Influyen los años y las dietas realizadas
Cada vez quemamos menos. El cuerpo va presentando adaptaciones metabólicas y no necesita lo mismo a los 35 años que a los 50, porque con la edad necesitamos menos calorías. Por lo tanto, deberíamos consumir menos y hacer cada vez más ejercicio. Si esto no es posible, tampoco tenemos que pasar hambre. Pero sí hacer cambios en nuestra alimentación para no subir peso.
Y el organismo «memoriza» las dietas. Cada vez que subimos y bajamos peso, el cuerpo «aprende» a no gastar calorías, y se va volviendo poco a poco más resistente al adelgazamiento. Es importante a cualquier edad evitar las dietas desequilibradas, según recoge clara.
Mantén una actividad física regular para que la musculatura te ayude a quemar calorías
Si tienes menos de 35 años
Hierro, B12 y ácido fólico. Tu alimentación debe ser rica en hierro, vitamina B12 y ácido fólico. Estos elementos son esenciales para sintetizar los glóbulos rojos, ya que la anemia suele ser un problema en esta etapa debido, sobre todo, a que suelen hacerse más dietas de adelgazamiento durante estos años, hay más estrés y se menstrúa regularmente.
Si tienes un sobrepeso. Y quieres bajar kilos -más de 2 o 3- consulta siempre para ver cuál es la mejor opción para tu caso. Recuerda que las dietas inadecuadas pasan factura más adelante.
Dónde los encuentras
Hierro. En los mariscos (sobre todo almejas), espinacas, huevo y frutos secos.
Vitamina B12. En el pescado, carne (sobre todo hígado de ternera), huevos y lácteos.
Ácido fólico. En las verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos y hortalizas.
Si tienes entre 35 y 45 años
Cambios sutiles. Los niveles hormonales empiezan a variar ligeramente: te puedes sentir más hinchada o ver que los kilos no bajan igual que antes. El estreñimiento aparece más frecuentemente por ciertos cambios metabólicos, y también por no consumir regularmente frutas y verduras.
Modera ciertos alimentos. El consumo de grasas saludables y almidones o azúcares (pan, pasta, cereales, etc.) ha de ser diario, pero moderado. Por lo que debes ajustar la ración de los mismos.
Probióticos y prebióticos. Consumir regularmente probióticos (microorganismos vivos que consumidos de manera regular ayudan al equilibrio de nuestra flora intestinal) y prebióticos (básicamente la fibra) ayuda a mantener el tránsito intestinal activo y a que tu cuerpo funcione como un reloj.
Dónde los encuentras
Probióticos. El yogur es el alimento principal de donde obtenerlos.
Prebióticos. En el ajo, cebolla, tomate, alcachofa, achicoria, plátano, espárrago.
Si tienes más de 45 años
Climaterio y menopausia. En esta etapa el metabolismo se hace más lento de modo evidente. Nuestro cuerpo va redistribuyendo la grasa a la zona central y las caderas.
Apetencia por lo dulce. También debido a los cambios hormonales y a la caída de los niveles de triptófano (aminoácido precursor de la serotonina u «hormona del bienestar»), se produce una gran apetencia por dulces, pan o chocolate, sobre todo por las tardes.