Peligrarán cincuenta empleos si el Vaticano no renuncia a su parte de las ganancias, advierten

Jóvenes desfavorecidos ruegan al Papa que salve sus trabajos en las catacumbas de Nápoles

Su proyecto de restauración y explotación de un patrimonio olvidado, ejemplo para rescatar un barrio deprimido

Jóvenes desfavorecidos ruegan al Papa que salve sus trabajos en las catacumbas de Nápoles
Catacumbas de San Genaro, Nápoles

La petición ha sido compartida y firmada por el alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, quien dijo que está seguro de que "el Papa, conociendo su sensibilidad, comprenderá la importancia para el barrio y la ciudad de este laboratorio"

(RD/EFE).- La cooperativa de jóvenes que desde 2008 se encarga de gestionar las catacumbas de San Genaro en Nápoles (sur de Italia), en uno de los barrios más problemáticos de la ciudad, pide que el Vaticano renuncie al 50 % de las ganancias obtenidas, cerca de 700.000 euros (798.828 dólares), que le corresponden.

Entre otras iniciativas, han publicado una carta abierta al Papa Francisco para que medie en el asunto e impida a la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada, que se ocupa de estas áreas arqueológicas, cobre los cerca 700.000 euros que se le deben, según el convenio firmado entre ambas partes.

Reconocen que el acuerdo era dar el 50 % de las ganancias a la institución vaticana, pero afirman que si lo hacen «tendrían que cerrar» las catacumbas y terminaría el proyecto que ha dado trabajo a los jóvenes del barrio de Sanità, uno de los más degradados de Nápoles y conocidos por ser territorio de la Camorra, la mafia local.

Hasta 2008, las Catacumbas de Nápoles no existían ya que abrían y cerraban continuamente por la falta de fondos.

Ese año, varios jóvenes del barrio Sanità se reunieron en la cooperativa «La Paranza» y decidieron junto al párroco Antonio Loffredo pedir la gestión de las catacumbas con «el objetivo de recalificarlas y abrirlas al gran público».

Recibieron fondos privados «para la reestructuración de algunos locales, un nuevo sistema de iluminación y eliminación de las barreras arquitectónicas» y «en pocos meses se dio una nueva vida a un lugar olvidado».

Fresco en las catacumbas


En la carta dirigida al Papa, se explica que esta cooperativa de jóvenes ha logrado pasar de las 5.000 visitas en 2008 a cerca 150.000 en 2018, «colocando las catacumbas de san Genaro como uno de los monumentos más visitados de Nápoles».

Gracias a la apertura de estas catacumbas trabajan 50 jóvenes, «algunos de ellos con un pasado difícil».

El proyecto en estos años se ha convertido en un verdadero ejemplo para rescatar un barrio deprimido y un patrimonio histórico ignorado, así como una alternativa a la mafia.

«Por todas estas razones, las peticiones económicas de la Comisión Pontificia no pueden ser compartidas, porque determinarían el final de esta extraordinaria experiencia», escriben.

La petición ha sido compartida y firmada por el alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, quien dijo que está seguro de que «el Papa, conociendo su sensibilidad, comprenderá la importancia para el barrio y la ciudad de este laboratorio«.

El pasado 5 de noviembre se reunieron el arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe y el presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada, el cardenal Gianfranco Ravasi, para renovar el convenio firmado en 2009 tras la apertura de las catacumbas, pero aún no ha habido más información.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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