SerGordo.com / Operación bariátrica de reducción de estómago

«Hoy el cirujano me rebanará el estómago, pero ¿seré capaz de cambiar mis hábitos?»

Hay que tratarse como un alcohólico y aspirar a victorias diarias; al fin y al cabo eres un adicto a la comida, pero un adicto

Lo bueno de la edad es que ya nos conocemos y desde luego no me voy a seguir contando historias sobre mis capacidades individuales

Hoy es el gran día. Curiosamente no me encuentro especialmente nerviosa con vistas a la operación. Quisiera más, haber terminado ya, por la preocupación de mi familia y mis amigos, mas que por mi misma.

¿Seré capaz de producir en mi vida ese gran cambio?

La operación bariatrica es un bastón, importante pero no mas que una ayuda. Si durante los siguientes dos años no modifico y varío 180 grados mis hábitos alimenticios y de práctica de ejercicio físico no habré hecho nada y fracasaré.

Hay que tratarse como un alcohólico –al fin y al cabo eres un adicto a la comida–, pero una adición a la postre igual que la droga, el alcohol o el sexo.

Y como tal adición el plan de ataque será algo parecido al tratamiento de alcohólicos anónimos, victorias diarias: hoy he comido correctamente, hoy he hecho el ejercicio acordado, ayuda psicológica y creo que devendrá un hito en mi vida la practica de ejercicio.

Todo hay que meditarlo detenidamente y programarlo. En mi caso, el plan será el siguiente:

Las tardes las dedicaré como objetivo prioritario a practicar ejercicio cardiovascular apuntándome al gimnasio mas cercano a mi domicilio, –tengo uno enfrente–, práctica de bicicleta elíptica y lo que vayan recomendando; andar una hora al día, por el paseo marítimo, el mar es bastante relajante. Además lo complementare con 2 o 3 veces a la semana con pilates y acuagym.

Y algo prioritario en mi caso, que como casi todos los días en la calle, almorzar en casa. Contrataré una persona para que me prepare la comida y cena prescrita por la doctora, pues comienzo a trabajar muy pronto por la mañana y termino sobre las cuatro de la tarde y si llego a casa y tengo que empezar a prepararla no lo hago y comería lo que tuviera mas a mano y fuera rápido.

Lo bueno de la edad es que ya nos conocemos y desde luego no me voy a seguir contando historias sobre mis capacidades individuales.

Nadie piense que para mí todo el anterior proceso de cambio es algo fácil. Nada más lejos, será un camino largo, lleno de como diría Sir Winston «sangre, sudor, lagrimas y esfuerzo«.

El miedo a que la bestia negra vuelva a aparecer es constante. Me repito sin parar: «contra la ansiedad, endorfinas»; es decir mucho ejercicio hasta que afloren.

Decía el gran Nelson Mandela:

«Para ESTAR realmente dispuesto hay que ESPERARLO realmente»

Y aunque el se refería a la muerte, yo a la vida.

Buenos días y buena suerte.

La selección de las mejores marcas de termómetros

TERMÓMETROS CLÍNICOS

Aquí encontrarás la oferta actualizada de estos dispositivos de salud

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Concha Páez

Licenciada en derecho por la Universidad de Granada (1977-82).

Lo más leído