Faustino Vilabrille

Bautizarse, ¿para qué? Compromiso con el agua

"El agua, que debería ser patrimonio universal y exclusivo de toda la humanidad, se ha convertido en un negocio más del capitalismo"

Bautizarse, ¿para qué? Compromiso con el agua
Faustino Vilabrille

El agua puede ser la causa del mayor conflicto geopolítico del siglo XXI, ya que se espera que en el 2025 la demanda de este elemento tan necesario para la vida humana será un 56 % superior a la disponibilidad del mismo

(Faustino Vilabrille Linares).- ¿Qué hemos hecho los millones seguidores de Jesús de Nazaret, que en 20 siglos ni siquiera hemos garantizado el derecho al agua de todos los niños del mundo?

¿Hemos mirado para el cielo, para la tierra, o en realidad para ninguno de los dos?

El próximo domingo celebramos la fiesta del Bautismo de Jesús. ¿Para qué se bautizó Jesús?

Fuimos, como Jesús, bautizados con agua, ¿para qué?

Sabiendo para qué se bautizó Jesús también sabemos para qué nos bautizamos nosotros.

Jesús se bautizó de adulto, con el agua del río Jordán, consciente y responsable de lo que hacía, asumiendo compromisos muy concretos con los pobres de Galilea.

El agua es un producto decisivo para el futuro de la humanidad: el agua es vida, el agua limpia y se limpia, el agua forma parte del 71 % de nuestro cuerpo, al que equilibra hídricamente.

El nivel de sal en los mares es del 3,4 %. Si subiera al 6 % la vida en ellos sería imposible, como pasa en el Mar Muerto. El cuerpo humano posee la misma proporción de agua que el planeta Tierra: el 71 % y nuestra sangre la misma salinidad que el agua del mar: el 3,4 %.

El primer alimento que necesitamos es el aire, y el segundo el agua: estamos contaminando mucho los dos, pero sobre todo el agua. En 2010 hemos enviado al mar 8 millones de toneladas de residuos. Al ritmo que lo vamos aumentando, para 2025 alcanzaremos los 155 millones de toneladas. Cada español generamos 450 kilos de residuos al año.

Cuatro millones de niños mueren anualmente en el mundo por falta de agua. Unos 2.500 millones de personas enferman al año en el Tercer Mundo por enfermedades derivadas de la carencia de agua, o por beber agua no potable.

El agua, que debería ser patrimonio universal y exclusivo de toda la humanidad, se ha convertido en un negocio más del capitalismo. Se está privatizado sin parar. A causa del cambio climático va a ser, cada vez más, un bien escaso.

Va a tener más valor que el oro o los diamantes: estos no son comida ni bebida, el agua sí; sin agua no hay vida. Va ser mucho más importante que el petróleo: para el petróleo hay alternativa, para el agua no. Sin petróleo se puede vivir, sin agua imposible. El agua va a ser el oro azul del futuro.

El agua puede ser la causa del mayor conflicto geopolítico del siglo XXI, ya que se espera que en el 2025 la demanda de este elemento tan necesario para la vida humana será un 56 % superior a la disponibilidad del mismo.

Para leer el artículo completo, pinche aquí.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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