Tras la publicación en RD de una información que señalaba al cardenal Cañizares como gran candidato a la sucesión, que podría darse de forma inmediata, las alertas se dispararon. En Madrid y en Roma
(Jesús Bastante).- Como anunciamos el miércoles, el cardenal Rouco fue recibido este viernes por Francisco en el Vaticano. Se trató de una audiencia no planteada de antemano -el todavía presidente de la Conferencia Episcopal española tenía, y de hecho aún tiene, cita para el próximo lunes-, en la que el arzobispo de Madrid tenía un único objetivo: frenar su sucesión, al menos, hasta pasada la JMJ de Río, donde quiere acudir como el obispo de la diócesis que cedió el testigo. Y el cardenal se encontró con la noticia que no esperaba, aunque sí temía: el Papa le comunicó el nombre de su sucesor.
Los rumores acerca de la marcha de Rouco Varela se han desatado en las últimas semanas. Tras la publicación en RD de una información que señalaba al cardenal Cañizares como gran candidato a la sucesión, que podría darse de forma inmediata, las alertas se dispararon. En Madrid y en Roma. No tanto en Barcelona, donde entienden que el proceso no tiene por qué correr paralelo al de Bailén (la cuestión soberanista hace de la sucesión de Sistach una «patata» más caliente que la de Rouco).
Desde el nombramiento de Bergoglio, Rouco sabe que su tiempo ya ha pasado. Y ya que no podrá evitar un candidato que él no elegiría jamás -ni Cañizares -el elegido, con casi total seguridad-, ni Osoro ni Blázquez, ni siquiera la hipótesis Juan del Río, son santos de su devoción-, al menos quería controlar los tiempos. Pero Francisco, en la audiencia de ayer -que, nos cuentan, fue más larga de lo acostumbrado, y en la que ambos se pronunciaron «con libertad y buen tono»-, dio cuenta al cardenal de Madrid de su decisión. Será Cañizares.
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