Martínez afirmaba que algunos de esos sacerdotes "habrían sido víctimas" de abusos por parte del clan y, con el tiempo, ellos mismos se habrían convertido "en cómplices, en mayor o menor grado"
(Jesús Bastante).- Una buena noticia para la acusación. La Audiencia Provincial de Granada ha rechazado la petición de la defensa del padre Román de declarar la nulidad del expediente canónico sobre los abusos, al considerar que se han cumplido todos los requerimientos legales.
Antes de que arrancara la vista, en la que ha declarado el principal acusado por el «caso Romanones», el tribunal tuvo que hacer frente a las cuestiones previas. La admisión del expediente canónico tiene una vital importancia, toda vez que la investigación eclesiástica da por probados los abusos, no solo por parte de Román, sino de varios de los miembros del clan, a los que define como «un grupo muy compacto y cerrado». Algo que, este viernes, habrá de confirmar el propio arzobispo, quien ha sido llamado a declarar en la causa.
En la documentación enviada por el arzobispo de Granada a Doctrina de la Fe el 30 de octubre de 2014, y que debió entregar al juez instructor tras nueve peticiones y cinco apercibimientos de sanción contra Javier Martínez varios meses después, el arzobispo de Granada admite que algunos de esos sacerdotes «habrían sido víctimas» de abusos por parte del clan y, con el tiempo, ellos mismos se habrían convertido «en cómplices, en mayor o menor grado».
En la carta que monseñor Martínez envió al cardenal Müller, el arzobispo reconoce que el sacerdote investigador (un canonista valenciano) ha apreciado «fumus delicti» (apariencia delictiva) en las acusaciones vertidas contra el padre Román y los también sacerdotes Manuel Morales y Francisco Campos.
Además, en la misiva se pide a Roma «ampliar la investigación», algo que Roma prefirió no hacer en espera de la resolución del juicio. Al final de la misiva, Martínez reclama a Müller que el juicio eclesiástico, paralelo al civil, no se celebre dentro de la jurisdicción de la diócesis granadina. Algo que justifica dada la condición de juez eclesiástico que venía desempeñando hasta su acusación Francisco Campos, uno de los principales encausados durante la instrucción.
Tras las cuestiones previas, arrancó el interrogatorio del padre Román. En el mismo, el sacerdote ha negado haber mantenido contacto sexual alguno con ‘Daniel’ o con otros jóvenes. «No, en absoluto, en absoluto, nunca», manifestó con contundencia. Según afirma, solo asesoró en el plano religioso para que «profundizara en su fe» y al que afirma que quería «en el sentido que usan los cristianos» pero no «de enamoramiento».
Durante su declaración en la Sección Segunda de la Audiencia, el padre Román ha garantizado que nunca ha pedido ni dado «favores sexuales» al denunciante de los abusos, ni ha compartido cama con él ni con el resto de miembros del llamado clan de los Romanones, que supuestamente él lideraba y en cuyo seno ha negado que se produjera «ningún tipo» de relación homosexual en la casa parroquial o en las propiedades que poseían en Pinillos y Salobreña.
El fiscal del caso, Francisco Hernández, ha explicado, a preguntas de los periodistas, que será «muy relevante» el testimonio del denunciante, que se contrastará con las periciales y las declaraciones de los testigos y que en atención a todo el desarrollo del juicio «mantendrá o modificará» sus conclusiones provisionales.
El letrado del denunciante, Jorge Aguilera, ha dicho que su cliente está «tranquilo«, que el archivo de la causa para el resto de investigados iniciales por haber prescrito los delitos le provocó desazón y que afronta el juicio con esperanza.