No podemos quedarnos sólo en una respuesta de emergencia a la crisis de refugiados
(Cáritas Española/Agencias).- En una reunión celebrada ayer en Madrid, Cáritas Española, la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz han acordado desarrollar una estrategia estatal conjunta como entidades de acción social de la Iglesia católica en España para organizar una respuesta generosa y coordinada al llamamiento que el Papa Francisco ha dirigido este domingo a las «parroquias, las comunidades religiosas, los monasterios y los santuarios de toda Europa» para acoger a los refugiados.
Propuesta conjunta de acogida
En ese encuentro, las entidades de iglesia han acordado ir de la mano en cada una de las respuestas que se vayan articulando para organizar la acogida en el marco del compromiso de protección internacional que asuma finalmente el Estado español.
Para ello, se ha decidido poner a punto una propuesta conjunta cuando el proceso de acogida de refugiados en nuestro país esté definido en el seno de la Unión Europea. Esta propuesta tomará en consideración los generosos ofrecimientos que desde las distintas Diócesis, Parroquias, congregaciones
religiosas y comunidades están llegando a cada una de nuestras entidades.
Invitamos, en este sentido, a que en los diferentes espacios de la Iglesia se participe en este proceso de acogida a los refugiados de forma tranquila para garantizar una respuesta coordinada y común.
Nuestras entidades cuentan con una larga experiencia de trabajo sobre la realidad de la migración y el refugio, tanto en las regiones de origen como en los países de tránsito y de acogida. Conocemos tanto sus causas como las necesidades de acompañamiento y protección de cada una de las personas que abandonan sus hogares en busca de justicia, libertad y dignidad.
Cáritas Española, Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz seremos generosos en la respuesta fraterna que articulemos a nivel estatal. Como entidades de Iglesia ofrecemos nuestra colaboración a los poderes públicos en aquellos aspectos de la acogida y el acompañamiento a los refugiados donde el Estado, como máximo garante de la protección de estas personas, no pueda asumir.
Una vez definido cuál va a ser el itinerario de colaboración podremos concretar, con la mayor urgencia posible, el plan de actuación común que como Iglesia deberemos desarrollar a medio y largo plazo en cada uno de los ámbitos diocesanos.
No es sólo una crisis de refugiados
Como hemos señalado en nuestra nota de prensa del pasado 2 de septiembre, no estamos sólo ante una crisis humana, sino ante la evidencia de un fracaso absoluto de las políticas europeas de migración y de cooperación, que han estado más preocupadas en cerrar las fronteras a cualquier precio antes que ocuparse de la desesperada situación de miles de seres humanos o de la obligada protección de sus derechos humanos.
No se trata únicamente de una crisis de refugiados. Y no podemos ni debemos quedarnos sólo en una respuesta de emergencia a todas esas personas que, efectivamente, necesitan de nuestra protección. Nos preocupa, en ese sentido, el riesgo para la convivencia que supone la consolidación del
mensaje que se escucha estos días de «refugiados sí, migrantes no».
Debemos ser capaces de romper ese mensaje, trasladando a toda la opinión pública y a nuestros espacios y comunidades eclesiales la complejidad de las causas comunes que motivan la movilidad humana, ya se trata de refugio o de migración, como ámbitos inseparables e íntimamente relacionados. Urge, por ello, recordar la inspiración evangélica de nuestro compromiso, que ante la pregunta «Señor, ¿cuándo te vimos forastero, y te acogimos?», Dios Padre nos
responde: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,31-46).
Por otro lado, continúan las reacciones de las diócesis al llamado del Papa. Así, el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, considera «absolutamente insoportable» la situación de los refugiados y ha reclamado «generosidad, compasión y solidaridad» para «remediar en la medida de lo posible» una situación «tan grave» sobre la que «no valen pretextos ni aplazamientos».
En la homilía que ha oficiado con motivo de la festividad de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid, el prelado ha recordado a todas aquellas personas que huyen de «la guerra, la persecución y la miseria» mientras buscan «sobrevivir y una vida con un futuro digno». Asimismo, Blázquez ha reconocido la «complejidad» del problema«, pero ha recordado el caso de las 71 personas muertas en un camión de carga en Austria o el del niño sirio ahogado en una playa de Turquía para aseverar que «es un grito que clama al cielo» y «absolutamente insoportable».
«Es un escarnio para personas que tienen la misma dignidad que todos nosotros«, ha recalcado, por lo que ha pedido a la Virgen que «toque el corazón y movilice la respuesta operativa de todos».
