En aquellos años, el padre Jorge Mario Bergoglio salvó muchas vidas, pero nadie habría podido apostar sobre la suerte que correrían los libros de Esther
(Antonio Aradillas).- Gracias sean dadas a Dios y a la intercesión de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, se acrecienta más cada día el número de los miembros de esta profesión que la ejercen con conciencia de crítica, documentos y datos necesarios para la reforma de la sociedad en la que trabajan y pueden influir desde cualquiera de los medios tan plurales hoy existentes.
Las frivolidades, ligerezas e insensateces «periodísticas» son muchas pero el periodismo llamado de investigación y cultura, se abre paso con dignidad e influencia, pese a sus riesgos e interpretaciones malévolas.
Tal es el caso de Nello Scavo, reportero y cronista judicial del diario «Avvenire», que tiene en su nómina personal, por ejemplo, diversos trabajos sobre el terrorismo global en zonas «calientes», como la antigua Yugoslavia, Unión Soviética, América del Sur y Oriente Próximo, y que ya ha escrito diversos libros sobre el papa Francisco, entre ellos, en el año 2017, «La lista de Bergoglio».
El más reciente de ellos, objeto de esta reseña, se titula «Bergoglio y los libros de Esther» o «La amistad entre el futuro papa y la revolucionaria desaparecida», editado por «Ciudad Nueva-CN», en su colección «Narrativa- crónica histórica».
De Esther Ballestrino de Careaga refieren las historiadores que
«Era médica bioquímica, que había sido activista del «Partido Revolucionario Febrerista de Paraguay» y vivía exiliada en Argentina. En 1953 emplea en su laboratorio de análisis químicos a Jorge Mario Bergoglio, perito químico recién diplomado. De esta mujer, culta e inteligente, el futuro papa aprende la cultura y la ética del trabajo. Años más tarde, Esther funda con otras mujeres las «Madres de Plaza de Mayo»; por temor al régimen militar, le encomienda a Bergoglio -convertido en provincial de los jesuitas – su amplia biblioteca. Sus temores son fundados: desaparecida en 1977, es asesinada en un «vuelo de la muerte». Un misterio que ha durado durante cuatro décadas y que se ha resuelto casi por casualidad en la visita del Papa Francisco a Paraguay».
En la página 5 del libro se asegura que «este no es una investigación clásica, ni tampoco un texto de historia. Es el intento de narrar a Bergoglio a través del cenagal de una época que marcó y formó al futuro Pontífice. En aquellos años, el padre Jorge Mario Bergoglio salvó muchas vidas, pero nadie habría podido apostar sobre la suerte que correrían los libros de Esther.»
El momento de la elección de Bergoglio para pasar a llamarse a perpetuidad Francisco, es y será «una de las referencias más gloriosas de la historia de la Iglesia y del mundo universo». El papa Francisco es un gracia de Dios para la humanidad entera. Lógicamente, tal aseveración llevará consigo no pocas discrepancia. Pero la historia seguirá siendo historia, y de su veredicto responderán las generaciones que están por venir, hasta ahora ahítas de desilusiones y de generalizados cansancios, sobre todo eclesiales.
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