"El 'Padre Nuestro' es la Gran oración. ¡Es tan bello rezar como Jesús!

Francisco: «No es fácil perdonar a los que nos han ofendido, es una gracia»

"La paz de Cristo no puede radicarse en un corazón incapaz de vivir la fraternidad"

Francisco: "No es fácil perdonar a los que nos han ofendido, es una gracia"
Francisco, en la audiencia

No olvidemos la Gran oración, la que nos enseñó Jesús y que es la oración con la que Él mismo rezaba al Padre

(José M. Vidal).- Audiencia del Papa Francisco en la plaza de San Pedro, en un día radiante. En la catequesis, continúa con la explicación sobre la santa misa e invita a rezar «la Gran oración, que el propio Cristo no enseñó» y a pedir perdón, conscientes de que «no es fácil perdonar, es una gracia, que hay que pedir al Señor».

Lectura del Evangelio de Lucas: «Jesús entró para quedarse con los discípulos de Emaús.Cuando se sentó a la mesa con ellos, cogió el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces, los ojos de los dis´cipulos se abrieron y lo reconocieron, pero Él desapareció de su vista».

Algunas frases de la catequesis del Papa

«Seguimos con la catequesis sobre la santa misa»

«En la última cena, Cristo partió el pan…la fracción del pan, precedida por la oración que el Señor nos enseñó, el Padre Nuestro»

«Son los ritos de la comunión»

«El Padre Nuestro es la oración de los hijos de Dios, la Gran oración, que nos enseñó Jesús»

«Cuando rezamos el Padre Nuestro rezamos como rezaba Jesús. Es la oración que él rezaba y nos la enseñó a nosotros. Es tan bello rezar como Jesús»

«Con ella, llamamos a Dios Padre»

«¿Sientes que, cuando dices Padre, Él es el padre, tu padre? ¿Tiebes una relación con tu Padre?»

«El sentimiento de ser hijos de Dios»


«Pedimos el pan cotidiano»

«Imploramos también la remisión de nuestras deudas y nos comprometemos a perdonar a los que nos han ofendido. No es fácil perdonar a los que nos han ofendido. Señor enséñame a perdonar como tú me has perdonado. Es una gracia. Con nuestras fuerzas sólo no podemos»

«Pedimos a Dios también que nos libere del mal»

«Lo que pedimos en al Padre Nuestro se prolonga en la oración del sacerdote»

«Se invoca a Cristo que conceda el don de la paz»

«En el gesto de paz expresamos la comunión eclesial»

«La paz de Cristo no puede radicarse en un corazón incapaz de vivir la fraternidad»

«La paz la da el Señor y también la gracia de perdonar a los que nos han ofendido»

«La paz va seguida de la fracción del pan»

«Un gesto revelador, que permitió a los discípulos reconocerlo tras la Resurrección»

«No olvidemos la Gran oración, la que nos enseñó Jesús y que es la oración con la que Él mismo rezaba al Padre»

«Sería bien terminar esta catequesis rezando el Padre Nuestro, cada cual en su lengua»

Texto completo del saludo del Papa en español

Queridos hermanos:
El rito de la Comunión en la Misa comienza con el rezo del «Padre nuestro». Es la oración por excelencia de los hijos de Dios. Con ella nos dirigimos a Dios llamándole «Padre»; esta es la mejor manera de prepararnos para recibir a Jesús en la Comunión. En ella pedimos el «pan nuestro de cada día», con una referencia particular al Pan eucarístico que necesitamos para vivir como hijos de Dios. Imploramos también a Dios que perdone nuestras ofensas, y nos comprometemos al mismo tiempo a perdonar a los que nos han ofendido. Así, abriéndonos al perdón de Dios nos disponemos a vivir el amor fraterno. Y por último le pedimos que nos libre del mal, que nos separa de Él y nos aleja de nuestros hermanos.

Con el rito de la paz se expresa la unión y el amor mutuo antes de acercarnos al Sacramento. Después tiene lugar la fracción del Pan. Es el gesto que Jesús realizó en la Última Cena y que permitió a los discípulos reconocerlo después de la Resurrección, como en Emaús. La fracción del Pan está acompañada por la invocación del «Cordero de Dios», que es la imagen bíblica usada por san Juan el Bautista para identificar a Jesús como Aquél que quita el pecado del mundo. En el Pan eucarístico, que se parte para la vida del mundo, reconocemos al verdadero Cordero de Dios, que es Cristo, y le suplicamos: «Ten piedad de nosotros… y danos la paz».
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina, en particular al grupo de la Fundación «Líderes Globales para el Fomento de los Gobiernos Locales». En nuestro camino cuaresmal de preparación para la Pascua del Señor, pidamos a la Virgen María que no deje de mirarnos con amor para que, con la ayuda del Espíritu Santo, haga fecundos nuestros propósitos de una mayor entrega y generosidad en nuestra vida cristiana. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.


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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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