La Iglesia de Barcelona seguirá las indicaciones del papa Francisco y participará activamente en el Año dedicado a la Divina Misericordia. Así lo ha especificado el cardenal Martínez Sistach en su nueva carta pastoral titulada Sed misericordiosos destinada, sobre todo, a «disponer nuestros espíritus para una buena celebración del Jubileo en nuestra Iglesia metropolitana de Barcelona».
El arzobispo de Barcelona ha priorizado en esta carta pastoral, siguiendo la bula pontificia Misericordiae Vulture, unas actuaciones pastorales con el objetivo de ofrecer «con mayor intensidad los signos de la presencia y del acercamiento de Dios». Esta carta pastoral, muy en consonancia también con las conclusiones del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, es el complemento perfecto para el nuevo Plan Pastoral titulado Misericordiosos como el Padre, establecido para los próximos años, que repasa y amplía los tres objetivos pastorales ambientados en torno al tema de la misericordia: la acogida empapada de misericordia, la participación de la mirada misericordiosa del Buen Pastor y la atención material y espiritual a los pobres.
La publicación de esta carta pastoral coincidiendo con la festividad de la Natividad de la Virgen le confiere un sentido muy amplio al ser madre de la Iglesia y madre de la Misericordia.
El obispo de la Diócesis de Calahorra y la Calzada-Logroño, Juan José Omella, ha pedido a los sacerdotes, a través de una carta, que animen a sus feligreses a «acoger» con «generosidad» y «afecto» a los refugiados, y «a prestarles toda la ayuda posible».
Por su parte, la institución, explica la misiva, se ha puesto en contacto con el Gobierno riojano para poner a disposición de los refugiados, derivados de la crisis humanitaria, las casas que tienen en Pedroso, Enciso y El Rasillo, que supondrían 170 plazas.
El obispo de la Diócesis riojana recuerda en otro pasaje de la carta que este verano viajó a Tierra Santa, donde saludó al patriarca latino, Monseñor Fuad Twal, y al que entregaron un donativo fruto de la generosidad de muchas personas. En la conversación, prosigue Omella, «nos contó las dificultades que padecen en este momento muchos ciudadanos sirios y, en especial los cristianos árabes de aquel país».
No obstante, en el encuentro, les indicó que a pesar de haberlo perdido todo, «todavía conservaban la fe». Una palabras que emocionaron al prelado riojano, ha explicado.
También ha destacado la reacción que está teniendo la Unión Europea en el recogimiento de refugiados, en su mayoría sirios, que huyen de la guerra y de la miseria.
El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha aprovechado este martes la homilía de la Misa del Día de Asturias, celebrada en la Basílica de Covadonga, para ofrecer las parroquias y parte del Seminario de Oviedo como signo de colaboración con las administraciones en la acogida de refugiados.
Así, el arzobispo ha recogido la invitación del Papa Francisco y ha confirmado que la Iglesia asturiana continuará con sus gestos de solidaridad, iniciados hace meses con la puesta a disposición de casas rectorales para personas sin techo bajo la gestión de Cáritas.
«Parroquias y parte del Seminario tienen las puertas abiertas para la acogida«, ha aseverado Sanz Montes durante su intervención ante el presidente del Principado, Javier Fernández; el presidente de la Junta General, Pedro Sanjurjo; y el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo; entre otras autoridades. Al respecto, ha advertido de la necesidad de coordinar el servicio de manera «útil y eficaz» ya que la acogida no puede limitarse a dar un techo, sino que también debe incluir asistencia sanitaria, alimentación, escolarización y trabajo. «Ofrezco a las autoridades la colaboración en esta noble causa además de lo que venimos haciendo en favor de los pobres de cualquier pobreza», ha apuntado el arzobispo.
La Vicaría General del Arzobispado de Pamplona ha asegurado que las parroquias, las ONG de la Iglesia, Manos Unidas y Cáritas «siempre acuden de forma eficaz en ayuda de los más necesitados» y ha apuntado que en el caso de los refugiados sirios organizarán «de la forma más conveniente, legal y eficaz todas las ayudas».
El Arzobispado, «siguiendo las indicaciones y el ejemplo del papa Francisco», ha invitado a las comunidades cristianas a «orar por los refugiados que en estos días llegan a Europa huyendo de la guerra de Siria y ayudarles eficazmente«.
Según ha añadido en un comunicado, «una vez más la caridad de Cristo nos urge a ayudar a nuestros hermanos». «Nuestra actuación será solidaria siguiendo el Evangelio: ‘El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa’ (Mt 10, 42)»