Pide a las autoridades públicas que desincentiven los juegos de azar

Francisco condena la usura, «plaga que humilla y mata»

El Papa propone promover una educación social basada en un estilo de vida sobria

Francisco condena la usura, "plaga que humilla y mata"
El Papa, contra la usura

Hagamos juntos un llamamiento a un nuevo humanismo económico que ponga fin a la economía de la exclusión y de la desigualdad

(José M. Vidal/Vatican News).- Con su claridad profética a la que ya nos tiene acostumbrados, el Papa Francisco pidió hoy que las instituciones públicas impulsen un «nuevo humanismo económico» y que desincentiven con sus políticas el «delito grave» de la usura, causado por fenómenos como los juegos de azar.

«La usura es un pecado grave: acaba con la vida, menoscaba la dignidad de las personas, es un vehículo de corrupción e impide el bien común», afirmó el pontífice durante una audiencia con miembros del Consejo Nacional Antiusura italiano.

El sábado 3 de febrero, en torno a las 12 del mediodía hora local, el Papa Francisco recibió en audiencia en la Sala Clamentina del Vaticano a la Asociación italiana contra la usura que lleva como nombre «Juan Pablo II», conformada por un grupo de voluntarios y víctimas del fenómeno usurero cuyas graves consecuencias repercuten en todo el mundo

Tras agradecer las palabras del presidente de esta organización, y dedicar un saludo especial al padre Massimo Rastrelli, ausente en la audiencia por enfermedad y quien en 1991 estableció la primera Fundación contra la usura; el Papa Francisco pronunció un reflexivo discurso sobre esta lacra social, a la que definió como «una plaga que lamentablemente todavía está muy extendida y escondida en nuestras estructuras».

La usura humilla y mata

«Sigo con particular atención su curso de lucha contra la usura, que se vuelve cada vez más cualificado y concreto con la experiencia y con la constitución de nuevas Fundaciones distribuidas por todo el territorio nacional a través de cientos de Centros de escucha: son presidios, escuelas de humanidad y educación para la legalidad, fruto de una sensibilidad que encuentra su inspiración iluminadora en la Palabra de Dios y que opera silenciosa y laboriosamente en las conciencias de las personas», dijo el Obispo de Roma destacando que en estos pirmeros 26 años de incansable servicio, la asociación a salvado a más de 25 mil familias de las garras de la deuda usurera y del propio riesgo de usura: «Salvando sus casas y a veces sus pequeñas empresas, les ayudan a recuperar la dignidad de la que habían sido expropiados. Y esto merece una gran gratitud», añadió.

El Pontífice aseveró que la usura es un mal antiguo, que desafortunadamente aún continúa escondido «como una serpiente que estrangula las víctimas» y que para evitarla se debe rescatar a las personas de «la patología de la deuda contraida ya sea para la subsistencia o para salvar la empresa o negocio».

Educar en la honestidad para combatir la usura

Para prevenirla con eficacia y no perecer en el intento, el Santo Padre propone promover una educación social basada en un estilo de vida sobria, capaz de distinguir entre lo que es superfluo de lo que es necesario y que a la vez responsabilice a las personas a no contraer deudas por adquirir cosas a las que podrían renunciar sin problemas.

«Es importante recuperar las virtudes de la pobreza y el sacrificio: de la pobreza, para no convertirse en esclavos de las cosas y de los sacrificios, porque de la vida no se puede recibir todo», recordó el Papa.

«Es necesario formar una mentalidad basada en la legalidad y la honestidad, tanto en individuos como en instituciones; aumentar la presencia de un voluntariado motivado y disponible al servicio de los necesitados, para que estos se sientan escuchados, asesorados, guiados, para rescatarlos de su condición humillante», afirmó Francisco destacando dos puntos fundamentales a tener en cuenta en la ardua lucha contra la usura.

La dignidad humana al centro de toda economía

En primer lugar, el Pontífice expresó que la dignidad humana, la ética, la solidaridad y el bien común deben estar siempre en el centro de las políticas económicas implementadas por las instituciones públicas, «ya que en la base de toda crisis económica y financiera siempre hay una concepción de la vida que pone primero a las ganancias y no a la persona».

Transmisores de esperanza frente a la corrupción

Asimismo, el Papa recordó a todos los miembros de la asociación italiana contra la usura, que su servicio les pide que sean hombres y mujeres de encuentro, de escucha, de proximidad.

«Por ello, los exhorto a mantener fija la mirada y el corazón en Jesús a centrarse en las páginas del Evangelio en las que Él se encuentra con los pobres, los mendigos, los leprosos, los paralíticos y «los pone de pie», devolviéndoles su dignidad y su futuro», dijo el Sucesor de Pedro, haciendo hincapié en que frente a la usura y la corrupción, ellos «también puede transmitir esperanza y fortaleza a las víctimas, para que puedan recuperar la confianza y recuperarse de sus necesidades».

     

«Además, los animo a dialogar con quienes tienen responsabilidades en el campo de la economía y las finanzas, para promover iniciativas que contribuyan a la prevención de la usura. No me corresponde dar ejemplos concretos: los tienes en mente; pero siempre se trata de tener respeto por los rostros, de poner realmente a la persona y a la familia en el centro, no con palabras sino con hechos», añadió.

Llamamiento a un nuevo humanismo económico

Por último, el Papa animó a los miembros de esta asociación a continuar con su labor con perseverancia y coraje, siendo «referentes de esperanza» para los pobres, las personas con deudas y las empresas en dificultad.

«Hagamos juntos un llamamiento a un nuevo humanismo económico que ponga fin a la economía de la exclusión y de la desigualdad«, a la economía que mata, a los sistemas económicos en los que los hombres y mujeres dejan de ser personas, para ser reducidas a instrumentos de una lógica del descarte que genera profundos desequilibrios», concluyó.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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