Ballet del Teatro Mariinsky en el Real

Ballet del Teatro Mariinsky en el Real

Del 5 al 10 de Septiembre
Teatro Real
Madrid

El Ballet del Teatro Mariinsky de San Petersburgo -antiguo Kirov- regresa al Teatro Real tras más de siete años de ausencia para inaugurar la décima temporada con ‘El Corsario’, un legendario ballet de repertorio cuya versión íntegra, posiblemente, no se haya visto nunca antes en España.

Con prácticamente todo el aforo vendido, la mítica compañía rusa estará en el coliseo madrileño entre mañana y el domingo, seis funciones, con la Orquesta Sinfónica de Madrid en el foso, dirigida por Valery Ovsiannikov.

El Ballet del Teatro Mariinsky, considerado uno de los grandes de la danza clásica, con una historia de más de doscientos años, ya visitó el coliseo madrileño en enero de 1999, pero en aquella ocasión con un repertorio formado por tres piezas: ‘Las sílfides’, ‘Sherezade’ y ‘El pájaro de fuego’.

`El Corsario’, un ballet de repertorio que se desarrolla en Grecia durante la ocupación turca y que cuenta los avatares de tres corsarios que arriban a sus costas tras un naufragio y se encuentran con unas mujeres griegas de gran belleza.

Se trata de una coreografía que se estrenó en 1856 en París y llegó a San Petersburgo, de la mano del Ballet del Teatro Bolshoi, dos años después, con música compuesta para ser bailada por dos franceses, dos italianos y un príncipe ruso (Adolphe Adam, Cesare Pugni, Leo Delibes, Riccardo Drigo y Pyotr Oldenburgsky).

Su ‘paso a dos’ es muy conocido en Occidente, pero no así el ballet completo, que llega al Real -posiblemente, por primera vez en España- con la coreografía de Pyotr Gusev, estrenada en 1987 y levantada a partir del original que Marius Petipa creó para el Bolshoi.

‘He visto otras versiones, pero creo que la de Gusev es la mejor, la más compacta y dinámica, pero la que conserva mejor las partes clásicas’, explicó el director artístico de la compañía, Makhar Vaziev, que ostenta este cargo desde 1995, al que accedió tras haber sido solista desde 1986.

El director artístico de la compañía ha elegido para inaugurar la temporada del Real a un elenco de jóvenes figuras, entre las que destacó a Leonid Sarafanov -en el papel de Alí- y Mikhail Lobukhin -como Conrad-, dos promesas de la danza clásica, con gran talento y futuro, pronosticó.

La generación joven se intercalará en estas seis funciones con otras figuras como Uliana Lopatkina o Irina Golub, veteranas del Ballet del Teatro Mariinsky -que fue denominado como Kirov en honor del político soviético pero que volvió en 1992 a su nombre inicial-.

Actualmente, la compañía cuenta con más de 200 bailarines, no sólo rusos, según el director artístico, quien precisó que aceptan a artistas de cualquier nacionalidad con una sola condición: que su experiencia provenga de la Escuela de Agrippina Vaganova porque ‘el conjunto tiene mucha importancia, y el estilo tiene que ser alineado’.

‘Si tienes buenos solistas y un cuerpo de baile mediocre, el espectáculo no funciona’, advierte Vaziev, quien opina que el ballet clásico no es solo ‘las puntas, sino también la estructura’, que tiene que mantener un equilibrio entre el cuerpo de baile, las figuras solistas y la pantomima.

Vaziev pilota la compañía con la filosofía de ‘conservar y renovar’ las coreografías clásicas, mientras se aproximan las próximas obras de remodelación del legendario teatro en el que tiene su sede, durante las cuales confía que podrán trasladarse a otra sala, sin quedarse ‘en el vacío’.

En cualquier caso, se mostró satisfecho de su regreso a España, país donde la danza ‘tiene estatus de culto’ y que le gustaría visitar más veces. ‘Todos los bailarines clásicos tienen el deseo interior de bailar danza española. Pero es muy difícil’, confesó.

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