Iglesia "hospital de campaña" de Barcelona

Santa Anna vuelve a abrir de noche para acoger a personas sin hogar

Voluntarios de la parroquia dan de desayunar y merendar cada día a unas 130 personas pobres

Santa Anna vuelve a abrir de noche para acoger a personas sin hogar
Santa Anna, iglesia de culto y también de acogida

La parroquia acoge a un máximo de 15 personas cada noche para que pernocten, y dan prioridad a personas mayores, con problemas de salud, a mujeres, a jóvenes, y a personas que tienen perros

La Parroquia de Santa Anna de Barcelona ha vuelto a abrir sus puertas por las noches a las personas sin techo para protegerlas de la ola de frío, como ya hizo el año pasado, en una experiencia pionera entre las iglesias de Catalunya.

Según ha explicado a Efe la monja teresiana que colabora con la parroquia, Viqui Molins, se trata de un «refugio eventual» que durará hasta que acabe el episodio de frío -en principio, hasta la noche del 2 de marzo- ya que las pernoctaciones no pueden mantenerse durante todo el invierno porque «no se dan las condiciones higiénicas para todo el año».

Actualmente, la parroquia acoge a un máximo de 15 personas cada noche para que pernocten, y dan prioridad a personas mayores, con problemas de salud, a mujeres, a jóvenes, y a personas que tienen perros ya que «en otros lugares no los aceptan por este motivo», ha especificado Molins.

El horario de pernoctación es desde las 21.00 horas hasta las siete la mañana para «evitar que coincida con la dinámica normal de la parroquia, que empieza a las ocho de la mañana», ha explicado a Efe una de las voluntarias que atiende a los ‘sin techo’.

La parroquia continua llevando a cabo sus actividades durante el día, cuando da de desayunar y merendar cada día a unas 130 personas en situación de pobreza extrema.

Hace un año, la parroquia de Santa Anna, ubicada en el casco antiguo de Barcelona, se convirtió en un «hospital de campaña» para ofrecer refugio a los más vulnerables, pero, ante el éxito de su iniciativa, aplaudida por el Papa Francisco, la cifra de personas tuvo que limitarse a quince porque «se desbordó», ha explicado la voluntaria.

Molins ha comentado que los albergues municipales destinados a las personas sin techo «están muy lejos» -en el barrio de Poblenou- y este es el motivo por el cual algunas de las personas sin techo prefieren ir a dormir a la parroquia.

«Hay personas que no pueden ir hasta los albergues porque no tienen la capacidad de hacerlo de manera autónoma. Podrían enfermar o incluso morir, cosa que ya está sucediendo en algunas ciudades de Europa», ha advertido la religiosa.

Actualmente, los recursos de la parroquia destinados a la labor asistencial de las personas sin hogar provienen de los voluntarios, las aportaciones que hacen a la parroquia, ayudas del Banco de Alimentos y de empresas privadas.

La parroquia, cuyo rector es Peio Sánchez, ha hecho un llamamiento para conseguir más voluntarios para los turnos de noche.

«Somos alrededor de 150 voluntarios, pero en esta situación de emergencia necesitamos a más voluntarios, especialmente aquellos que tengan conocimiento del mundo de la marginación», ha concluido Molins.

(RD/Efe)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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