Nuevo libro de Carlos Díaz en Desclée

Cuando tu sufrimiento y el mío son un mismo sufrimiento

La vida, como sanación compasiva

Cuando tu sufrimiento y el mío son un mismo sufrimiento

"A la gente no se la percibe, sino que se la recibe"; "Cuando donas, recibes más de lo que donas. Si no sigues donándote, nada has donado"

(Antonio Aradillas).- De Carlos Díaz refieren sus biógrafos que es doctor en Filosofía y en Psicología, que a la vez lo es «honoris causa» por la Universidad «Galileo Galilei», y profesor jubilado de la Complutense de Madrid. Destacan además que «reparte su tiempo-vida entre Latinoamérica y España», lo que, a tenor de las apreciaciones de muchos, constituye un valor especial, a la hora de leer sus libros «elaborados en el entorno de su método fenomenológico de psicoterapia personalista y comunitario».

El último libro al que aquí y ahora hago referencia, se intitula «Cuando tu sufrimiento y el mío son un mismo sufrimiento», con el subtítulo más atractivo y elocuente de «La vida como sanación compasiva», editado, con la participación del «Centro de Humanización de la Salud», por la Editorial Desclée de Brouwer S.A., pionera en afrontar temas relacionados con la educación integral, entre los que sobresalen los de carácter religioso, de los que es testimonio ejemplar la colección «A los cuatro vientos»

En el prologo «Nada Inocente» -«lo que tú haces no es más/ que lo que tú querrías/ hacer mientras lo haces»- cita las palabras del «gran filósofo francés Jean Luc Marion», en las que subraya la idea de que «la primera evidencia es la de que yo no soy nada, si no soy amado. Es un punto fundamental que indica que ser amado no es una opción, sino una necesidad incondicional, aunque no constituya un derecho«. Carlos Díaz expresa su total acuerdo con estas palabras, resaltando que «todos necesitamos personas que sean oasis donde descansar, un desierto con palmas de vida, una catedral hecha de piedras destinadas a ser góticas o románicas. Las piedras componen la catedral y esta ennoblece a cada una de las piedras, pues ellas seguirán siendo piedras de una catedral».

 

 

En el contexto falsamente ascético de la visión con la que «espiritualoidemente» se nos presentado el cuerpo humano -hombre y mujer- , la lectura de este libro es de sumo provecho. Pone en su punto teológico las cosas, y nos reconcilia con uno de los tres enemigos clásicos de la salvación eterna de los cristianos, adoctrinados estos ferozmente en que sus nombres no eran otros que «el mundo, el demonio y la carne», es decir, el cuerpo. Una falaz teología e interpretación obtusa de los Libros Sagrados situaban el cuerpo en la primera línea del ejército satánico que habría de impedirnos la conquista de la eternidad feliz en el Reino de Dios.

Sin caricaturizar adoctrinamientos religiosos de tiempos no excesivamente pasados, el autor recuerda que, por lo que respecta al encuentro amoroso expresado y vivido entre el hombre y la mujer, «muchos moralistas prohibían las relaciones sexuales casi todos los días de la semana: el domingo, por conmemorar la resurrección de Cristo; el lunes, por ser consagrado a los difuntos; el jueves, por conmemorar la pasión de Jesús; el viernes, por conmemorar su muerte; y el sábado, para honrar a la Virgen». ¡Solo el martes y el miércoles resultaban hábiles… para los más hábiles¡

El libro de Carlos Díaz nos enseñará a vivir más y mejor en cristiano, con la seguridad y confianza de que también les facilitaremos hacerlo a aquellos con quienes convivimos y nos relacionamos. «A la gente no se la percibe, sino que se la recibe»; «Cuando donas, recibes más de lo que donas. Si no sigues donándote, nada has donado». «En ese cuerpo que se expone a mi vista, tengo que encontrar el resumen de las maravillas de todos los dioses». «Dante Alighieri, cuando veía a Beatriz aparecer ante sus ojos, exclamaba: ¡ya no hay enemigos en mi vida»

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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