"La espiritualidad está muy unida al desarrollo humano", afirma la directora general de Narcea

Mónica González: «Andamos exprimiendo el tiempo, pero hay sed de espiritualidad»

"Desde la gran propuesta humanizadora de Jesús, es importante poner rostro a la fe que confesamos"

Mónica González: "Andamos exprimiendo el tiempo, pero hay sed de espiritualidad"
Mónica González, directora general de Narcea Ediciones RD

Para el 2019 eso es lo que pedimos: ilusión y que la gente se anime a leer y a compartir estas buenas ideas

(Jesús Bastante).- Mónica González es desde 2008 la directora general de Narcea Ediciones, una editorial especializada en la educación y la espiritualidad que en 2018 cumplió medio siglo de vida. Nos habla en esta entrevista de los puntos fuertes que la casa potenciará este año, que incluyen el discernimiento, la espiritualidad urbana o una nueva colección de escritos de mujeres.

 

Hoy nos acompaña Mónica González, directora general de Narcea.

Sí, directora-gerente de Narcea Ediciones desde hace unos cuantos años.

¿Hace cuántos?

Pues ya hace… Me incorporé a la editorial en 2001, y en 2008 asumí la dirección editorial.

Son unos cuantos años, pero pocos en comparación con los de la editorial, que este año cumple 50; medio siglo de publicaciones.

¿De dónde surge Narcea?

Ya sabes que Narcea tiene como dos patas; que son la educación y la espiritualidad. La editorial surge en el año 68. Como recordarás, en aquel momento había mucho bullicio, no solo por el Mayo francés…

El post-concilio.

Y todo el tema educativo, que conllevó una reforma educativa.

Fue cuando empezó todo el lío del que todavía no hemos salido.

Sí. Fue una reforma importantísima. Y un grupo de profesionales de la educación, que estaban muy implicadas (digo «implicadas» porque realmente eran mujeres las primeras personas que formaron el equipo editorial) fueron amasando esa bonita idea de poner en pie a una editorial y dar curso a las buenas ideas que se iban gestando.

 

¿Qué significa Narcea?

Es una cosa muy curiosa, porque Narcea, como todo el mundo sabe, es un río asturiano. En el grupo original había personas cercanas a esos ámbitos, y surgió así en una lluvia de ideas que, como dicen en la editorial, en las lluvias de ideas ya empiezan a salir ideas geniales, y en aquel momento ya debieron hacer eso.

Es verdad que originalmente se llamaba Iter Ediciones y, de hecho, aún aparece en algún archivo histórico. Y es que en aquel momento, también, como recordarás, estaban los diccionarios Iter, por lo que hubo que cambiar el nombre comercial por Narcea, que es un nombre muy sonoro, aunque en América, a veces nos llaman Nárcea.

En realidad, también es como un periodo que va creciendo.

Así es; de iter (camino) pasamos a río (Narcea). Y sí que es verdad que es, yo así lo entiendo, un río de vida. La labor editorial es muy bella, porque aunque tiene que sobrevivir con el fruto de sus libros, para nosotros lo más importante es la apuesta por los contenidos. Y desde ahí hemos sacado bastantes colecciones que, casi todas, se han mantenido en el tiempo.

La editorial comenzó publicando libros de texto. Había unos textos que se llamaban «El proyecto barquero», que en aquel momento fueron muy innovadores y tuvieron una amplia réplica en América.

Después hubo una colección de Padres, que también fue muy interesante. Y una colección, que seguro recuerdan algunos de nuestros lectores, que se llamaba Bitácora, de literatura juvenil, en aquel momento muy pionera.

Yo creo que la editorial, en ese sentido, siempre ha apostado, humilde y sencillamente, -porque somos una editorial pequeña/mediana-, por incorporar cosas nuevas en el mundo del conocimiento. Y desde ahí llegamos hasta las colecciones actuales.

 



La otra rama que tenéis es la de la espiritualidad. Y además, ahora bastante potente.

Sí, efectivamente. Es una colección a la que tengo mucho cariño. También surge en un momento importante de la historia de la Iglesia; en toda la parte post-conciliar. Y ahí se publicaron autores interesantes.

En aquel momento también aparecieron otras colecciones importantes, como la colección «Icono» que, recordarás, era de espiritualidad oriental. La colección «Cuadernos de oración», también fruto de una publicación periódica que por entonces también fue muy interesante, donde había grandes colaboraciones de Barberá, de Martín Velasco, Pedro Barrado… Muchísima gente.

