Rogadle que, con la intercesión de san Josemaría, del beato Álvaro y de tantas hermanas y hermanos nuestros que tenemos ya en el Cielo, sepamos comenzar y recomenzar nuestras vidas de hijas y de hijos de Dios
«Gracias a Dios me encuentro bien de salud, teniendo en cuenta mi edad (82 años), pero es el momento de poner en acto esa posibilidad prevista por san Josemaría». Así se despide el Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, de los miembros de la Obra que nombra como sucesor al Vicario auxiliar, Fernando Ocáriz, nacido en Francia de origen español.
Monseñor Javier Echevarría comienza su carta con un Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!, después de explicar las razones por las que ha decidido el relevo en la Prelatura afirma: «en vísperas del año mariano que estamos a punto de comenzar, en el que pediremos a la Virgen por las familias del mundo entero, me agrada considerar que damos este paso -como todos en la Obra- de la mano de nuestra Madre. Rogadle que, con la intercesión de san Josemaría, del beato Álvaro y de tantas hermanas y hermanos nuestros que tenemos ya en el Cielo, sepamos comenzar y recomenzar nuestras vidas de hijas y de hijos de Dios, con una fidelidad mayor a la llamada recibida del Señor».
Conforme con la posibilidad prevista en los Estatutos de la Prelatura, el Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, ha nombrado a Mons. Fernando Ocáriz (nacido en París el 27 de octubre de 1944) Vicario auxiliar, con la potestad ejecutiva necesaria para el gobierno de la Prelatura, incluyendo las competencias reservadas al Prelado, excepto las que requieren el ejercicio del orden episcopal.
La figura del Vicario auxiliar está establecida por el derecho en los números 134 §1 y 135 del Codex iuris particularis Operis Dei, que fue promulgado por san Juan Pablo II con la Constitución Apostólica Ut sit, el 28 de noviembre de 1982.
En el decreto del nombramiento, fechado el 9 de diciembre, el Prelado expone que «la extensión de la labor apostólica de la Prelatura y el crecimiento del número de circunscripciones regionales, de centros y de labores cuya atención pastoral está confiada al Opus Dei han llevado consigo un aumento del trabajo de gobierno que corresponde al Prelado». Por eso -añade- «teniendo en cuenta también mi edad, veo conveniente proceder al nombramiento de un Vicario auxiliar».
Carta del prelado:
Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
San Josemaría nos enseñó a permanecer siempre en acción de gracias a Dios. Ut in gratiarum semper actione maneamus! Y, entre los motivos de agradecimiento, quiero referirme ahora a la clarividencia -verdadera iluminación del Cielo- con que el Señor ilustró a nuestro Padre a la hora de preparar el Derecho particular del Opus Dei. Ahí, como conocéis, está previsto que el Prelado, oído el parecer de su Consejo, pueda nombrar un Vicario auxiliar que le ayude de modo inmediato en el gobierno de la Prelatura (cfr. Statuta, n. 134 § 1 y 3, n. 135), y en los edificios que integran la sede central, puso unas habitaciones destinadas al Vicario auxiliar.
Gracias a Dios me encuentro bien de salud, teniendo en cuenta mi edad; y, como el trabajo aumenta con la expansión de las labores apostólicas, después de haber pedido sus luces al Señor, he llegado a la conclusión de que es el momento de poner en acto esa posibilidad prevista por san Josemaría. Y, tras oír al Consejo General y a la Asesoría Central, he nombrado Vicario auxiliar a don Fernando Ocáriz.
Como nuevo Vicario general, con el parecer del Consejo, he nombrado a don Mariano Fazio, hasta ahora Vicario regional en Argentina.
El nombramiento del Vicario auxiliar, con las facultades ejecutivas para el gobierno de la Prelatura, incluyendo las que el Derecho atribuye al Prelado, me supondrá una gran ayuda para seguir aún más de cerca el desarrollo de la labor en los 69 países en los que trabaja la Obra.
En vísperas del año mariano que estamos a punto de comenzar, en el que pediremos a la Virgen por las familias del mundo entero, me agrada considerar que damos este paso -como todos en la Obra- de la mano de nuestra Madre. Rogadle que, con la intercesión de san Josemaría, del beato Álvaro y de tantas hermanas y hermanos nuestros que tenemos ya en el Cielo, sepamos comenzar y recomenzar nuestras vidas de hijas y de hijos de Dios, con una fidelidad mayor a la llamada recibida del Señor.
Aprovecho estas líneas para desearos nuevamente una feliz Navidad, muy cerca del Niño Jesús, de la Virgen y de san José.
Con todo cariño, os bendice
Vuestro Padre
+ Javier
Roma, 10 de diciembre de 2014, conmemoración de Nuestra Señora de Loreto.