Misiones Salesianas, con los más pequeños

Donación de columpios desde Europa para la misión salesiana de Bemaneviky, en Madagascar

El 70% de los 19 millones de habitantes de la isla vive en la pobreza

Donación de columpios desde Europa para la misión salesiana de Bemaneviky, en Madagascar
Columpios para los misioneros salesianos Misiones Salesianas

Los factores ambientales hacen la vida extremadamente difícil en la región, pero los misioneros salesianos pudieron abrir una parroquia, escuelas, una clínica de salud y una farmacia a pesar de los recursos limitados

(Misiones Salesianas).- Ocho columpios de un parque infantil, construidos para el Oratorio de Don Bosco en San Donà di Piave (Venecia), han sido donados al Centro Salesiano en Bemaneviky, en Madagascar.

La iniciativa ha sido posible gracias a una recaudación de fondos desarrollada por el misionero salesiano Enrico Gaetan y por un grupo de voluntarios que también ha participado en el proyecto. Cuatro de los juegos infantiles ya han sido montados por los voluntarios con la lógica alegría de los niños locales.

Madagascar, una isla en el océano Índico frente a la costa de África Oriental, es uno de los países más pobres del mundo. El 70% de los casi 19 millones de habitantes de Madagascar vive en la pobreza. La misión en Bemaneviky fue la primera presencia salesiana en la isla. Ubicada en la parte norte del país, se encuentra en una zona escarpada en la que las carreteras se vuelven impenetrables durante la temporada de lluvias. Los factores ambientales hacen la vida extremadamente difícil en la región, pero los misioneros salesianos pudieron abrir una parroquia, escuelas, una clínica de salud y una farmacia a pesar de los recursos limitados.

El arzobispo Rosario Vella, misionero salesiano de la diócesis, construyó e inició nueve escuelas en menos de 10 años. Si bien las estructuras son pobres, significan todo para los más de 2.000 niños que pueden asistir y obtener una educación.

Esta iniciativa recreativa, unida al jardín de infancia y a las escuelas primarias pueden suponer el primer paso de lo que podría ser un camino más largo a través de la escuela secundaria Saint-Antoine de Bemaneviky e incluso para llegar a la formación profesional o la universidad.

«Los centros juveniles salesianos ofrecen una gran variedad de servicios para jóvenes pobres, que incluyen darles un lugar seguro para jugar», aseguran los misioneros salesianos de Madagascar.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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