Josep Miquel Bausset

«Se dejaban corromper por afán de dinero»

Sería interesante y a la vez oportuno, que los obispos del País Valenciano denunciaran con valentía la corrupción

"Se dejaban corromper por afán de dinero"
Josep Miquel Bausset

Son los regalos de relojes Rólex de 18000 euros y Nautilius de 19000 o los anillos de oro blanco de 64 quilates. Son las comisiones (¿3%?) o los cheques de Avialsa relacionados con la persona que organizó las cacerías del exconseller Serafín Castellano

(Josep Miquel Bausset).- Así describe el libro de Samuel (1S 8:3) la actitud de los jueces de Israel, hijos de Samuel: Joel, el mayor y Abías, el pequeño. Y es que en vez de imitar el buen ejemplo de Samuel, sus dos hijos «no seguían su mismo camino», y por eso, como jueces perversos y corrompidos, «aceptaban regalos y falseaban la justicia». Es lo que hemos vivido en el País Valenciano desde hace años. En el País Valenciano y también en Cataluña con los casos Pujol Ferrusola o Millet, en Andalucía con los Eres, en Mallorca con el caso Matas, en Madrid con el Púnica…

Es la corrupción, manifestada en el País Valenciano con los casos Brugal, Emarsa, Canal 9, Cooperación, Terra Mítica, Carlos Fabra, Francisco Martínez, Ivam, Acuamed, Fórmula 1, Gürtel, Nóos, Ciegsa, Avialsa, Ritaleaks o el caso Taula, el más reciente que hemos conocido los valencianos.

Son los regalos de relojes Rólex de 18000 euros y Nautilius de 19000 o los anillos de oro blanco de 64 quilates. Son las comisiones (¿3%?) o los cheques de Avialsa relacionados con la persona que organizó las cacerías del exconseller Serafín Castellano. Son los sobrecostes de millones de euros en colegios, las facturas falsas, los 300000 euros en comidas, con mariscadas a base de ostras y langostinos a cargo de los ciudadanos y hoteles de 771 euros en una suit del hotel Gallery Art de Florencia.

Son los regalos o los miles de euros cobrados por comisiones en un PAI. O la Fórmula 1 que no nos había de costar ni un euro y que ha sido un fracaso absoluto. Son los millones de la UE destinados a la enseñanza y que no fueron utilizados para ello durante el mandato del PP y por eso ahora la Generalitat ha de pagar una multa debido a la mala gestión de aquel partido.

Debido a todo ello hemos visto los condenados y encarcelados, como Carlos Fabra, que fue Presidente de la Diputación de Castelló de la Plana, el superconseller Rafael Blasco o el exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernandez Mateo…. O nueve de los concejales del Ayuntamiento de València imputados o la Sra. Milagrosa Martínez, expresidenta de las Cortes Valencianas, los Srs. Vicente Rambla o Ricardo Costa. Es el blanqueo de dinero, la prevaricación y los sobornos y la malversación que afecta a regidores, exregidores, asesores y militantes del PP….

Ante este escándalo continuo, el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolín, el 2016 instaba a la Iglesia mejicana a «levantar su voz contra la corrupción», que no es sino la idolatría del dinero. Y el papa Francisco decía el día 13 de febrero del mismo 2016, en la basílica de la Virgen de Guadalupe: «El santuario de Dios no es el dinero sino la vida de sus hijos, especialmente de los jóvenes sin futuro y de los ancianos olvidados en tantos rincones». Y el papa, con valentía seguía así: «El santuario de Dios son las familias que necesitan del mínimo necesario para poder construirse y levantarse. Es el rostro de aquellos que salen a nuestros caminos». Cuantos millones expoliados y cuantas familias que no pueden llegar a final de mes.

El papa, en la catedral de la ciudad de Méjico, pedía a los obispos mejicanos que tuviesen «coraje profético» para acabar con el narcotráfico y con la corrupción. Y les recordaba que en la Iglesia, que no necesita príncipes sino testigos del Señor, no hemos de tener «miedo a la transparencia». Un día después, el 14, a Ecatepec, el papa denunciaba una práctica muy frecuente en muchos políticos del País Valenciano: «No se puede tener pan, a base del sudor del otro». Y por eso Francisco denunciaba las «injusticias que atentan directamente contra el sueño de Dios». Con palabras claras y enérgicas, el papa se escandalizaba de aquellos que «se apoderan de los bienes de los otros, que han sido dados a todos, pero que utilizar solo ellos».

La corrupción, con el soborno y el fraude, las mentiras y la idolatría del dinero, llevan a los corruptos al vacío más absoluto y efímero, entre otras cosas porque nadie se lleva nada con él, cuando lo llevan al cementerio. Por eso sería interesante y a la vez oportuno, que los obispos del País Valenciano denunciaran con valentía la corrupción que hemos vivido a cargo de un partido que siempre se apuntaba a misas y a procesiones, pero que a la vez desamparaba a los más frágiles de nuestra sociedad.

A pesar de que el Levítico y el Deuteronomio o los profetas prohíban robar, han sido muchos los políticos que han saqueado los bienes públicos de los valencianos, aprovechándose y robando el pan de los pobres y de las viudas. Y por eso, como nuevos escribas y fariseos, habrán de oír también ellos, aquellas palabras de Jesús: «Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que sois como sepulcros encalados, que por fuera son bonitos, pero por dentro están llenos de huesos…..así también vosotros, por fuera parecéis gente honrada, a los ojos de los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de maldad» (Mt 23:27-28).

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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