En total, Cáritas atendió a casi 6,5 millones de personas, 1,6 en España y 4,8 en el extranjero
(Jesús Bastante).- «Estamos ante un nuevo modelo social, en el que Cáritas no sólo quiere estar cerca de los pobres, sino también ser voz profética. En los tiempos que vienen, tenemos que clamar que los pobres deben ser los primeros. Lo real es que hay personas sufriendo, que la pobreza se sigue incrementando y que el modelo actual lo fomenta». Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española, presentó este mediodía la Memoria 2010 de esta organización, que el pasado año invirtió 247,5 millones de euros (un 7,5% más que en 2009) para ayudar a construir una sociedad más justa y solidaria. En mitad de la crisis, pero no sólo pensando en sus consecuencias inmediatas, sino también en la sociedad a construir. Antes y después de las elecciones.
Los datos demuestran que, pese a la situación social, Cáritas sigue estando de moda. 247,5 millones de euros, un sensible incremento del voluntariado y de las aportaciones ciudadanas y de empresas (por primera vez, descienden las subvenciones públicas, apenas un 1%, pero significativo) y la sensación de que «la gente confía en Cáritas», según apuntó el presidente de esta asociación, Rafael del Río. En total, Cáritas atendió a casi 6,5 millones de personas, 1,6 en España y 4,8 en el extranjero. Las hambrunas del Cuerno de África, la catástrofe de Haití… siguen estimulando a Cáritas a anunciar, y denunciar, que la crisis no debe hacernos olvidar que todas las situaciones de pobreza son injustas, y que no hay dignidades de primera (españoles) y de segunda (extranjeros, inmigrantes…).
«El principal objetivo es ayudar a todos (sociedad, Iglesia) a sentir en carne propia la situación por la que pasan millones de familias en España y en el mundo», incidió Sebastián Mora. En España, esta realidad se plasma en más de medio milón de hogares sin ningún ingreso para salir adelante, y en la falta de alternativas para los que, antes de la crisis, estaban en situaciones de dificultad, que se han cronificado.
«En un momento en que desde instancias políticas y sociales se nos está llamando a ser realistas y padecer sacrificios, esta memoria demuestra que ya hay millones de personas en el mundo que ya están sufriendo el mayor de los realismos: la pobreza y la exclusión«, proclamó. Una realidad que «nos duele en lo más profundo del alma», porque los 61.783 voluntarios de Cáritas -«que son el alma, el corazón y las manos de Cáritas»- y sus trabajadores «estamos presentes, más cerca de los pobres que nunca».
En esta tesitura, los datos de la Memoria son un oasis de esperanza y, a la vez, un aldabonazo a las conciencias: Más de 33 millones de euros invertidos en Empleo e Inserción laboral, que lograron que 16.791 personas encontraran un puesto de trabajo; 4,15 millones en Vivienda; 35,7 en Acogida y Atención Primaria, un 15% más que en 2009, y atendiendo a casi un millón de personas. Una situación especialmente dolorosa si se tiene en cuenta que los servicios públicos cada vez reducen más sus recursos, y cada vez más son las personas que acuden a Cáritas para solicitar recursos básicos; 32 millones a programas de mayores; 22 a personas sin hogar; 13,4 a Infancia; 7,7 a Inmigrantes; otros 7,7 a Familia….
«Cuando se muestran caminos reales, la gente es capaz de ser solidaria, de hacer sacrificios, de vivir sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir. Merece la pena apretarse el cinturón para que otros puedan vivir», recalcó Sebastián Mora, quien reclamó un mayor compromiso político y social para el presente y para el futuro.
En este sentido, el secretario general de Cáritas confirmó diversas reuniones con los principales partidos políticos, a los que han hecho llegar las «Propuestas políticas de Cáritas Española«, que han sido «acogidas con receptividad, rigor y atención», lo que hace pensar que, gobierne quien gobierne, Cáritas tendrá una voz importante en las políticas sociales.
Con cuestiones innegociables. «Fundamentalmente, la persona: que necesita unos mínimos para desarrollarse integralmente en todas las facetas, una atención básica, una vivienda con las características mínimas para desarrollarse, y un ámbito donde el empleo no sea un privilegio, sino algo promovido. Tenemos que optar porque no haya personas de primera o de segunda categoría (políticas migratorias), solidaridad internacional, y una serie demedidas cara a la aritculación del tercer sector». En el documento, se opta por una mayor cobertura en los servicios sociales básicos, un pacto por la vivienda y políticas aperturistas en materia de inmigración y cooperación internacional.