El 8 de noviembre fueron sacadas en dos grupos de tres y uno de cuatro. Entre ellas estaba una paralítica, Sor Asunción Monedero. Se desconoce el lugar de su fusilamiento
(J. B./Agencias).- El callejero de Madrid ya las reconocía como tales. Pero no ha sido hasta ahora cuando la Iglesia, a través del Papa Francisco, ha reconocido a las «mártires concepcionistas», catorce religiosas asesinadas en la capital de España al comienzo de la Guerra Civil.
Y es que Bergoglio ha firmado hoy el decreto que reconoce el martirio «por odio a la fe» de las religiosas, pertenecientes a la Orden de las Franciscanas concepcionistas. Diez de ellas fueron asesinadas en el convento, y otras cuatro en circunstancias diferentes. Una calle junto a la plaza de Manuel Becerra, muy cerca de Ventas, recuerda la historia de estas religiosas.
La causa de sor Isabel Lacaba Andía y otras trece religiosas cuenta varias historias. La más conocida, la de las diez monjas que el 19 de julio de 1936 fueron expulsadas de su monasterio de Las Rozas de Madrid.
Se refugiaron entonces en un piso de la calle Francisco Silvela nº 19. Descubiertas por los milicianos, fueron registradas y amenazadas constantemente. El 8 de noviembre fueron sacadas en dos grupos de tres y uno de cuatro. Entre ellas estaba una paralítica, Sor Asunción Monedero. Se desconoce el lugar de su fusilamiento y del reposo de sus cuerpos.
Por otro lado, el Papa ha reconocido las «virtudes heroicas», primer paso para la santidad, de la puertorriqueña María Soledad Sanjurjo Santos, monja de la congregación Siervas de María Ministras de los Enfermos, informó hoy la Santa Sede en un comunicado.
Nacida en Arecibo, Puerto Rico, el 15 de noviembre de 1892, Soledad Sanjurjo Santos dedicó su vida al cuidado de los enfermos y de los más débiles.
En 1950 fue elegida Superiora Provincial de las Antillas y centró sus esfuerzos en extender la labor apostólica de las Siervas de María a países como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, según informa la congregación en su página web.
En 1954, estableció un Noviciado en el municipio de Ponce, sur de Puerto Rico, con el objetivo de permitir a las jóvenes que quisieran formar parte de la congregación poder formarse para desarrollar su misión al lado de los enfermos y necesitados.
Falleció en San Juan de Puerto Rico el 23 de abril de 1973.
Finalmente, Francisco canonizará a la suiza Margarita Bays, de las franciscanas, y beatificará a la polaca Anna Kaworek, confundadora de la Congregación de las hermanas de San Miguel Arcángel.
