Vitoria le rinde homenaje con un sentido Concierto por la Paz

Halina Birenbaum, superviviente del Holocausto: «Mi vida empezó con la muerte»

"Descubrí que la fuerza de la bondad y el amor es más fuerte que el odio"

Halina Birenbaum, superviviente del Holocausto: "Mi vida empezó con la muerte"
Halina Birenbaum, superviviente del Holocausto RD

Solo la esperanza de sobrevivir y la mirada puesta en que una vida mejor era posible nos mantuvo con vida

(Txenti García).- Más de doscientas cincuenta personas asistieron al Concierto por la Paz y de homenaje a Halina Birenbaum, superviviente del Holocausto, que se celebró en la iglesia de San Miguel, basílica de la patrona de Vitoria, la Virgen Blanca.

Una selección de canciones que enlazaban con las palabras paz y esperanza fueron interpretadas por los coros Doinuz Blai e Iradier Gazte bajo la batuta de Leire Betolaza. Especial impacto tuvieron en Halina y en su nieta Yael, que la acompaña desde hace años en sus viajes, los temas «Si tienes fe» de la película El Príncipe de Egipto, el tema de F. Chopin Zyczenie, que fue interpretado en polaco y el canto final del Shalom.

Emotivo fue también el Txoria Txori que sirvió de homenaje también a su autor, Joxe Anton Arze, fallecido este año.

Y del agrado del público fue ese «The Beatles in reveu» que se interpretó en la segunda parte del concierto.

Además de los representantes de Garenok y Havtajá, en el concierto estuvo presente el pope de la iglesia ortodoxa rumana, Radu, quien acudió con su esposa y uno de sus hijos, y el obispo de Vitoria, monseñor Elizalde, que posteriormente presidiría la tradicional eucaristía para jóvenes en San Miguel.

Al final, y como señaló Jon Gotzon Laburu, presentador del acto, el momento más esperado fue la intervención de Halina, quien dirigió unas palabras en polaco que fueron traducidas por el sacerdote natural de Polonia, Marius, que se encuentra incardinado en esta Diócesis de Vitoria.

Halina comenzó diciendo «mi vida empezó al revés, empezó con la muerte. Pero luego he visto nacer la vida y todos los valores que supone, el amor, la felicidad, la libertad, …cosas a las que todos estamos llamados a vivir.»

Halina hizo un breve repaso por los horrores de su vida que comenzaron cuando ella tenía 10 años y los nazis levantaron el Gueto de Varsovia. Tres años huyendo, viendo cómo iban deportando hacia los campos de concentración a vecinos, amigos y familiares, incluido su propio padre y hermanos. Viendo cómo mataban indiscriminadamente, agarrándose a la fuerza y valentía de su madre, quien «lo fue todo» hasta que tras atraparlas y poder aguantar un tiempo juntas en el campo de Majdanek se vio separada de su madre y solo el cariño de su cuñada pudo mantenerla con vida en esos primeros momentos: «Solo la esperanza de sobrevivir y la mirada puesta en que una vida mejor era posible nos mantuvo con vida».

Pero Halina perdió algo más que a sus padres y a uno de sus hermanos, perdió la fe en Dios y los valores en los que había sido educada: «todos los valores que llegaron a transmitirme mis padres en Auschwitz se hundieron. Viendo la muerte, oliendo aquel tremendo olor de los cuerpos quemados en las cámaras de gas.»

Halina dijo que no conserva fotos de sus seres queridos, solo recuerdos, y eso es lo que trata de trasladar a su familia y al mundo. Halina está convencida de que mientras perdure el recuerdo sobre aquellos hechos, su familia y el resto de personas que los padecieron seguirán viviendo de algún modo, seguirán estando presentes.

Pero también en medio de aquel horror Halina descubrió cosas positivas. «Descubrí que la fuerza de la bondad y el amor es más fuerte que el odio y la muerte. Allí eso me llenó de esperanza. Descubrir que hay personas que en esas situaciones son capaces de dar, de ofrecer, de levantarte del barro en el que estás hundido cuando te caes en el fango del campo de concentración. Cuando alguien comparte contigo su último cacho de pan, de pan seco y viejo. Estos pequeños gestos te devuelven la esperanza.»

Acabó su intervención expresando sus deseos de paz para el mundo y también para su tierra Israel.

Posteriormente tuvo lugar una cena en la sociedad Irrintzi en la que Garenok agasajó a Halina y su nieta y en la que participaron varias personas. En la cena volvieron a salir algunas cuestiones de su vida y su experiencia como el tema de su creencia en Dios, donde Halina volvió a decir que hoy a Dios lo ve en las personas, ella cree en las personas de forma individualizada. También se recordó la figura de su madre que fue clave para servir de modelo de resistencia y de aferrarse a la vida. Una vida que a punto de cumplir sus 89 años ha decidido dedicarla en parte a ser la voz viva de cuantos vivieron el Holocausto. En su reciente visita a Varsovia para recibir el título de hija predilecta le confirmaron el dato de que hoy solo quedan, con ella, tres supervivientes del Gueto de Varsovia.

El lunes y martes Halina ha dedicado todo su tiempo a la juventud visitando colegios en la ciudad y en las dos sesiones celebradas en el Palacio de Congresos Europa donde ha participado también Marta Simó y a las que se han inscrito más de mil quinientas personas.

Compartir varios momentos con una de las últimas tres personas que quedan vivas del gueto de Varsovia es sin duda un hecho histórico. Algo que debemos agradecer a la Asociación de Profesores de Religión de la Escuela Pública Vasca, GARENOK.

Este colectivo de profes de reli viene reivindicando contra viento y marea la trascendencia que la presencia de esta asignatura tiene en el diseño curricular, la injusticia del trato que tanto la administración como una parte de la sociedad, desconocedora del verdadero contenido que se le está dando, están llevando a cabo en unas campañas de acoso y derribo que no benefician a nadie y que solo están perjudicando a los alumnos, a las futuras generaciones, depositarias de ese derecho fundamental a conocer de dónde venimos culturalmente, y sobre todo a, no tanto aprender Historia, sino a aprender DE la Historia.

Y en esa tarea se esfuerzan estos profesores de religión. Acaso alguien puede creer que es adoctrinamiento invitar a alguien como Halina, que reconoce sin pudor que Dios perdió todo frente a ella en Auschwitz. No parece que sea una opción para el proselitismo, pero en cambio para la educación. Impecable. Gracias a todos los miembros de GARENOK, Aurrera!

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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