Tal y como están los tiempos y con tanto y tan cruel derramamiento de asco y de sangre como se hace noticia en la sección de sucesos, es de obligada y dolorosa lectura para los hombres, las mujeres, la sociedad, la política y para la misma Iglesia
(Antonio Aradillas).- Pese a lo de mimosos «susurros» -«hablar en voz muy baja y con ruido suave»- aplicado a «feministas sobre el amor y el desamor» del subtítulo «Mujeres que aman», reconozco ya desde el principio que se trata de un libro cuya lectura resulta hoy muy oportuna, constructiva y educadora.
Editado por Desclée De Brouwer-Bilbao-, en su colección «A los cuatro vientos» que dirige Manuel Guerrero, y en colaboración con el «Centro de Humanización de la Salud», su autora es Rosa María Belda Moreno.
En su valiente y cálida «hagiografía» se refiere que «en la actualidad es médico de familia y profesora colaboradora del «Centro de Humanización de la Salud de los Religiosos Camilos», coordina a la vez el Grupo de Escucha de Ciudad Real, con participación en el Grupo de Mujeres y Teología de la misma población castellano- manchega, y desarrolla tareas de voluntariado en Cáritas, institución en la que fue directora durante 15 años. Es master en bioética y es autora de otros libros como «Mujeres, gritos de sed, semilla de esperanza».
De entre las secciones y partes de las 174 páginas que componen el texto, destacan referencias como estas: Feminismo y contexto; la desigualdad no es diferencia sino injusticia; ante el clamor de las mujeres pobres; supeditar, ¿hasta cuando?; derecho de ciudadanía para las mujeres; de la conquista de la ciudadanía a la construcción ética; el amor en ti y en mí; ¿Pero qué es el amor?; Fantasías y pecados que perturban el amor; cómo ser libre y seguir amando si eres mujer hoy; liberarse del mito del amor romántico; el amor no es un idilio; ¿es para siempre el amor?; liberarse del mito de la mujer-belleza, mujer deseable y mujer-objeto; patriarcado y libertad; micromachismos en las relaciones de pareja; la desigualdad en las relaciones y sus sutiles argucias; discernimiento y libertad; inteligencia emocional y feminismo; afán de poseer, chantaje emocional y deseo de control…
«La violencia contra las mujeres» constituye el último capítulo y, tal y como están los tiempos y con tanto y tan cruel derramamiento de asco y de sangre como se hace noticia en la sección de sucesos, es de obligada y dolorosa lectura para los hombres, las mujeres, la sociedad, la política y para la misma Iglesia.
En relación con la violencia sexual contra la mujer, me limito a transcribir lo que narra en la página 150. «La violencia sexual es cualquier atentado contra la libertad sexual que afecte a su integridad física o afectiva, por el que se la obliga a soportar o realizar actos de naturaleza sexual, empleando coacción, manipulación o uso de fuerza.
En consonancia con lo que informa la OMS, la violencia sexual se define en función de estos tres comportamientos: se obliga a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad; tener relaciones sexuales por temor a lo que pudiera hacer su pareja o ser obligada a realizar algún acto sexual que considerada degradante o humillante».
Felizmente, y de todas maneras, en el capítulo «Amor y libertad con ojos de mujer», espanta legiones de demonios cornúpetas, el recuerdo de estos sublimes versos de san Juan de la Cruz en su «Cántico Espiritual» : «Buscando mis amores, / iré por esos montes y riberas / ni cogeré las flores/ ni temeré las fieras/, y pasaré los fuertes y fronteras»
Con libros como este, el centro – todo centro- es y está siempre más centrado, hay mucha más humanización y, por supuesto, es mayor y más transcendente la salud que imparten y patrocinan los Reverendos Padres Camilos.
