La organización institucional de la Iglesia tiene suficientes escalones intermedios que deben responder antes de que lo haga la jerarquía vaticana y hasta el propio papa Francisco
(Gabriel Conte, en MDZOL).- En el Vaticano conocen todos los detalles de lo que está sucediendo en Mendoza con sus sacerdotes, aunque no aceptan hacerse cargo primeros y en forma absoluta de la responsabilidad por lo ocurrido.
Desde su punto de vista, la organización institucional de la Iglesia tiene suficientes escalones intermedios que deben responder antes de que lo haga la jerarquía vaticana y hasta el propio papa Francisco.
De acuerdo con fuentes oficiosas contactadas por MDZ en Roma, este es el estado de situación en un lugar en donde tienen que lidiar no solo con lo que sucede aquí, sino que tiene a miles de sus hombres y mujeres cuestionados en los estrados judiciales por diversos casos, muchos de ellos vinculado a prácticas sexuales ilegales, otros por estafas y otro tipo de delitos.
Por ello, en el Vaticano se centran principalmente sobre los casos del instituto Antonio Próvolo (ya que no los ha sorprendido los casos publicados por MDZ sobre el Instituto del Verbo Encarnado, pero tampoco han recibido informes detallados al respecto, a la vez que sus instancias jurídicas propias del Código Canónico estudian las elevadas por el Obispado de San Rafael).
Sobre los supuestos casos de abuso a niños sordomudos, en el círculo cercano al papa Francisco piensan que tiene que resolverlo el Arzobispado, «a los sumo un delegado de la Conferencia Episcopal», según el análisis de una alta fuente que no habló en forma oficial, pero que es parte de la superestructura de poder los palacios vaticanos.
En este sentido, han visto con buenos ojos, además, que hable el vocero Marcelo De Benedectis, que subroga al silencio de la persona del arzobispo, aunque nadie comprende que Carlos María Franzini, se niegue a hablar, ni siquiera en San Pedro.