Esta es una sección que venimos trabajando con mucho entusiasmo. Como bien dices hay muchos autores interesantes. Configura una parte importante de nuestro catálogo Anselm Grün; Narcea fue la primera editorial en publicarle en lengua española.

Uno de los grandes popes.

Efectivamente. Después, también Jean Lafrance, Olivier Clément, y desde ahí…

Y seguís sacando de ellos.

Sí. La verdad es que los títulos de Lafrance han tenido muy buena aceptación. Como bien dices, incorporamos además otros autores nuevos, como José Tolentino, de quien vamos a publicar un título en los próximos meses.

Anselm Grün, además, es interesante para el público a quien se dirige la colección de espiritualidad, que es al cristiano de a pie. muy enfocado también al laicado y a amasar esa experiencia de Dios, de la fe en lo cotidiano. Y en esta sociedad, en la que estamos desde la mañana a la noche trabajando, no podía faltar alguna espiritualidad de trabajo de este autor, que saldrá en los próximos meses.

También otros títulos como «Tú has cubierto mi vergüenza», que publicaremos en los próximos meses. «Las voces del silencio»… Por ahí, vamos tratando de otear qué cosas interesan.

Me gustaría destacar las secciones principales de Narcea, donde hay una parte importante en la línea del acompañamiento.

Hemos publicado recientemente el libro de Darío Mollá, «De acompañante a acompañante. Una espiritualidad para el encuentro». Es un libro que engancha mucho con otros autores que conforman nuestro catálogo, como Almudena Martínez Ocaña y Martínez Lozano, de quien publicamos unos títulos magníficos como «El gozo de ser persona» y «Donde están las raíces».

Además tenemos una línea de testigos, con un clásico de Martín Velasco «Testigos de la experiencia de la fe».

También hay algunas secciones…

Las secciones temáticas.

 

Fuimos a la presentación de un libro que pertenece a una colección que habla de vidas y pensamientos, de Pedro Poveda, de Teresa de Jesús.

Y también Don Bosco. Esa es una colección, que indicabas en la presentación, que obtuvimos de los textos entresacados del hermano Roger, por José Miguel de Haro. Es una colección que llamamos «Palabras con rostro» y que, curiosamente, el nombre ha sido incorporado después de cuatro títulos publicados, y con el que pretendemos una apuesta con un formato creativo, especialmente dirigido a los jóvenes, para que pongamos en nuestras vidas el testimonio de estas grandes mujeres y grandes hombres que han incorporado un gran bien a nuestra Iglesia y a nuestra experiencia de Dios.

El otro día, era bonito cómo José Miguel destacaba que el hermano Roger fue un adelantado a su tiempo.

Un adelantado al twitter, también.

Sí. Y un místico de nuestros días. Con ese libro, la verdad, estamos con mucha ilusión de cara al Encuentro Europeo de Jóvenes de Taizé. Y tenemos mucho cariño a este movimiento. Y del hermano John, que nos acompañó en la presentación, también hemos publicado dos títulos: «El Padrenuestro…» y «La novedad del espíritu».

Otros grandes temas que se abordan en Narcea son el discernimiento, que me parece importante, una espiritualidad urbana, o más de la ciudad.

Y este año, vamos a incorporar en el catálogo, que es un poco novedad, porque en Narcea, además de las colecciones educativas y de ciencias sociales, tenemos una interesante colección de mujeres. Nos parecía importante entresacar a algunas de ellas, que enganchan con la espiritualidad. Hay un título preciosos de Wanda Tommasi, «La inteligencia del corazón» que vamos a incorporar al catálogo de espiritualidad. Después, las místicas.

Vivimos en un mundo de risas, de ruidos, donde no hay tiempo para nada y, a la vez, me da la sensación de que la gente de mi generación, incluso de generaciones anteriores, están empezando a buscar ciertos sentidos a cosas que antes se daban por tenidas en otros lugares, como en grupos parroquiales, que tenían más sentido de pertenencia a cosas y tenían más calma.

Pero, con estas prisas, en lugar de apartarse de todo e ir a tope, la gente sigue teniendo necesidad de encontrar ciertos sentidos. Y en ese punto están esos distintos toques de espiritualidad, de mujer, del trabajo, del día a día, esas pequeñas pildoritas.

Eso es un poco lo que pretendemos. Lógicamente, desde la gran propuesta humanizadora de Jesús de Nazaret, es importante poner rostro a la espiritualidad y a la fe que confesamos.

