Buscadores de verdad y de sentido

Saray y Fer, españoles en el Encuentro de estudiantes en Roma

Vuelvo a creer en los jóvenes

Saray y Fer, españoles en el Encuentro de estudiantes en Roma
Saray y Fer hablan en Roma de la situación de la educación en España

Cincuenta “Jóvenes estudiantes católicos” de distintos países se encuentran en Roma, reflexionando sobre la situación de la educación en el mundo, para poder aportar al Sínodo de la Juventud que se celebrará próximamente. Dos españoles entre ellos.

(José Moreno Losada).- Acabo de recibir fotografía de Saray y Fer, desde Roma. Es una pareja de estudiantes extremeños que se han conocido, y se han enamorado, en el proceso de querer construir sus personas con criterio y originalidad. Buscadores de verdad y de sentido. Ella de Plasencia, él de Badajoz, los dos pertenecen desde su adolescencia temprana a grupos de JEC -juventud estudiante católica- en sus respectivas parroquias, y ahí han ido cuidando su ser joven, su personalidad, su sentido del estudio y su dirección de vida contrastada con el evangelio, en grupos de vida y reflexión, a la vez que de acción.

Ayer recibía un watsap de Saray, que tras realizar formación en módulos superiores de asistencia a mayores y de igualdad de género ahora comenzará los estudios de graduado social en la UEX, pidiéndome opinión sobre cuestiones estudiantiles porque pronto va a estar con estudiantes de muchos países y tiene que hablar desde la realidad de nuestro país; hoy ha estado en mi despacho en la facultad Fer, para compartir conmigo sus últimos pasos, previos ya a la presentación de su trabajo fin de grado en ingeniería y su solicitud para un master de especialización en Sevilla para este curso, pero sobre todo para ponerme al día de su próxima participación en el encuentro internacional de estudiantes católicos.

Los dos están inquietos y gozosos porque en unos días están viajando a Roma, para representar a la JEC española en un encuentro internacional de estudiantes católicos previo al sínodo mundial de los jóvenes convocado por el Papa Francisco. Allí se juntarán unos cincuenta jóvenes estudiantes en un congreso organizado por la JECI, en el cual se plantean un objetivo de la educación en el mundo y para los jóvenes: «Construir un ambiente de aprendizaje seguro donde los estudiantes tengan la facultad de convertirse en solucionadores de problemas y cambiadores del sistema con el fin de crear un mundo más justo, pacífico, humano y sostenible para todos.»

Se han encontrado con 50 jóvenes cristianos de distintos países que creen en su protagonismo y que quieren unirse a otros jóvenes para formar parte activa de la sociedad y el mundo, desde el ámbito escolar y estudiantil, y dar respuesta a los grandes retos que tenemos planteados. Entienden que la educación y la formación formal y no formal ha de ser un instrumento para luchar por objetivos de dignidad, justicia e igualdad en nuestra historia. Les preocupa la seguridad en la educación, pero una seguridad integral, la que ayuda a las personas a crecer en dignidad y libertad. Los frentes que más les duelen e interpelan son el acceso a la educación y su calidad, la pobreza y otras formas de exclusión, la necesidad de un crecimiento de los servicios de educación al mismo ritmo del crecimiento de la población mundial, la dimensión vocacional de los estudios y su futuro profesional.

Ante estos retos se preguntarán por el papel que los mismos estudiantes pueden desempeñar para enfrentar esos desafíos y deficiencias en el sistema actual y para involucrar a las partes interesadas en un diálogo significativo hacia la creación de una educación de calidad verdaderamente integral para todos.

Los organizadores manifiestan que como estudiantes católicos quieren reafirmar dentro de la Iglesia y en sus países, comunidades locales, su compromiso activo para hacer que todos los retos planteados en el encuentro tengan eco en sus lugares de origen. De este modo se preparan y aportan para el próximo Sínodo de Obispos sobre «Juventud, Fe y Discernimiento Vocacional» que se celebrará en octubre de 2018 en Roma, consideran que es una buena ocasión que tienen para hablar y confirmar su voluntad de contribuir a que nuestra misión tenga un carácter social. Están convencidos de que uno de los lugares más importantes donde los jóvenes quieren ser escuchados es la escuela; su compromiso como estudiantes comienza desde allí y allí tiene el objetivo más efectivo, deseando unirse a otros estudiantes comprometidos.

Y yo me siento gozoso y orgulloso de que dos estudiantes sencillos, de nuestra tierra y de nuestra universidad, habiendo vivido procesos personales y comunitarios, en los que su ser estudiante ha sido lugar de verdadera educación integral, se hayan preparado con tanta ilusión y gozo para un encuentro en el que van con el testimonio sencillo de sus propias experiencias, de muchas reflexiones compartidas, de acciones realizadas en su ambiente, de espacios de formación continuados, de participación en foros públicos y mediaciones sociales y políticas, y movidos por el espíritu de evangelio de Jesús, que tienen con asiduidad en sus manos, que les ha llevado a unir fe y vida, sentido y estudio, vocación y profesión.

Me dicen que ya han intervenido y han presentado la situación de la educación en Espala, límites, posibilidades y retos.Me descalzo ante ellos y vuelvo a creer en los jóvenes y no por lo que me dicen, sino porque yo mismo lo he visto en muchos, hoy en Saray y Fer. Allí compartirán trabajo y jornada con el Papa Francisco, seguro que será algo vivencial y marcará una vez más sus vidas para que no se agote su inquietud.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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