La religión sólo es importante para el 16%, según el informe 'Jóvenes Españoles. Entre dos siglos'

Los jóvenes españoles se declaran consumistas, rebeldes y demasiado preocupados por su imagen

2 de cada 10 confiesan radicales en política y más permisivos ante las conductas más injustificables

Los jóvenes españoles se declaran consumistas, rebeldes y demasiado preocupados por su imagen
Informe sobre los jóvenes de la Fundación SM Agencias

ONG, Policía, escuela y Fuerzas Aramadas, instituciones en las que más confían; Parlamento, prensa y monarquía, las que menos

(Fundación SM/Agencias).- Consumistas, rebeldes y demasiado preocupados por su imagen. Así se ven los jóvenes de hoy, según el informe elaborado por el Observatorio de la Juventud en de Iberoamérica (OJI), que pertenece a la Fundación SM. Bajo el título Jóvenes españoles entre dos siglos (1984-2017), el trabajo hace un pormenorizado recorrido por las prioridades vitales de los jóvenes de ayer y de hoy, sus intereses políticos, su relación con la familia y la religión y su ocio.

«Se trata de una de las más significativas e influyentes series de estudios sociológicos llevados a cabo en nuestro país en los últimos cuatro decenios», afirma Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, que ha realizado el prólogo de este trabajo de investigación.

De acuerdo con los datos recogidos en el informe, para los jóvenes españoles de 15 a 24 años lo más importante de sus vidas son la salud y la familia, seguido de los amigos y conocidos, el trabajo y el tiempo de ocio.

La familia se muestra como uno de los pilares más importantes de su vida (97% de los encuestados) y el lugar donde se dicen «las cosas más importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo».

 

 

 

 

En los últimos 30 años ha aumentado paulatinamente la cifra de jóvenes con una posición ideológica extrema y ya son uno de cada cinco los que se confiesan radicales de izquierda o de derecha, y aunque rechazan conductas como el terrorismo o la violencia de género, son más permisivos que sus padres con estos asuntos.

Junto a ello, se ha acelerado el laxismo moral de los jóvenes que, al igual que treinta años atrás, lo que más critican son los comportamientos que afectan a la moral pública y a las reglas de convivencia frente a los de ámbito privado, familiar o sexual.

Sin embargo, aunque aún piensan que las conductas más injustificables son el terrorismo y la violencia de género en el ámbito de la pareja, su permisividad hacia ellas es mayor que antes.

Especialmente la mostrada hacia comportamientos que hasta 2005 se justificaban cada vez menos, como causar destrozos en la calle, hacer ruido los fines de semana o aceptar un soborno en el cumplimiento de sus obligaciones pero, sobre todo, la pena de muerte y la clonación de personas.

Por contra, lo que más justifican son la adopción de hijos por parte de homosexuales o lesbianas y la decisión de una mujer de tener un hijo sin pareja estable o el divorcio, aunque la legitimación que dan a este último caso, así como a la eutanasia o a engañar en el pago de impuestos si se puede, es menor que en 2005.

 

Desde el primer informe que la Fundación realizó en 1984 existe una tendencia clara de desafección e inacción en lo que se refiere a su participación sociopolítica. Los jóvenes de hoy están más interesados en política que en el 2010, pero muy poco implicados en ella. En concreto, baja el porcentaje de los que creen que la política no tiene nada que ver con ellos, al tiempo que aumenta el número de los que siguen frecuentemente la información política en los diferentes medios (37% en la actualidad, frente al 20% en la encuesta de 2010) y de los que hablan de ella. Pero estos datos contrastan con su falta de acción y con la convicción del 89% de que los políticos no tienen en cuenta sus ideas e inquietudes.

Además, la mayoría de las instituciones sociales no gozan de su confianza. Solo las organizaciones de voluntariado consiguen en general «mucha» o «bastante» confianza para el 66% de los jóvenes. Le sigue la Policía (60%), el sistema de enseñanza (55%) y las Fuerzas Armadas (53,5%). Sin embargo, comparado con 2005, la gran mayoría de las instituciones ven caer la confianza de los jóvenes en ellas. Destacan en este descenso el Parlamento del Estado, la prensa y la Monarquía, entre otros.

Desde la perspectiva histórica, los tres rasgos predominantes de los jóvenes son los que los definen como «consumistas», «rebeldes» e «independientes». Los resultados de 2017 les caracterizan también como «demasiado preocupados por la imagen que proyectan» (47%), algo «egoístas» (35%), pero también indignados por la situación sociopolítica (32%).

En cuanto a su tiempo de ocio, lo más practicado (en un 94%) de los casos, es ver series y películas, salir o reunirse con amigos, escuchar música y ver contenidos en internet. El acceso y uso de internet es ya generalizado para los jóvenes, el 99% lo ha utilizado en los últimos 4 meses, algo que 15 años atrás solo hacía una minoría de ellos (14%). Por el contrario, desciende de forma llamativa la atracción por las salidas nocturnas. Además, los nativos digitales leen un 5% más que sus predecesores de la encuesta del año 2005, aunque un 32% reconoce que no lee ningún libro al año.

La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas importantes para los jóvenes (16%). No obstante, un 40% se define como católico.

Para Paloma Fontcuberta, coordinadora del Observatorio de la Juventud de la Fundación SM, uno de los datos más destacables de este informe es la buena salud de la que goza la institución familiar entre los jóvenes. «En segundo lugar, me gustaría resaltar la ambivalente relación que hoy en día establecen los jóvenes con la política».

Este estudio va a suponer un hito en el trabajo de la Fundación con la juventud, porque como explica Javier Palop, director global de la Fundación SM, «con este informe, la fundación inicia una etapa de más largo alcance con la creación del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica. Se trata de conseguir una plataforma de conocimiento y difusión en la que intervengan diferentes actores de ámbitos académicos públicos y privados».

El Observatorio de la Juventud en Iberoamérica (OJI), es un programa de la Fundación SM para fomentar la investigación sobre juventud, educación y cultura en la región. Con su trayectoria de más de 30 años en la realización de informes e investigaciones sociales encaminadas a la mejor comprensión de la realidad, entorno y visión juvenil, la Fundación SM lanza este nuevo proyecto con el convencimiento de que los jóvenes representan un importante activo social para configurar el futuro de Iberoamérica.

Los autores
Juan María González-Anleo y José A. López-Ruiz, forman parte del equipo de investigadores que participaron en las ediciones anteriores del estudio. El primero es doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la UPSA y experto en Juventud y Sociedad por la UNED. El segundo es doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Pontificia de Salamanca y experto en Investigación Social Aplicada y Análisis de Datos (CIS), así como profesor e investigador en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas.

Puedes descargar el informe completo aquí

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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