Se trata de sondear un poco en las necesidades de nuestro público, que son nuestras propias necesidades. Porque es lo que tú dices, que desde la mañana a la noche andamos exprimiendo el tiempo y tratando de llegar a todo pero, a la vez, hay una sed de espiritualidad y de sentido. Y es legítimo que lo acojamos y, sobre todo, modestamente, brindemos pequeñas ayudas.

Creo que es un terreno interesante y, también, la espiritualidad muy unida a lo que sería el desarrollo humano. En ese sentido, en Narcea nos damos cuenta de la importancia que tiene cubrir esta necesidad. De la necesidad de dotar de herramientas para que las personas, en esa profundización de su ser más hondo, puedan descubrir, también ahí, a Dios.

Hay un subtítulo muy bonito en el libro «El gozo de ser persona», que se llama «Plenitud humana, plenitud de Dios».

 

¿Hay libros nuevos de espiritualidad? Porque estamos hablando de autores consagrados. Porque buceáis y parece que los encontráis en congregaciones, en colegios, en personas que se dedican a la docencia o a cualquier otra cosa.

Los hay, aunque a veces en la editorial comentamos que es difícil encontrarlos. Lo encontramos en autores que son los clásicos y que exploran también otros terrenos. Y después, hay una labor del equipo editorial de estar atentos y de participar en eventos donde te puedes encontrar con potenciales autores, o de mirar editoriales extranjeras. Eso nos permite, también, estar ojo avizor a qué cosas son importantes.

Pero lo que dices, es así. Yo creo que, hoy por hoy, es cierto que esos autores clásicos no los encontramos de manera tan patente, pero sí que hay apuestas muy interesantes. Y después, algunos autores que tienen una estela y una trayectoria muy atractiva. Me estoy refiriendo a Ángel Moreno de Buenafuente, que también es otro de nuestros grandes autores.

Es una maravilla.

De hecho, no hace mucho fui a verle porque pensé que ya era hora de conocerle. Y fue una experiencia muy rica.

Hay que ir a buscarle muy lejos.

Sí, yo pensaba, «no llegamos. Esto ¿dónde estará?». Es un lugar especial; cómo hacen la liturgia y cómo lo tienen organizado. Es un entorno natural realmente precioso.

Y más cuando hay nieve.

También quería recordar a José María Avendaño, que es otro los autores que apreciamos muchísimo. Colaboró en «Cuadernos de Oración» y ha publicado unos títulos de él, como el de «La fe sencilla», que es como un elogio a su madre, una mujer sencilla con una profundísima experiencia.

 

¿Qué deseos tenemos para el 2019?

Sobre todo, seguir con la misma ilusión publicando cosas. Es muy grato cuando vas a distintos eventos y te encuentras con gente que te dice lo que le ha ayudado un libro de los que publicamos. O lo que le aporta. Eso es lo mejor para el editor; saber que el trabajo es como una semilla que se planta y que después germina. Que lo bonito de los libros es que van allá donde no sabemos. Tiene como un efecto, casi, multiplicador.

Es como la gente que saca agua de los ríos… Volvemos a Narcea.

Para el 2019 eso es lo que pedimos: ilusión y que la gente se anime a leer y a compartir estas buenas ideas.

Y a comprar libros y a leerlos.

Eso es. Creo que un libro es una buena compañía.

Recuerdo un película preciosa, «Tierras de penumbra», en la que se dice que «leemos para saber que no estamos solos». Que eso es bien bonito y lo recuerdo muchas veces. Y lo que decía José Luis Gago, un gran autor nuestro: Un libro es como una especie de cofre que nos da alas de libertad.

Para el 19 lo mejor, y que sigamos sacando buenos libros. Porque ánimo, no nos falta. Si la editorial lleva cincuenta años apostando por tantas cosas buenas, es nuestra responsabilidad, de los estamos ahora, el seguir esa senda maravillosa en la que se ha implicado mucha gente. Y que también es de justicia recordar el empeño, la ilusión y, sobre todo, el trabajo y la profesionalidad que han puesto en todo lo que han hecho.

Muchas gracias, Mónica. Brindo por otros cincuenta años en que podamos seguir disfrutando de esta espiritualidad que nos aporta Narcea: iremos todos a beber del agua viva.

Claro que sí. Muchas gracias a vosotros por este espacio y también desearos lo mejor para este 2019, porque hacéis una magnífica aportación.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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