Nadie en la reciente historia de la Iglesia española acumuló tanto poder durante tanto tiempo. Ni siquiera el legendario cardenal Tarancón.
(José Manuel Vidal).-Ya es oficial. No hubo sorpresas, y el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, acaba de ser elegido presidente de la Conferencia Episcopal para un nuevo trienio. Salvo relevo episcopal, el purpurado estará 12 años al frente de la Casa de la Iglesia, divididos en dos etapas: de 1999 a 2005, y de 2008 a 2014, superando con creces el récord que mantenía, hasta la fecha, el cardenal Tarancón.
Anoche, como anunció RD, Rouco Varela arrasó en la votación preliminar, seguido a cierta distancia, una vez más, de Ricardo Blázquez, al que muchos daban ya por amortizado, Carlos Osoro y Juan Del Rio, entre otros. Porque han salido a la palestra 15 nombres diferentes de obispos. Entre otras cosas porque cada obispo podía anotar en su papeleta has tres nombres diferentes. Ahora se confirma esa mayoría.
Se repite, pues, el escenario de hace tres años, con un Rouco dominante, seguido por su contrincante de entonces, el actual arzobispo de Valladolid. Todo hace pensar, sin embargo, que el cardenal de Madrid tiene asegurada la reelección.
«Los partidarios de Rouco están muy tranquilos y eso es indicio de que lo tienen todo controlado y cuentan con los votos suficientes para que su jefe de filas vuelva a salir. Si temiesen un resultado más apretado, estarían mucho más nerviosos», dice un prelado del sector moderado.
La única posibilidad del sector moderado radicaba en que voten en bloque por un solo candidato y no dividan el voto. Y aún así, llevaban todas las de perder ante el «partido» de Rouco, que reaccionó como un solo hombre.
Rouco así, se erige como una figura realmente incombustible. El arzobispo de Madrid demuestra, una vez más, que mantiene intacto el control de la jerarquía de la Iglesia católica española. Apostó al todo o nada y volvió a ganar.
Nadie en la reciente historia de la Iglesia española acumuló tanto poder durante tanto tiempo. Ni siquiera el legendario cardenal Tarancón.
La votación de sondeo es una práctica habitual en todas las plenarias electorales de los obispos. Dado que no hay partidos ni candidatos, al menos oficialmente, con esa votación se tantean las fuerzas y, sobre todo, salen a relucir los nombres de los posibles candidatos que aglutinan un mayor consenso en votos. Todo un ranking episcopal, que se ha ratificado en la votación oficial y definitiva.