"Pensé alguna vez en suicidarme, pero trato de tener una actitud positiva, de ayudar a otros"

Juan Carlos Cruz: «El Papa busca hacer lo correcto, pero algunos reman en contra»

"De lo que tenemos que preocuparnos es de que los obispos cumplan con lo que se resolvió en Roma"

Juan Carlos Cruz: "El Papa busca hacer lo correcto, pero algunos reman en contra"
Juan Carlos Cruz Agencias

Cuando me preguntan si no estoy cansado de llevar ocho años peleando digo que sí. Pero cuando veo lo que he logrado me alegra. Y cuando me escribe gente que me dice que la ayudé con mi testimonio siento que vale la pena

(Sergio Rubin en Valores Religiosos).- El chileno Juan Carlos Cruz es una de las víctimas de abusos sexuales presentes en el Vaticano para la histórica cumbre convocada por el Papa Francisco para tratar este tema, que ha causado una profunda crisis en la Iglesia. En una entrevista con Clarín, pidió que lo que se acuerde en estos días de deliberaciones se concrete en la práctica.

Como víctima del hoy ex sacerdote chileno Fernando Karadima, su testimonio abrió la cumbre con un concepto muy fuerte respecto a los clérigos abusadores. Dijo que algunos miembros del clero se convirtieron en asesinos del alma…

A mí me impresionó cuando el Papa le dijo a su mamá que quería ser médico, pero médico del alma. Y no el Papa, pero que otros se hayan convertido en asesinos del alma cuando deben ser médicos del alma me duele mucho.

¿Le genera esperanza o es escéptico ante la cumbre contra los abusos cometidos por miembros del clero?

Me alegra que se haga y me genera esperanza. Pero lo importante es ver qué va a pasar porque esto no puede quedar en una cumbre y que todo siga como antes. Para mí el Papa lo tiene claro. De lo que tenemos que preocuparnos es de que los obispos que vienen a Roma, asienten con la cabeza frente al Papa, le dicen «por supuesto, santidad», y después se van a sus países y vuelven a caer en lo mismo. Considero que tiene que haber un cierto control de manera que se pueda comprobar el cumplimiento de lo que se resolvió.

¿Le parecen acertadas las 21 acciones que propuso el Papa como la evaluación psicológica de los candidatos al sacerdocio, el asesoramiento a los obispos que reciben una denuncia y un organismo para recibirlas?

Me parecen bien. Hay muchas cosas que ya se hacen o que deberían hacerse. Es importante que se cumplan rigurosamente. Existe un motu proprio (decreto papal) que se llama «Como una madre amorosa», que son líneas para tratar el abuso sexual. Existe el Código de Derecho Canónico, que se tiene que aplicar como corresponde. Y otra cosa, que no se atreven a hacer mucho, es colaborar con las autoridades civiles locales: entregar a la Justicia a los pedófilos y a los que encubren.


Estos días se escucharon voces de víctimas muy críticas con la cumbre.

Es natural y comprensible. Hay hombres y mujeres que han sufrido abusos horribles, cosas tremendas, y uno tiene que comprender que para ellos es muy difícil esta situación y que tienen todo el derecho de estar enojados y tristes. Cada víctima es un mundo separado.

¿Cree que el encubrimiento alcanzó no sólo a los obispos en sus países, sino a miembros del Vaticano?

Por supuesto. Y que están aquí todavía. Creo que el Papa, y me da mucha pena, se debe sentir bien solo porque hay mucha gente que rema al revés y a mí me preocupa. Siento que el Papa quiere hacer lo correcto y a veces no tiene la colaboración que merece.

Cuando el Papa cometió el yerro de defender al obispo Juan Barros, acusado de encubrir a Karadima, ¿fue engañado por las autoridades de la Iglesia chilena?

No me cabe absolutamente ninguna duda de que al Papa lo engañaron. Y que hoy día esa gente debe estar tremendamente arrepentida de haber causado el daño que causó. Pero también le doy gracias al Papa por haber podido oír la verdad y creerla. Y por tomar acciones concretas para solucionar el engaño. Renunciaron los 32 obispos chilenos, echó a ocho y creo que va a echar a unos cuantos más.

Usted fue recibido más de una vez por el Papa. ¿Se sintió contenido?

Le tengo mucho respeto. Obviamente, me impresiona ver que el Papa del 2017 no es el Papa del 2019. Que ha sabido oír, que ha sabido entender y, en mi caso, fue extremadamente cariñoso. Precisamente lo que tiene que hacer la Iglesia es contener y acompañar a las víctimas siempre. No puede ser que no las trate bien.

¿Superó el trauma del abuso?

Uno nunca termina de superarlo. Tengo días mejores y días peores. Pensé alguna vez en suicidarme, pero trato de tener una actitud positiva, de ayudar a otros. Cuando me preguntan si no estoy cansado de llevar ocho años peleando digo que sí. Pero cuando veo lo que he logrado me alegra. Y cuando me escribe gente que me dice que la ayudé con mi testimonio siento que vale la pena.

 

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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