En el Monasterio de Santa María de La Vid (Burgos)

Tres jóvenes agustinos emitieron su profesión simple

Después de un año de discernimiento sobre la voluntad de Dios en sus vidas

Tres jóvenes agustinos emitieron su profesión simple
Celebración

Siempre existirán temores, pero estos nunca serán más fuertes que la satisfacción de encontrarse con Cristo, que lo da todo y no quita nada

(Javier Moreno, Agustinos).- En estos momentos en que en Roma el Papa celebra el Sínodo de obispos dedicado a «La juventud, el discernimiento vocacional y la fe», hay jóvenes que siguen encontrándose con Jesús y optando por el camino del Evangelio. Marcos Segura, Javier Moreno y Daniel Herrera, lo hicieron el pasado 25 de agosto al emitir su profesión simple en la Orden de San Agustín.

Después de un año de discernimiento sobre la voluntad de Dios en sus vidas, se decidieron a seguir más de cerca a Cristo por medio de la consagración religiosa.

Sintiéndose tocados y llamados por Dios, comparten su testimonio sobre la profesión y su vocación religiosa.

«El año de noviciado previo a la profesión me ha permitido cimentar la vocación a la que Dios me ha llamado dentro de la Orden de San Agustín. Ha sido un tiempo de gracia donde he podido dedicar tiempo a la oración, la meditación, la lectura, la vida en comunidad, y ese encuentro conmigo mismo. Siempre existirán temores, pero estos nunca serán más fuertes que la satisfacción de encontrarse con Cristo, que lo da todo y no quita nada.

La Profesión Religiosa ha sido un momento hermoso en el que tras la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad, fui acogido en la Orden por los hermanos profesos para vivir con una sola alma y un solo corazón hacia Dios (Regla de san Agustín. I, 3).

¡Vale la pena dejarse abrazar por el Señor y entregarle la vida!» (Marcos Segura)

«Hice la profesión temporal como religioso en la Orden de San Agustín el pasado 25 de agosto en el monasterio de santa María de la Vid. ¿Por qué ser religioso? ¿Por qué abrazar un camino de abnegación, pasado de moda, renunciando a lo que otros jóvenes buscan? Porque he experimentado en mi vida un amor más grande, el de Cristo, que un día se cruzó en mi camino para dar plenitud a mi existencia. Porque he descubierto que soy amado y que Dios tiene un plan perfecto para mí y que en su voluntad soy plenamente feliz.

En la Orden de San Agustín se me ha regalado seguir a Cristo desde la vida y el Magisterio de Nuestro Padre, en la oración y el estudio, en fidelidad y servicio a la Iglesia, bajo la custodia de la Virgen, nuestra Madre. En definitiva, profesé como agustino porque Dios me amó primero y con Él deseo llevar mi alegría junto con mis hermanos a todos los hombres. ¡Rezad por nosotros!» (Daniel María)

«El 25 de agosto de 2017 comenzó, en el Monasterio de Santa María de la Vid, mi año de noviciado. Después de dos años de discernimiento en el prenoviciado, acepté dar un paso más en la Orden de san Agustín. Sí, he dicho bien, acepté; porque la iniciativa no fue mía, sino de Dios, que me llamó a seguirle.

Durante este año de especial búsqueda, he tratado, guiado por Cristo, de responder con amor a la llamada del Padre. En el noviciado, hay dos aspectos que, creo, son fundamentales: la interioridad y la comunidad. La interioridad, porque solo en Jesús podemos encontrar el camino hacia la felicidad, en la escucha y vivencia de su Palabra; y la comunidad, porque, como agustinos, hemos sido llamados a buscar a Dios unidos, en familia, como hermanos, para después darlo a conocer a todas las personas que se encuentren con nosotros.

Ha sido importante para mí, profundizar en la vivencia de que el estudio o el trabajo que yo realice no lo hago para beneficio propio, sino por amor a Cristo y a mis hermanos. Bien es cierto que, durante este año, también he experimentado algún momento negativo, de dudas o miedos, pero, como siempre, tras la tempestad llega la calma, y es en estos momentos donde se afianza más la relación con Jesucristo y los hermanos de comunidad.

Mi noviciado terminó el 25 de agosto de 2018, un año después, pero la vida religiosa… ¡solo acaba de empezar! Pido a Dios que me siga guiando y acompañando en la vivencia de los votos de pobreza, castidad y obediencia, creando fraternidad en la comunidad en la que viva.»

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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