En 1975 pronunció una homilía en contra de los fusilamientos de tres miembros del FRAP y dos de ETA por el régimen franquista, lo le llevó a ser procesado por el Tribunal de Orden Público y multado con 150.000 peseta
El sacerdote Manuel Espiña Gamallo, canónigo de la Colegiata de Santa María del Campo, fue enterrado ayer en la localidad pontevedresa de Cerdedo, donde había nacido hace 72 años. Espiña, que falleció el pasado domingo, se hizo célebre por ser el primer sacerdote en oficiar una misa en lengua gallega junto con su compañero José Morente, hecho que se produjo en 1966 y que le valió la obtención del premio Pedrón de Ouro dos años más tarde. Lo cuenta José Manuel Gutiérrez en La Opinión.
Además de por su defensa inquebrantable del idioma gallego, Espiña se destacó en su labor pastoral por la renovación del mensaje de la Iglesia ya desde los tiempos de la dictadura franquista, lo que le hizo correr serios riesgos con la jerarquía eclesiástica.
En el año 1972 puso en marcha en A Coruña la comunidad cristiana Home Novo, con un marcado carácter progresista y que le enfrentó con la ideología defendida por el anterior Papa, Juan Pablo II, así como con el actual, Benedicto XVI.
La formación religiosa de Manuel Espiña comenzó en el Seminario de Santiago y continuó en la Universidad de Comillas, donde se licenció en Filosofía y Teología en 1959, al tiempo que se ordenaba sacerdote.
Su primer destino fue la parroquia de Santa María de Azogue, en Betanzos, donde permaneció tres años como coadjutor hasta que recibió la orden de pasar al Seminario Menor compostelano para impartir la asignatura de Historia Eclesiástica, cuyas clases dio en lengua gallega. También introdujo en este centro formativo la cátedra de este idioma.
Su relación con la ciudad de A Coruña comenzó en el año 1965, cuando se le nombra canónigo de la Colegiata. Compaginó su actividad eclesiástica con una intensa labor docente, ya que el sacerdote José Sardiña le animó a desarrollarla en el Seminario del Hogar Santa Margarita, mientras que durante seis años fue profesor de la Escuela de Magisterio en sustitución de otro de sus compañeros canónigos, Antonio Lago.
La iglesia de las Capuchinas fue el templo elegido en 1965 por Morente y Espiña para oficiar la primera misa en gallego que se realizaba con carácter oficial, para lo que debieron solicitar autorización al entonces arzobispo Quiroga Palacios.
Lo que iba a ser una iniciativa experimental alcanzó tal éxito que a la semana siguiente se organizaron dos y posteriormente también se oficiaron los sábados, hasta que finalmente se estableció una periodicidad fija para estas misas en las Capuchinas, cuya iglesia fue la primera de Galicia en contar con estos servicios litúrgicos.
Su apuesta por el gallego le llevó también a colaborar en la traducción de los Evangelios a este idioma, al que también promovió desde su actividad en la Asociación Católica de Maestros, que él mismo creó en 1970.
En 1975 pronunció una homilía en contra de los fusilamientos de tres miembros del FRAP y dos de ETA por el régimen franquista, lo le llevó a ser procesado por el Tribunal de Orden Público y multado con 150.000 pesetas.
El pintor Luis Seoane regaló entonces a Espiña su obra Cristo obrero con el fin de que la subastase para abonar la sanción, aunque finalmente las autoridades se la retiraron. En 2005, el propio sacerdote la sacó a subasta para obtener fondos que garantizasen la supervivencia de la Ciudad de los Muchachos del padre Silva, con quien mantenía una estrecha relación.
La constatación de que A Coruña y Pontevedra son las únicas capitales de provincia que carecen de sede episcopal le llevó a solicitar la creación de una diócesis en esta ciudad, aunque sus esfuerzos no obtuvieron resultados positivos.
