Reflejan "rabia, arrogancia, soberbia, escarnio e impiedad" de la extrema derecha

Académicos defienden al Papa contra las acusaciones «mentirosas e hipócritas» de los ultras

"Evaluar lo que es apropiado que un Papa enseñe es el protestantismo: un catolicismo 'a medida'"

Académicos defienden al Papa contra las acusaciones "mentirosas e hipócritas" de los ultras
Francisco, esperanzas para una reforma Zona cero

Con este documento no nos encontramos con un grupo de teólogos y clérigos interesados en ofrecer sus perspectivas de forma humilde, como parte del discernimiento continuo de la Iglesia en comunión con sus líderes

(Cameron Doody).- «Rabia, arrogancia, soberbia, escarnio e impiedad». Son los sentimientos que motivaron al medio centenar de firmantes de la «corrección filial» al Papa Francisco por Amoris laetitia, según el primer grupo de teólogos y autores que han salido a la defensa del pontífice argentino.

De acuerdo con estas rápidas reacciones a la pretendida ‘corrección’ -documento sin precedente desde la Edad Media-, lo que más llama la atención de la carta a primera vista es la escasez de signatarios, y también los puestos de poca importancia que estos ocupan en los escalones de la Iglesia.

«La primera reacción que tuve tras leer el documento correspondió a los firmantes», contó al Reporter Richard Gaillardetz, teólogo de Boston College y ex-presidente de la Asociación Católica Teólogica de los EEUU. «El énfasis que se da a los signatarios», según el profesor -en la página web en la que la «corrección» se hizo pública. «oculta el hecho de que estos [los signatarios] son figuras marginales [en la Iglesia]». Algo que les merece, añadió Gaillardetz, «que se les reconozca como las voces extremistas y auto-marginadas que son».

No sólo son extremistas los firmantes de la corrección, de hecho, para Gaillardetz, sino también partidarios de una eclesiología que a este experto le parece «preocupante».

«Francisco no tiene medio a que le desafíen, y ha mostrado una apertura refrescante a que haya debates y desacuerdos en la Iglesia», dijo el profesor. En cambio, prosiguió Gaillardetz, «con este documento no nos encontramos con un grupo de teólogos y clérigos interesados en ofrecer sus perspectivas de forma humilde, como parte del discernimiento continuo de la Iglesia en comunión con sus líderes». Lejos de eso, los suscritores a la «corrección» «buscan corregir al Papa desde una apreciación peligrosa de su propia certitud: una certitud apenas quebrantada por el desacuerdo de principios que tantos en la Iglesia tienen con sus argumentos».

Por su parte, Massimo Faggioli -vaticanista de renombre y teólogo y historiador en la Universidad Villanova- dijo al Reporter que le sorprendió que en un primer momento sólo firmara el documento un único obispo. Un obispo cismático, de hecho, como es el obispo Fellay de los lefebvrianos. Este domingo se sumó a la lista el obispo emérito de Corpus Christi en los EEUU, René Henry Gracida, pero poco cambia esto la incredulidad de Faggioli de que no haya más prelado firmantes «en una Iglesia católica que tiene más de 200 cardenales y más de 5.000 obispos».

Pero Gaillardetz y Faggioli ya aparte, quien tuvo las palabras más fuertes para los firmantes de la «corrección filial» al Papa fue el autor y laico Stephen Walford, a quien durante este mes de agosto se le concedió a él y a su familia una audiencia privada con el Papa que duró cuarenta y cinco minutos.

En sus comentarios al Reporter, Walford arremetió contra la conspiración de la «corrección filial», afirmando que la acusación al Papa de herejía descansa sobre dos pilares. Uno, «en afirmaciones que el Papa nunca ha hecho» -es decir, «mentiras»-, y dos, «una dosis masiva de hipocresía».

«Los signatarios», prosiguió el autor británico, «también ataquen al Papa por su actitud hacia Martín Lutero. Pero su propia evaluación de lo que es o no apropiado que un Papa enseñe viene a ser el equivalente al protestantismo: un catolicismo ‘a medida’«.

Otro producto también, en fin -el de la «corrección filial»- que ha sido motivado por el enojo y fariseísmo que se respira en webs de la ultraderecha católica. Junto con la «rabia, arrogancia, soberbia, escarnio e impiedad» que, a juicio de Walford, estos elementos no paran de lanzar al Papa Francisco y a sus defensores.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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