de normas y principios de comportamiento. Ha de incorporar la sensibilidad, porque las personas necesitamos argumentar, pero también sentir, ser amadas y compadecer».
Este modo «misericordioso de ser y de proceder de Jesús, que no pacta con el pecado ni con la mediocridad, pero sí sale al acompañamiento de los procesos personales, es al que nos está remitiendo constantemente el Papa Francisco», culminó Julio L. Martínez, sj.
El rector culminó su presentación recordando las palabras que expresó durante la inauguración del curso académico. Unas palabras de «apoyo y estima» al Papa Francisco. «Me consta que el Papa sabe esto, que cuenta con nosotros y que nos aprecia».