¿Se desbloqueará la causa sobre el martirio de Oscar Arnulfo Romero, bloqueada hace tiempo por la congregación para la doctrina de la fe, guiada entonces por Ratzinger?
(Sandro Magister).- Además de la inédita elección del nombre Francisco, el Papa Jorge Mario Bergoglio está imprimiendo al gobierno central de la Iglesia, desde el primer momento, innovaciones que en la curia miran con ansiedad, por no decir con terror.
La elección de no vivir en el apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico y de seguir residiendo en la Domus Sanctae Marthae, que lo había hospedado como cardenal durante el cónclave, es de por sí un acto de ruptura.
En la práctica, esta elección permite al nuevo Papa sustraerse físicamente a la presión burocrática que, si se hubiera trasladado allí arriba, correría el riesgo de desbaratar su vida y ahogar su efectiva capacidad de gobierno.
Sería interesante saber si y cuánto se han reducido ya en volumen y peso las valijas de documentos que cada día la secretaría de Estado suele llevar al escritorio del Papa, a fin de presentarle textos para estudiar, aprobar, autentificar, etc.
No sería extraño pensar que el estilo sobrio y austero del primer pontífice jesuita de la historia obligue a los despachos de la secretaría a reducir al mínimo los dossiers que hay que someter a su consideración.
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