La Dama de Elche

La Dama de Elche

Hasta el 1 de Noviembre
Torre del Homenaje del Palacio de Altamira
Elche

La Dama de Elche es un busto labrado en piedra caliza y todavía conserva restos de la pintura roja, azul y blanca en los labios, la mantílla y el manto. Mide 56 centímetros y sus dimensiones corresponde al mano natural. Su rostro destaca por la personalidad de sus facciones. La Dama de Elche presenta un acabado tosco en su espalda, prueba de que se destinó a ser colocada contra un muro.

La Dama es sin duda el retrato de una mujer real, sus dos mitades del rostro no son iguales, y se puede decir que la obra es fiel reflejo de una mujer que ofreció su rostro a la estatua divina. El busto de la Dama es el retrato de la gran sacerdotisa de la diosa de Elche.

El busto pertenece al periodo ibérico clásico, concretamente a los últimos años del siglo V y la primera mitad del siglo IV a J.C.

Breve reseña histórica
El 4 de agosto de 1897, un joven campesino, Manuel Campello, descubre fortuitamente la escultura de la Dama de Elche en la Alcudia. Ese mismo día, el Doctor Campello, propietario de la finca Herreros, se desplaza hasta el lugar del hallazgo y traslada el busto hasta su propia casa. Fueron tantas las personas que ese día se acercaron a ver la Dama, que el doctor Campello la puso en el balcón para que pudiese ser admirado por todos los ilicitanos.

El 8 de agosto, Pedro Ibarra, archivero ilicitano, difunde la noticia del hallazgo de la Dama, tanto a nivel nacional como internacional. El periódico La Correspondencia Alicantina fue uno de los primeros medios en hacer pública la importante noticia.

Esos días, Pierre Paris, subdirector de una de las salas del Louvre, llega a Elche para asistir a las representaciones del Misteri e inmediatamente se interesa por la compra del busto ibérico. El Doctor Campello se sentía en aquellas fechas defraudado con el Museo Arqueológico Nacional porque aún no había terminado de cobrar una colección de antiguedades que había remitido al museo. Paris aprovecha esta circunstancia para covencerlo de que le venda la pieza, no sólo con el argumento de que el pago se realizará en efectivo, sino con la promesa, que cumplió, de que el busto será expuesto en el mejor museo del mundo, el Louvre, y que sería conocido universalmente con el nombre de Dama de Elche. Poco después se efectúa la venta y el 30 de agosto la Dama ibérica parte en un vapor hacia Marsella, desde donde será trasladada hasta París.

En la capital francesa, la Dama de Elche se expone en el museo del Louvre, museo en el que permanece hasta 1939, fecha en la que estalla la Segunda Guerra Mundial. Las obras más valiosas del museo, entre ellas la Dama, son trasladadas para su protección a un castillo situado en Montauhan.

La Dama de Elche volvió a España en 1940, merced al canje de obras de arte entre museos que negociaron el Mariscal Petain y el General Franco.

En febrero de 1941 la Dama de Elche llega a Madrid y se expone en el Museo de El Prado, donde permanece hasta finales de septiembre de 1965, cuando por primera vez desde su descubrimiento vuelve a Elche. Alejandro Ramos Folqués fue la persona que gestionó la exposición del busto ibérico en la ciudad ilicitana con motivo del séptimo centenario de El Misteri.

La Dama de Elche estuvo expuesta durante 19 días en el antiguo museo arqueológico municipal, junto con otras piezas ibéricas que habían sido descubiertas con posterioridad.

En 1972, el busto de la Dama de Elche se trasladó al Museo Arqueológico Nacional y de allí ya no ha vuelto a salir.

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