La joven reverenda de la Iglesia husita afirma que "mis respuestas fueron valoradas"

Reverenda Martina, la única mujer sacerdote en el Sínodo: «Me sentí aceptada. Se escuchó mi voz»

"Me sorprendió que me escucharan... No me rechazaron, me aceptaron como miembro de la familia"

Reverenda Martina, la única mujer sacerdote en el Sínodo: "Me sentí aceptada. Se escuchó mi voz"
La reverenda Martina Viktorie Kopecká, en el Sínodo de los Jóvenes Vatican Media

La ordenación [de mujeres] no es una cuestión de género sino de dignidad humana e igualdad de posibilidades

(Cameron Doody).- «Me sentí aceptada. Se escuchó mi voz». La reverenda Martina Viktorie Kopecká fue la única mujer sacerdote presente en el Sínodo sobre los Jóvenes, y afirma habérselo pasado bien. «Mis respuestas fueron valoradas. Nos apoyamos unos a otros», afirma esta sacerdote de la Iglesia husita checoslovaca, de 32 años. «Incluso pudo hacer girar la dirección» de la conversación en la que participaba en su círculo menor e influir en las decisiones que el Sínodo tomó.

Ataviada con una túnica negra impresa con un cáliz rojo, y una estola blanca, la reverenda destaca entre la multitud de sinodales. Como ha reconocido a America, al principio, los cardenales y obispos en Roma «estaban sorprendidos, quizás consternados» al verla. Hasta tal punto en el que esta observadora del Sínodo en representación del Consejo Mundial de Iglesias se vio obligada a cenar sola en sus primeras tres comidas en la casa internacional para clérigos en la que se ha instalado.

«Dije: ‘Esto es un desastre'», reconoce la reverenda Martina. Sin embargo, al segundo día, un obispo paraguayo pedía si podía sentarse con ella. «Yo dije, ‘¡Sí, por favor!’. 

Martina dice que este encuentro con el prelado latinoamericano fue un «punto de inflexión» en su experiencia en Roma. El obispo estuvo «muy interesado en quien soy», recuerda. «Sí, soy chica. Soy ordenada. Pero él estuvo interesado en mi cultura e Iglesia y, después, muchos otros más se unieron a nosotros».

Las cosas habían empezado a mejorar, pero el punto culmen hasta aquí no llegó hasta que ofreciera una intervención ante todos los sinodales en la que enfatizó la importancia del ecumenismo, llamó al Sínodo «una señal de esperanza» y afirmó que los jóvenes tienen la capacidad de ser constructores de puentes. Los padres sinodales, dice, «me reconocieron como la chica en la cena y ahora como sacerdote. Ha tardado su tiempo, pero me han aceptado«.

La reverenda Martina, en una iglesia


«Después de mi intervención, muchas personas vinieron a mí en los pasillos, diciendo que me escucharon y se inspiraron», continúa la reverenda. «Me sorprendió que me escucharan. Soy bastante joven y una mujer… No me están rechazando. Me aceptan como miembro de la familia».

En cuanto a los temas que la sacerdote dice que se ha tocado en su círculo menor, dice que se ha discutido una cuestión con la que está particularmente familiarizada: la ordenación de mujer diaconisas. «Entiendo que no es una cuestión fácil. Es sensible», reconoce la reverenda Martina. «A veces no estoy de acuerdo pero esto intentando aceptar los diferentes contextos y antecedentes», observa.

«Para mí, la ordenación no es una cuestión de género sino de dignidad humana e igualdad de posibilidades«, explica. «Las mujeres trabajan mucho en la Iglesia hoy y deben ser consideradas como líderes espirituales y siervos de Dios. Ellos están haciendo el trabajo más duro, cuidando a las personas en situaciones de miseria. Hacen que el rostro de la Iglesia sea más humano».

Como no podía ser de otra forma, la reverenda Martina afirma que otro punto alto del Sínodo hasta aquí ha sido el Papa Francisco, quien dice que siempre «está muy relajado, con una sonrisa en los labios».

El Papa, añade la religiosa, «es realmente inspirador para muchos jóvenes porque no es viejo». Destaca de él que «es abierto, creativo y enérgico, pero también aporta sabiduría y experiencia, pero no en el sentido en el que esté empujando a nadie a nada». «Solo trae sus valores», dice la reverenda.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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