Victoria, Gazella, Sabiha, Jozne: ancianas cristianas de Nínive, heroinas frente al Daesh

«Si quieres matarnos por nuestra fe, entonces estamos listos para morir aquí y ahora»

'Ayúdales a volver': campaña de AIN para facilitar el regreso de 120.000 cristianos a Irak

"Si quieres matarnos por nuestra fe, entonces estamos listos para morir aquí y ahora"
La casa de Sabiha AIN

Jozne, una mujer yazidí de 90 años, medio ciega, se vio obligada a andar 70 kilómetros hasta llegar a un asentamiento cerca de la ciudad de Duhok. Durante la dura travesía, esta anciana perdió todas las uñas de los pies

(María Zarco, Ayuda a la Iglesia Necesitada).- En los meses de julio y agosto de 2014, los cristianos del norte de Irak huyeron con lo puesto ante la llegada inminente del autodenominado Estado Islámico.

Fue el comienzo del exilio del cristianismo, cuya presencia se remonta al tiempo de los apóstoles, la cual se intensificó en los siglos II y III d.C. Por primera vez, dejó de haber presencia cristiana en buena parte del norte de Irak, especialmente en la conocida como Llanura de Nínive.

Algunas familias permanecieron en sus casas hasta el último momento, incluso con el Daesh ya instalado en sus pueblo, había personas escondidas en dentro de sus hogares.

Este fue el caso de Victoria y Gazella: dos mujeres viudas de 80 años que vivían en la ciudad cristiana de Karemlesh. No pudieron huir debido a su delicada salud, por ello, se encerraron en sus casas rezando para que el Daesh pasara de largo. Permanecieron escondidas durante 4 días y los víveres comenzaron a agotarse.

 

 

Los militantes del Daesh finalmente las descubrieron y las llevaron a una colina a las afueras de la ciudad, junto con otros cristianos. «Debéis convertiros», dijeron los yihadistas, además de asegurar que abrazar el Islam garantizaba el paraíso. Entonces Gazella respondió: «Nosotros creemos que si mostramos amor y amabilidad, perdón y misericordia podemos traer el Reino de Dios a la Tierra así como en el cielo. El paraíso se basa en el amor. Si quieres matarnos por nuestra fe entonces estamos listos para morir aquí y ahora».

Sin saber qué responder, los yihadistas finalmente las liberaron, y gracias a otro vecino y a su viejo coche, pudieron salir de Karamlesh dirección a Erbil; concretamente al distrito de Ankawa.

 

 

Sin embargo, para otra anciana de Nínive, el éxodo hacia un lugar seguro no fue tan sencillo. Entre los habitantes del norte de Irak se encuentran diversas minorías religiosas, entre ellas la yazidí. Esta es con diferencia la minoría que más ha sufrido a manos del Daesh. El 5 de agosto de 2014 los yihadistas entraron en Sinyar, localidad de importante presencia yazidí del norte de Irak. Lanzaron siempre el mismo discurso: «conversión o muerte». En este lugar, se ensañaron con los yazidíes.

Jozne, una mujer yazidí de 90 años, medio ciega, se vio obligada a andar 70 kilómetros hasta llegar a un asentamiento cerca de la ciudad de Duhok. Durante la dura travesía, esta anciana perdió todas las uñas de los pies.

Un día más tarde de la llegada de los yihadistas a Sinyar, el Daesh entró en Qaraqosh, el corazón cristiano de la llanura de Nínive. En mitad de la noche, Sabiha se vio obligada a huir con lo puesto y en brazos de su nieto.

Esta anciana de Qaraqosh que acababa de cumplir los cien años, apenas se podía mover. Tras la huída se alojaron en una casa de alquiler, pero debido a su precio elevado la dejaron para vivir en el Ankawa Mall, en Erbil, un recinto destinado a ser centro comercial y que finalmente derivó en un centro de acogida de personas desplazadas, en su mayor parte mantenido por Ayuda a la Iglesia Necesitada.

 

 

A pesar del sufrimiento, Sabiha no dejó de dar gracias porque toda su familia pudo ponerse a salvo de la amenaza terrorista. En sus manos tenía tatuados símbolos cristianos escritos en arameo, la lengua milenaria de los cristianos de Irak, los cuales mostraba con orgullo.

Victoria vive ahora en Jordania y Gazella consiguió regresar a Karamlesh. De Sabiha y de la anciana yazidí no hay noticias. Sabiha sabía que le quedaba poco tiempo de vida y a pesar de eso, nunca dejó de repetir que Dios estaba a su lado y que eso le daba esperanza.

Como estas ancianas, hasta 120.000 cristianos tuvieron que huir de sus casas en la Llanura de Nínive ante las amenazas del Daesh. Hoy quieren regresar pero el resultado de la invasión de los terroristas es de más de 13.000 casas total o parcialmente destruidas. Por ello la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha puesto en marcha el proyecto «Ayúdales a volver», para financiar la reconstrucción de 9 pueblos del norte de Irak.

Más información y donativos: www.ayudalesavolver.com

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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