Iglesia como pueblo de Dios; Iglesia de los pobres y débiles reducidos a subhombres; Iglesia de los expoliados (deshumanizados); Iglesia de los seglares; Iglesia como "koinonía" de poder; Iglesia toda ella ministerial
(Antonio Aradillas).- Para escribir el libro «De la Teología de la Liberación a la Teología del papa Francisco«, con el subtítulo de ¿Ruptura o continuidad?, recientemente editado por PPC en su colección «GS», es preciso haber vivido y vivir la teología y las ciencias sagradas con el compromiso cristiano con el que lo hace su autor.
Este se llama José Francisco Gómez Hinojosa «nacido en Monterrey, presbítero de la Iglesia católica, diplomado en Teología y Ciencias Sociales en Costa Rica, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, profesor en diversos seminarios, y colaborador asiduo en «Milenio», Diario de Monterrey, y quien en la actualidad coordina la Maestría de Educación y Procesos Docentes en la Universidad Iberoamericana, Vicario General a la vez de la Arquidiócesis de Monterrey». En su ya largo y bien equipado listado de libros, destacan los relacionados con la filosofía, pastoral y literatura.
Extracto del contenido de las 164 páginas de que consta el libro del que efectúo esta leve reseña, es el siguiente:»La teología de la liberación se ha convertido en la principal referencia teológica de América Latina. No ha sido la única, pero sí la que más ha destacado en el panorama teológico, también internacional. El objetivo del texto presente es tender un puente comparativo entre esa teología de la liberación y la teología del papa Francisco, manifestada en sus más importantes documentos, y responde a la inquietud de si hay ruptura o continuidad entre las dos teologías».
De todas maneras, vaya por delante nuestro agradecimiento a la inserción que en la página 54 hace el autor, con cita literal, al teólogo Leonardo Boff, quien en la línea de Roberto Belarmino, sostiene que la «Iglesia encarnada en las bases oprimidas presenta un puñado de características, entre las que subrayo: «Iglesia como pueblo de Dios; Iglesia de los pobres y débiles reducidos a subhombres; Iglesia de los expoliados (deshumanizados); Iglesia de los seglares; Iglesia como «koinonía» de poder; Iglesia toda ella ministerial; Iglesia de diáspora; Iglesia liberadora; Iglesia que sacramentaliza las liberaciones concretas; Iglesia que prolonga la gran tradición; Iglesia en comunión con la gran Iglesia; Iglesia con una nueva concreción de su catolicidad; Iglesia toda ella apostólica; Iglesia realizadora de un nuevo estilo de santidad…»
Nuestro autor no quiere privar a los lectores del siguiente texto literal de Boff: «Las comunidades comprueban que se puede ser cristiano sin ser conservador; que se puede ser hombre de fe y al mismo tiempo comprometido con el destino de la sociedad; que se puede esperar contra toda esperanza y soñar en la eternidad sin perder suelo firme bajo los pies y sin abandonar el empeño en la lucha por un mañana mejor que realizar aún aquí dentro de nuestra historia».
Merece atenta lectura cuanto se relaciona con la Iglesia Sinodal y con la democracia dentro y fuera de la Iglesia, con la laudable y agradecida curiosidad de sus frecuentes referencias y citas de textos de autores colaboradores de RD.
Un libro definitivamente polémico, cuyo prólogo sella y bendice así el arzobispo de Monterrey con estas prudentes palabras:» Estaremos de acuerdo o no con el planteamiento del padre Paco en su libro. Sin embargo no podemos regatearle la oportunidad que nos brinda de reflexionar sobre planteamientos teológicos deseosos de llevarnos de nuevo a Jesús de Nazaret, y eso se lo agradecemos».
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