El director presenta el documental 'Papa Francisco. Un Hombre de Palabra'

Wim Wenders: «Francisco es un hombre del que se puede fiar»

"Es un hombre que no actúa por sí mismo sino por el bienestar común"

Wim Wenders: "Francisco es un hombre del que se puede fiar"
El director de cine Wim Wenders, con el Papa Francisco Vatican News

Me impresionó mucho lo abierto que era el Papa Francisco a cada pregunta, y cuán directa y espontáneamente respondió

El 13 de marzo del 2013, el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, se convirtió en el 266 Pontífice. Es el primer Papa de América Latina, y el primero del hemisferio sur y el primer jesuita como obispo de Roma, pero sobre todo el primer Papa en llamarse Francisco, después de San Francisco de Asís, uno de los santos cristianos más seguido con fervor, y uno de los reformadores que dedicó su vida a la «Hermana Pobreza» y al amor profundo a la naturaleza y a los seres vivos de la «Hermana Madre Tierra».

La película Papa Francisco. Un Hombre de Palabra, escrita y dirigida por el tres veces premiado por los Oscars, Wim Wenders, trata de seguir una jornada personal del Papa Francisco, en vez de hacer un documentario biográfico sobre él. El proyecto partió de la idea del Prefecto de la Secretaria para la Comunicación, Mons. Dario Viganó, para hacer una película con el Papa Francisco y no sobre el Papa Francisco.

Una particular co-producción con el Vaticano, la idea del Papa y su mensaje son la parte central de esta película, que presenta su trabajo de reforma y las respuestas a las preguntas globales sobre la muerte, justicia, inmigración, ecología, desigualdad de riqueza, materialismo y el papel de la familia.

La película está hecha con una cámara directa que visualiza y narra momentos de una audiencia cara a cara con el Papa, creando un diálogo entre él y, literalmente con el mundo.

Respondiendo preguntas de personas de todos los ámbitos de la vida, el Papa Francisco responde a granjeros y trabajadores, refugiados, niños y ancianos, presos y aquellos que viven en favelas y campamentos de migrantes. Todas estas voces y caras son una muestra representativa de la humanidad que se une a una conversación con el Papa Francisco.

Si bien esta «sinfonía de preguntas» es la columna vertebral de la película, también muestra al Papa en sus muchos viajes alrededor del mundo, con imágenes de él hablando en las Naciones Unidas, dirigiéndose al Congreso de los Estados Unidos, de luto con los reunidos en Ground Zero y en Yad Vashem, el Centro Mundial de la Memoria del Holocausto en Jerusalén. Habla a los presos en las correccionales y a los refugiados en los campamentos del Mediterráneo. Lo vemos viajar a Tierra Santa (Palestina e Israel), así como a África, América del Sur y Asia.

A lo largo de la película, el Papa Francisco comparte su visión de la Iglesia y su profunda preocupación por los pobres, su participación en asuntos ambientales y justicia social, y su llamado a la paz en áreas de conflicto y entre las religiones del mundo. También hay una presencia de San Francisco en la película, que se conecta con su tocayo, el Papa, a través de relatos de momentos legendarios en la propia vida del Santo como reformador y ecologista.

En una era de profunda desconfianza hacia los políticos y las personas en el poder, cuando las mentiras, la corrupción y los hechos alternativos están a la orden del día, Papa Francisco. Un hombre de Palabra nos muestra a una persona que vive lo que predica y se ha ganado la confianza de personas de todas las tradiciones y culturas de fe de todo el mundo.

La entrevista de Vatican News a Wim Wenders:

5 años de pontificado y en un preestreno se podrá ver el trailer de su película: «Papa Francisco. Un hombre de palabra». ¿Para Ud. qué significa esta película? ¿Cómo nació la idea y qué se espera?

Ni en mis sueños más locos hubiera esperado hacer una película sobre el Papa Francisco. Cuando recibí la carta con una invitación para ir al Vaticano y discutir con Don Darío Viganó la posibilidad de una película sobre el Papa, respiré hondo por primera vez, y luego di la vuelta a la manzana. Parecía que tal proyecto representaría una gran responsabilidad, al menos sería un tipo de tarea completamente diferente de cualquier película que hubiera hecho antes. Pero, por supuesto, iría y averiguaría qué tenía en mente Don Dario.

Resultó que me ofreció carte blanche, libertad total, me dejó escribir un concepto y definirme la película que podría imaginarme. Y el Vaticano no interferiría, y abriría su archivo para nosotros. Dije que sí. Por supuesto. Necesité un tiempo para que mi concepto, mi idea, tomara forma, para que la financiación llegara y se organizara la primera sesión con el Papa Francisco.

Desde esa primera entrevista hasta la película final tomó casi 2 años, 3 sesiones de entrevistas más largas y un rodaje en Asís, la ciudad natal de San Francisco. Y meses y meses en la sala de edición, hasta que la película había tomado su forma final. Y cumplió las grandes esperanzas que tenía: que le permitiera al Papa Francisco hablar directamente con cada espectador y oyente, casi cara a cara, sobre todas sus preocupaciones y todos los asuntos que le importan. Esto no pretendía ser una película sobre él, sino con él.

El Papa participó en las grabaciones… ¿hay alguna anécdota sobre esos momentos que le asombró particularmente?

¡Oh sí! Cada vez, me impresionó mucho lo abierto que era el Papa Francisco a cada pregunta, y cuán directa y espontáneamente respondió. Y después de cada una de nuestras cuatro largas sesiones, se tomó el tiempo de estrechar la mano a todos, y no hizo ninguna diferencia entre el productor, el director, el electricista o el asistente.

Ud. declaró: El Papa «es un ejemplo viviente de un hombre que lucha por lo que dice». ¿Qué le desea hoy día?

Tenía la mayor consideración por el Papa Francisco antes de conocerlo, solo por verlo en televisión y por leer sus sermones o sus encíclicas. Pero conocerlo cara a cara, y luego también verlo y escucharlo todos los días en la sala de edición, no solo en nuestras propias entrevistas, sino también en sus numerosas charlas en todo el mundo, a refugiados, prisioneros, políticos, científicos, niños, ricos o personas pobres o personas comunes, me hizo darme cuenta de lo valiente que era, lo intrépido.

Y ese sería mi deseo: que nunca pierda ese coraje, ese valor implacable. Cada vez que se fue de nuestro set, lo último que dijo fue: «¡Reza por mí!» Y esa no era solo su forma de decir adiós, sino que lo decía en serio.Y lo escuché pedir lo mismo a personas de todo el mundo. Así mi otro deseo es que se refuerce con todas las oraciones que se hacen por él, de parte de todas estas personas, (incluido mi pequeño equipo de producción). Para todos él representa un hombre de quien se puede confiar en su palabra, esta característica es hoy rara y valiosa: un hombre que no actúa por sí mismo sino por el bienestar común.

(RD/Vatican News)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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